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James Fitzgerald: «Los Unabombers son inadaptados que no se gustan ni a sí mismos»
El ex agente especial del FBI James Fitzgerald, lingüista forense, criminólogo y más conocido por haber encerrado a Ted Kaczynski, Unabomber, analiza por teléfono a LA RAZÓN las analogías y diferencias entre el sospechoso que ayer se detonó en Texas y el terrorista que se convirtió en el enemigo número uno de EE UU de 1978 a 1996, cuando fue capturado en su apartada cabaña en un bosque de Montana. Kaczynski mató a tres personas e hirió y mutiló a otras 23. La clave de su detención fueron las pruebas lingüísticas: el perfil criminal que se elaboró gracias al lenguaje, sus dejes propios de Chicago, su manera de citar de Harvard... Y es que Unabomber era sofisticado, meticuloso y un genio de las Matemáticas. Ahora está en una prisión de máxima seguridad.
El atacante de Austin ha tenido en vilo a toda la ciudad, no sólo porque ahora es muy típico recibir paquetes, sino también porque recordaba a Unabomber. ¿Había realmente tantas semejanzas?
La verdad es que no ha habido tanta similitud entre las bombas de Austin y Unabomber. Más allá de que los explosivos se introducían en cajas y que en una ocasión utilizó un tirador –un dispostivo trampa– no han sido tantos los parecidos. Unabomber mandaba una bomba o dos al año, éste hizo seis en 19 días; Nunca hubo ninguna comunicación por parte del perpetrador de Austin, mientras que Unabomber escribía largas cartas a los receptores para que abrieran el paquete. Además, en 1993, comenzó a redactar sus cartas ideológicas a «The New York Times» y otros medios. Tampoco hay que olvidar que el joven de 24 años sólo atacó en los límites de Austin, Texas. En cambio, Unabomber enviaba por correo bombas a todo EE UU. El universo del asesino en serie de Austin era su ciudad, el de Unabomber, el país entero.
El hecho de que no escribiera nada, no se pusiera en contacto con los medios, ¿puede deberse a que sabía que gracias a su enorme labor en lingüística forense, ahora se puede identificar y capturar a alguien por ello?
Sin duda eso es una posibilidad. Esta persona era, de alguna manera, lo bastante sofisticado en cuanto a pruebas se refiere. No dejó ni una huella dactilar en los artefactos, tampoco muestras de ADN, ni pelo, ni fibra... Puede que conforme avance la investigación sepamos más, pero hasta el momento, parece que tuvo mucho cuidado en no dejar pruebas forenses en las bombas. Por lo que quizás, quiso asegurarse de tampoco dejar ninguna evidencia lingüística y por eso no escribió ni a través de cartas ni redes sociales ni tampoco desde un teléfono público a través de llamadas anónimas. Realmente quiso mantenerse muy puro y simple desde el punto de vista de las pruebas y no dio ninguna pista. Aunque no contó con que había cámaras grabando dentro de un punto de entrega de Fedex. Esas imágenes llevaron hasta él.
¿Se puede hacer un perfil de ellos? ¿Tienen todos algo en común?
La mayoría son muy solitarios, actúan solos. Puede que tengan amigos o compañeros de piso pero son realmente pasan mucho tiempo solos. A muchos de ellos les disgusta la sociedad en la que viven y al mismo tiempo no se gustan ellos mismos. Tiene baja autoestima, mala imagen de sí mismos... Si no han conseguido el trabajo que quisieron, la chica que quisieron, no logró entrar en el equipo de fútbol... Esto le pasa a mucha gente y no son tan cobardes, no matan a nadie. Pero ellos, si hay algo en su naturaleza, cogen un día, entran en un instituto con un rifle semiautomático y abren fuego. Desafortunadamente esto pasa de vez en cuando en EE UU. El chico de Austin lo llevó a otro nivel y decidió fabricar sus bombas y aterrorizar a la ciudad en la que se crió.
¿Se sabe la motivación?
La razón exacta por la que lo hizo puede que nunca se conozca. Tenemos un individuo que mató a unas 50 personas en Las Vegas, en octubre, y aún desconocemos por qué lo hizo. Aunque tengo la sensación de que con alguien tan joven como Mark Anthony Conditt, en un par de días, semanas, tendremos muchísima información que responderá a las preguntas sobre su motivación.
Sobre Unabomber: desde que entró en la cárcel, ¿se ha puesto en contacto con usted?
En 2007, cuando seguía en el FBI me puse en contacto con su prisión para entrevistarme con él. Está en la cárcel de máxima seguridad de Florence, Colorado. Allí, cada preso está en una celda en solitario, 23 horas al día. Sólo se les permite salir para hacer ejercicio o ducharse. Cuando aceptó el encuentro y fui a la prisión ese día, una hora antes, el agente del correccional me llamó y me dijo: «Agente Fitzgerald, Ted Kaczynski quiere que le dé un mensaje. Le encantaría hablar con usted hoy, pero no puede porque está muy ocupado». El típico sentido del humor de Unabomber, que pasa 23 horas en una celda sólo. Estaba ya en Colorado por otro asunto, probablemente él piense que fui hasta allí sólo para verle a él. Puede que algún día decida hablar conmigo. Se escribe cartas con gente de todo el mundo, le escriben, contesta, escribe él... Me pregunto qué pensará una vez que se entere del caso de las bombas de Austin.
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