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Venezuela

Juan Guaidó: “El régimen de Maduro está paralizado, ahora solo habla de resistir”

El presidente encargado de Venezuela, al que el régimen ha retirado la inmunidad, reconoce que la amnistía no ha sido suficiente para convencer a los militares de que abandonen a Maduro.

Juan Guaidó, antes de la entrevista en Caracas
Juan Guaidó, antes de la entrevista en Caracaslarazon

El presidente encargado de Venezuela, al que el régimen ha retirado la inmunidad, reconoce que la amnistía no ha sido suficiente para convencer a los militares de que abandonen a Maduro.

Aumenta la presión sobre Juan Guaidó. El régimen de Nicolás Maduro avanza en su enjuiciamiento, acusándolo de haber violado una prohibición de salida del país. Por ello, le han despojado de su inmunidad parlamentaria y cada día hay rumores de que pudiera ser perseguido y encarcelado.

Pero el líder opositor se mantiene en la calle, participa de actos públicos y dice no tener miedo. Afirma que una agresión en su contra sería una acción que le generaría al gobierno de Maduro un quebradero de cabeza que no puede imaginar.

Entonces sigue llamando a la calle, a organizarse, a la Operación Libertad; que se ha asumido como la fase final del “cese de la usurpación” del poder ejecutivo por parte del chavismo. Ha dicho el presidente de la Asamblea Nacional que se debe protestar en Miraflores, a buscar recuperar el despacho presidencial, que se puede pedir asistencia internacional, que los militares deben proteger al pueblo y dejar de sostener a la dictadura.

Pasados más de dos meses desde que el presidente de la Asamblea nacional se proclamó como “interino” del país, una sociedad aún vive los estragos del socialismo bolivariano, mientras una cúpula política se atrinchera en el poder. Así recibe Juan Guaidó a LA RAZÓN, en la sede de su partido político Voluntad Popular.-¿Su seguridad o su logística han cambiado desde que el Supremo anunció su enjuiciamiento y la asamblea constituyente le retirara la inmunidad?

-Esto es persecución. La constituyente no tiene cualidad para allanar la inmunidad parlamentaria, solo lo puede hacer el parlamento nacional. Se abrogan funciones para utilizarlas como persecución política. Todos sabemos en Venezuela el riesgo que implica hacer política; además, estar en primera línea desafiando a una dictadura mientras recuperamos funciones para poder aliviar la crisis en Venezuela. Nuestra agenda sigue siendo la misma. Hay amenazas de muerte. En la constituyente hablaron de paredón, y eso significa fusilamiento. ¿Tomaremos más o menos precauciones? Ya lo evaluaremos día a día.

-¿Le da miedo que se produzca una arremetida que pueda terminar con su detención?

-No. Miedo da hoy la cotidianidad en Venezuela, cuando no sabes si vas a tener luz o no. En marzo apenas hubo seis días de educación para los niños y eso sí es una tragedia. El mismo régimen sabe que no tiene viabilidad y está en una falsa resistencia, atricherándose de manera irresponsable.

-Alemania y la UE reaccionaron al allanamiento a su inmunidad, pero EE UU no lo hizo taxativamente. ¿Por qué no ha sido así?

-Contamos con el reconocimiento de casi 60 países del mundo, un respaldo inédito y determinante. Creo que ya no hay sorpresas con el actuar del régimen. La sorpresa, para el régimen, es la respuesta del pueblo, cuando salió a protestar a exigir servicios básicos. Lo importante es el compás internacional. Quisiéramos acelerar la recuperación de nuestras libertades, pero se interpone un régimen sádico.

-¿Hay un cambio de posición en EE UU? Antes decía tener todas las opciones sobre la mesa y ahora el mensaje es otro, dice que hay otras maneras de presionar antes de una intervención militar, por ejemplo.

-Yo lo veo muy firme. Lo que hay hoy en Venezuela es una legítima desesperación por poder comer, bañarse, hacer la vida normal de nuevo. Ahí viene el querer utilizar cualquier alternativa para detener el sufrimiento que estamos viviendo, y eso contrasta con la estrategia que hemos marcado. Nosotros queremos hacer todo para acelerar los tiempos, pero eso va a depender de avanzar en la movilización y la organización ciudadana. Ya sabemos que el régimen va a responder con paramilitares armados. Estoy seguro de que la comunidad internacional nos va a respaldar y que todas las opciones siguen sobre la mesa.

-Hay quien habla de percepción de parálisis, de que usted no tiene fuerza suficiente para desplazar a Maduro del poder. ¿Lo ve así? ¿Cómo encontrar una válvula de escape?

-Dicho de esa manera sonaría a que hay polarización en Venezuela, y no la hay. El 91% de la población desea que se vaya Maduro. Maduro se hace ver fuerte porque utiliza paramilitares armados y la fuerza bruta. Estamos en un proceso de insistencia. Hay avances, aunque no tan rápido como quisiéramos. Somos una amplia mayoría movilizada y hoy, más allá de su situación.

-¿Por qué no se han producido quiebras en la alianza gobernante? No han salido ministros o funcionarios de alto nivel a respaldarle, a desconocer a Maduro...

-El proceso de desinstitucionalización del Estado de derecho ha sido brutal, acelerado. Siento que lo que más puede es el miedo. Nosotros nos hemos enfrentado a la maldad, le hemos visto la cara a la dictadura, el odio que le tiene a la democracia. Pero la peor cara de la dictadura es la que se refleja a sí misma, tiene mucho miedo de la persecución que han ejercido. Hay una parálisis de parte del régimen, incluso su lenguaje cambió. Ahora hablan de resistir.

