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Jorge Olivares Castillo: «No hay señales de que la opresión del Gobierno vaya a mermar»

Jorge Olivares Castillo: «No hay señales de que la opresión del Gobierno vaya a mermar»
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El periodista independiente Jorge Olivares fue condenado en 2003 a 18 años de prisión junto al llamado grupo de los 75. ¿Su delito? Oponerse a vivir bajo una dictadura y plantear pasos hacia la democracia, aunque para los jueces cubanos cometió un “acto contra la protección de la independencia nacional y la economía”. Ante la visita del presidente Obama a la isla, atiende a las preguntas de LA RAZÓN por teléfono.

–¿Qué espera de la sin duda histórica visita de Obama a Cuba?

–No se puede realmente esperar unas soluciones inmediatas porque fue un diferendo que se prolongó por más de medio siglo. El «tempo» político no es lo más rápido que los cubanos quisiéramos que fuera. De una u otra manera, la nueva política va a ser mejor que la que había anteriormente, que apostaba por el cambio de régimen y la política de aislamiento. Si se analiza en perspectiva, esa política no trajo ningún resultado. Es una nueva visión, un nuevo paso desde el punto de vista de la geopolítica, regional y es un paso tomado por el «establishment» norteamericano, que va más allá de los colores partidistas tradicionales, es decir republicanos y demócratas. Estoy convencido de que si en las elecciones en noviembre sale un gobernante republicano, va a ser muy difícil revertir este proceso. No creo que esto tenga ya una vuelta atrás.

–¿Tendrá beneficios para los cubanos?

–Hay que puntualizar algo muy importante. Es un proceso gradual y hay que esperar resultados concretos en el medio y largo plazo. Ahora bien, hay que insistir, en que el Gobierno cubano no está dando pasos proporcionales a los que está dando la Administración Obama. Es decir, el Gobierno cubano apuesta casi por el mismo lenguaje de confrontación, el mismo lenguaje de evitar facilitar este proceso. Y hay que llamar la atención y denunciarlo. Tampoco se han dado cambios en el punto de vista político ni hay señales de que se vayan a dar. Y, sobre todo, se continúan violando de manera sistemática y flagrante los derechos humanos del pueblo. Bajo el Gobierno de Raúl Castro sí ha habido ciertos cambios limitados en este programa represivo. Por ejemplo, cuando uno analiza las cifras, hay menos condenas a prisión y más actos de represión de baja intensidad como son los actos de repudio, las atenciones temporales... Y estas cifras son verdaderamente alarmantes. No hay señales de que esto vaya a mermar, que esto vaya a reducirse, esta naturaleza represiva del Gobierno. Y debería dar señales de que hay compromiso serio, avanzar hacia que en Cuba haya y se pueda instaurar un estado de derecho.

–En cuanto a la libertad de expresión y de Prensa, ¿ha cambiado desde diciembre? ¿Ha habido algún gesto, mayor apertura?

–En sentido general, el monopolio informativo lo tiene el Estado. Está controlado absolutamente por las instituciones gubernamentales. Igual que el sector de la Cultura. Hay pequeños pasos en los sectores culturales, literarios e intelectuales, que responden a la intención de ampliar este espectro. Son señales para engañar a cierto sector de la opinión pública y la prensa que se hacen eco y sobredimensionan los cambios que el Gobierno ha introducido. Muchas promesas, muchas reuniones... pero cuando se analiza, de manera concreta no hay nada. Digamos que es una cortina de humo.

Incluso, en los días previos a la visita de Obama, la prensa controlada por el Gobierno, que es toda, mantiene el mismo lenguaje, saca los puntos divergentes y no resalta los puntos coincidentes. Es decir no hay un balance objetivo. Por tanto, ¿cuál es la verdadera disposición del Gobierno cubano a comprometerse?

-¿Le parece que el Gobierno pide mucho y no da nada a cambio?

-Efectivamente, exige mucho y no ofrece nada a cambio en asuntos cruciales. No le gusta tratar el tema de los Derechos Humanos, la pluralidad, la apertura del sector cultural... Son aspectos fundamentales que toda sociedad moderna, como somos nosotros.

-¿Habrá algún cambio a corto plazo?

-Sí, según el discurso del oficialismo. A partir de 2018, Raúl Castro ha anunciado su retiro, y esto con la asunción de cuotas de poder de nuevas generaciones, personas que nacieron en la década del 50 y el 60, fundamentalmente, esto sí podría cambiar. Yo hago un paralelismo con lo que ocurrió en la ex URSS. Mientras estuvieron al frente personajes de la vieja guardia no hubo cambios. Sin embargo, cuando llegó Gorbachov, empezó a haberlos. En Cuba puede pasar algo similar pero hay que tener mucho cuidado con esto, porque también el Gobierno tras bambalinas, el poder real: el ministerio del Interior, el Ejército y la desproporcionada Policía política, puede controlar el proceso sin dar la cara. Se puede caer en una democracia tutelada por las fuerzas reales y muchos ancianos aparentan buena salud y tiene control sobre los resortes de poder.

-¿Qué le parece que Obama, al contrario que muchos mandatarios de la UE cuando visitan Cuba, sí haya aceptado a reunirse con la oposición?

-Muy importante. Es un gesto muy simbólico. Sin lugar a dudas, que un presidente estadounidense, que no pisaban la isla desde hace casi 90 años, venga y se reúna le da cierta legitimidad a la oposición. Hay muchos vínculos entre EE UU y Cuba, y la comunidad cubana es muy importante para el país, por lo que es un gesto de compensación a la visita.