Brexit
Boris Johnson desafía a la Unión Europea con un Brexit salvaje
El líder «tory» convierte su primer discurso en el parlamento en un acto de campaña
El líder «tory» convierte su primer discurso en el parlamento en un acto de campaña
Había muchos rumores de que Boris Johnson no iba a comparecer en Westminster hasta el regreso de verano. En otras cosas, para evitar una posible rebelión de los «tories» europeístas en sus primeras 24 horas como primer ministro. Pero finalmente el excéntrico político se dirigió ayer a la Cámara de los Comunes antes de que sus señorías comenzaran el receso estival.
Johnson recalcó que su primera opción siempre ha sido sacar a Reino Unido del bloque con pacto. «Preferiría que nos marchásemos de la UE con un acuerdo, creo que es posible, incluso en esta etapa tardía. Voy a trabajar sin descanso para que eso suceda», matizó. Pero sabe que el convenio que propone a sus aún socios comunitarios, eliminando el polémico «backstop» (la salvaguarda para impedir una frontera dura en Irlanda) jamás será aceptada por Bruselas.
El «premier» está dispuesto a cumplir su órdago e hizo hincapié en que el país abandonará el bloque –con o sin pacto– para el 31 de octubre que es cuando termina la prórroga de la UE. «Estamos más preparados de lo que mucha gente se cree. Vamos a convertir a Reino Unido en el mejor país de la tierra», matizó con el optimismo que muestra para contrarrestar la falta de detalles de su hoja de ruta.
Aunque hasta el 3 de septiembre no se reanuda la agenda parlamentaria, Johnson ya se ha puesto a trabajar en el gran reto que tiene por delante. El líder «tory» mantuvo ayer una conversación telefónica con Jean -Claude Junker, presidente de la Comisión Europea, y no se descarta que en las próximas semanas se reúna con el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel.
Por otra parte, Johnson anunció que su Ejecutivo no designará a ningún candidato a comisario, pues quiere «liberar» a su personal para que se centre en su plan de dejar el bloque sin falta para Halloween y en negociar futuros tratados comerciales con países terceros. Eso sí, garantizó que los derechos de los comunitarios ya residentes están asegurados por ley en el país.
La comparecencia del «premier» tuvo lugar después de nombrar a su nuevo Gobierno. A diferencia del equipo de Theresa May –donde solo 7 de sus 30 miembros habían votado por el Brexit en el histórico referéndum de 2016–, en el nuevo Gobierno la mitad son euroescépticos.
Es más, los que ocupan los ministerios más importantes son «brexiters» del ala dura, como Dominic Raab, responsable de Exteriores y viceprimer ministro «de facto», y Priti Patel, titular de Interior, que está a favor de la pena de muerte y votó en contra de la legalización de matrimonios homosexuales.
Todo aquel que no respalda un Brexit sin pacto ha quedado fuera. No cabe duda, por tanto, que se trata de una nueva era. La pregunta es ¿hasta cuándo va a durar? Porque todo el mundo da por hecho que antes de que finalice el año, incluso tan pronto como otoño, Reino Unido celebrará elecciones anticipadas.
La actual mayoría del Gobierno solo se sustenta en dos escaños. Y puede verse reducida a uno en agosto, cuando se celebren las «by-election» en Brecon y Radnor (Gales) después de que el conservador Chris Davies se haya visto obligado a dimitir por mal uso de fondos públicos. Todo apunta a que el escaño se lo quedarán los liberal demócratas.
En caso de que el primer ministro no convoque voluntariamente las urnas, el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, está dispuesto a forzar la situación, presentando una moción de no confianza. En cualquier caso, no va a mover ficha hasta estar seguro de ganar la partida. Los «tories» más escépticos con Johnson van a darle primero el beneplácito de la duda. Pero si a la vuelta de vacaciones comprueban que el «premier» está dispuesto a cumplir su órdago de divorcio caótico, estarán preparados para la rebelión. Y es entonces cuando el líder laborista pasará al ataque.
Según el calendario de Westminster, el día que más pronto se podrían sacar las urnas sería el 24 de octubre, es decir, tan sólo siete días antes de que el 31 de octubre termine la prórroga del Brexit. Según la última encuesta de YouGov tras la victoria del martes de Johnson como líder «tory», el Partido Conservador cuenta con el 25% de apoyo; los Liberal Demócratas, el 23%; los Laboristas, el 19% y el Partido del Brexit, el 17%. El apoyo a los de Nigel Farage se ha visto reducido desde que Johnson llegó al número 10 de Downing Street.
Si el controvertido político gana y lleva a cabo un divorcio caótico, ¿puede convertirse en el último primer ministro de Reino Unido? Según un reciente sondeo de Panelbase, la llegada al poder de Johnson ha disparado el apoyo a la independencia de los escoceses, que ahora ganaría por seis puntos –53% contra al 47%– frente a la desventaja de dos puntos –49% a 51%– que existía cuando gobernaba May. En 2014, Escocia decidió sobre su futuro constitucional en un referéndum pactado con el Gobierno británico, en el que el 55% se opuso a la separación. Entonces se pensó que la cuestión quedaba zanjada para una generación, la victoria del Brexit ha reabierto el debate.
Juncker descarta reabrir el acuerdo
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, conversaron ayer por teléfono, una charla en la que el jefe del Ejecutivo comunitario subrayó que el acuerdo de divorcio negociado con Theresa May es el «mejor y el único posible». La voluntad de la Comisión es estar disponible para el nuevo Gobierno británico si en las próximas semanas quiere retomar las conversaciones para «aclarar» la posición en detalle del bloque.
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