-¿Tenían idea de que costaría tanto que los militares pudiesen dejar de acompañar a Maduro? ¿Falló el cálculo de que seguirían leales?

-Yo creo que no son leales a Maduro. Creo que están buscando opciones de cómo manifestarse. Lo hicieron los sargentos (sublevados) de Cotiza, 160 militares activos presos y siendo torturados, cosa que usan incluso como propaganda para infundir miedo y terror en su gente. El rechazo absoluto existe. Tenemos que construir las vías para darles una salida.

-Pero la Ley de Amnistía parece insuficiente para ello, no ha sido hasta ahora la clave para que se fracturen.

-No ha sido suficiente, y hay que insistir no solo con amnistía sino con garantías. Lo primero que hay que hacer es vencer el miedo y ésa es la parte más complicada. La literatura de transiciones políticas dice que en la mayoría de los casos el asunto pasa por negociar, y más aún por conversaciones privadas.

-¿En este momento hay conversaciones privadas con sectores del gobierno que busquen quebrar el apoyo a Maduro? ¿O al menos hay disposición de tenerlas?

-Estamos dispuestos a hablar con todos los funcionarios civiles y militares que quieran transitar la ruta hacia la transición y unas elecciones ibres. Hemos percibido que puede el miedo de aquel lado.

-¿Pero ha habido algún tipo de conversaciones?

-Estamos insistiendo con todos los funcionarios, y como deben ser privadas...

-Pero puede decir si sí o si no, sin decir con quién.

-Hemos avanzado lo más posible, pero no hay ningún tipo de conversación.

-¿Cree que buena parte de la resolución del conflicto venezolano pasa por entenderse directamente con Cuba?

-La injerencia real que existe es de Cuba sobre Venezuela, que ha facilitado Nicolás Maduro permitiendo incluso la participación de militares cubanos o agentes de su inteligencia para investigar la Fuerza Armada porque saben que hay un descontento generalizado. Lo hemos dicho desde el 5 de enero, que vamos a hablar con quien tengamos que hacerlo para llegar al cese de la usurpación, construir la transición y tener elecciones libres. Pero pareciera que Cuba está más arraigada al subsidio petrolero de Nicolás Maduro, el cual también hemos buscado limitar.

-Voces en la oposición plantean que el primer paso debe ser unas elecciones libres antes que Maduro abandone el poder. ¿Está de acuerdo?

-Para que haya una elección realmente libre debemos tener las condiciones. Por eso se ha determinado ese esquema. El gobierno de transición es reinstitucionalizar, tener un nuevo Consejo Electoral, atender la emergencia y poder tener una elección libre.

-Ha dicho que puede invocar el artículo 187 numeral 11 de la Constitución, que autoriza misiones militares extranjeras en el país, pero cuando corresponda. ¿Qué hace falta para que corresponda?

-Eso tiene muchas implicaciones. Eso no se invoca, se autoriza. Es una leve diferencia pero sustancial. Para autorizar algo tiene que haber precisiones: quiénes son, cuántos son, de dónde vienen. Sin precisiones no se puede. De hecho, estamos rechazando incursiones como la de los rusos, como la de los cubanos. Entonces, no puede ser algo genérico, sino una autorización específica para proteger al pueblo de Venezuela que está siendo amenazado. Depende de quién tenga la capacidad de prestar ese apoyo. Hay muchos países que han dicho que no es el momento, e incluso los aliados han dicho que es prematuro. Eso se construye. Lo que decimos es que se hará, cuando sea posible.

-¿Qué significa para Juan Guaidó que Nicolás Maduro haya dicho que él es el primer defensor de los colectivos?

-Está encerrado en su discurso, secuestrado por su propio radicalismo. Una cosa son los colectivos y otra cosa son paramilitares armados. Ellos tratan de suavizar la imagen porque sí hay colectivos, pero de lo que habla Maduro son paramilitares armados y financiados por el Estado, lo cual es un delito de lesa humanidad. Es muy grave, muy delicado, que busquen masacrar gente como lo hicieron con indígenas de la etnia pemón al sur del país.

-¿Cómo se puede desmontar esa violencia política en un país donde los dirigentes se retratan con encapuchados?

-Eso es una amenaza velada a los ciudadanos. Lo que tenemos que hacer es organizarnos. Por eso trabajamos en la Operación Libertad para hacerlo a través de la manifestación pacífica.

-¿Cree que en Venezuela el problema va más allá de Maduro, al tener que enfrentar un Estado desinstitucioalziado, con estructuras de poder paraelas, con estructuras de poder fácticas, o solo quitando a Maduro se resuelven las cosas?

-Se van a empezar a resolver muchas cosas, por ejemplo la confianza en el país para reactivar el aparato productivo. Eso facilita resolver problemas de corte social. Luego viee el andamiaje del paraestado y su financiamiento que han montado, hay que recuperar la confianza del ciudadano en la justicia, en la Fuerza Armada. Es un tema muy profundo. Por supuesto que el problema va más allá. Pero también estamos claros en que hay fe y confianza en nuestra capacidad para atender esa conflictividad. El venezolano es emprendedor, es alegre, resiliente, y tenemos una gran posibilidad de salir rápido de esta crisis.

-¿Ve cambio de gobierno en 2019?

-Veo cambio este año.