Política

El Cairo

«Jornada de la ira» en Egipto en el aniversario de la destitución de Mursi

La multitud se echó a la calle en El Cairo para celebrar el derrocamiento del régimen de Mursi.
La multitud se echó a la calle en El Cairo para celebrar el derrocamiento del régimen de Mursi.larazon

Frente a la ausencia de celebraciones oficiales o de los partidarios del régimen, los islamistas han convocado a sus seguidores a esa "jornada de la ira"para acabar con el golpe de Estado y con el actual presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi.

La destitución del presidente islamista Mohamed Mursi el 3 de julio de 2013, hoy justo hace un año, desembocó en una oleada de protestas de sus seguidores en Egipto, que han convocado para hoy una nueva "jornada de la ira"contra las mismas autoridades que los han reprimido desde entonces.

Frente a la ausencia de celebraciones oficiales o de los partidarios del régimen, los islamistas han convocado a sus seguidores a esa "jornada de la ira"para acabar con el golpe de Estado y con el actual presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi.

Fue Al Sisi, entonces jefe del Ejército, quien anunció el 3 de julio de 2013, arropado por personalidades políticas y religiosas, la destitución de Mursi, argumentando que este "no respondió a las demandas del pueblo"de elecciones presidenciales anticipadas.

El ahora mandatario, quien arrasó a finales de mayo en los comicios con un 97 % de los votos, explicó hace un año, tras días de masivas protestas, que el Ejército ayudaba al pueblo a cumplir sus aspiraciones, pero no tomaba el poder.

Para unos fue una revolución contra el monopolio de los Hermanos Musulmanes, que enmendó la del 25 de enero de 2011 contra Hosni Mubarak, y, para otros, un golpe militar.

La brecha en la sociedad egipcia sigue abierta un año después, pese a que Al Sisi insistió en que el objetivo era evitar una guerra civil, una idea que volvió a evocar la semana pasada.

En opinión de un portavoz de la Hermandad, que prefiere permanecer en el anonimato por motivos de seguridad, los acontecimientos del último año demuestran que existe "una lucha entre dos bandos".

"El primero apoya la democracia, las libertades y la dignidad, mientras que el segundo está en contra de todos estos valores y defiende la corrupción y la represión", aseguró a Efe el portavoz.

Por ello, la Alianza para la Defensa de la Legitimidad, encabezada por la cofradía, ha convocado protestas en las principales ciudades, en especial El Cairo, donde los manifestantes pretenden salir de 35 mezquitas para dirigirse a la emblemática plaza Tahrir y a los ministerios de Interior y de Defensa.

Está por ver si logran sus objetivos, ante el anunciado amplio despliegue de seguridad para proteger las instalaciones estratégicas y las sedes gubernamentales y militares.

Una fuente de seguridad confirmó a Efe que la policía cerrará las plazas de Tahrir -escenario de las protestas contra Mursi hace un año- y de Rabea al Adauiya, donde los seguidores del depuesto presidente mantuvieron una acampada el verano pasado que fue desmantelada violentamente por la policía en agosto.

Los seguidores de Mursi han protagonizado durante todo el año marchas para pedir su restitución en el cargo, aunque, según pasaban los meses, han perdido poder de movilización debido a la represión policial.

Durante la transición nadie ha dudado en Egipto de que Al Sisi era el "hombre fuerte", que con puño de hierro pero discurso paternal ha aplastado a los islamistas y a cualquier voz crítica con la implicación de los militares en política.

Los Hermanos Musulmanes fueron declarados grupo terrorista en diciembre pasado y sus líderes y miembros detenidos y juzgados, algunos incluso condenados a la pena capital, como su guía espiritual Mohamed Badía por su implicación en actos de violencia.

En respuesta a la muerte de cientos de personas a manos de la policía y a esos arrestos, Egipto sufre un repunte del terrorismo, con frecuentes ataques contra las fuerzas de seguridad.

El pasado 30 de junio, coincidiendo con el primer aniversario de las protestas contra Mursi, tres bombas explotaron junto al palacio presidencial de Al Itihadiya, en El Cairo, lo que causó la muerte a dos artificieros de la policía y heridas a trece agentes.

No solo los islamistas tienen poco que celebrar el 3 de julio: algunos grupos revolucionarios que participaron en las revueltas contra Mubarak y Mursi han visto cómo la represión se cernía sobre ellos con condenas a cárcel contra algunos de sus símbolos, como el conocido activista Alaa Abdelfatah o el fundador del Movimiento 6 de Abril, Ahmed Maher.

Entretanto, y como ya ocurrió el día 30, las autoridades no han organizado para hoy ningún acto especial en esta fecha, señaló a Efe el portavoz del Gobierno, Hosam al Qawish.

Tampoco lo han hecho por el momento los partidos que respaldan a Al Sisi, quizá por temor a atentados o en un intento de que el aniversario del controvertido golpe militar pase desapercibido.