Francia
La ajustada victoria erosiona el liderazgo de Sarkozy
Promete redefinir una línea ideológica alejada de «los extremos» en Los Republicanos tras las críticas por su acercamiento al Frente Nacional
El ex presidente Nicolas Sarkozy esperaba ver anoche una ola azul extendiéndose por todas las regiones de Francia, para utilizarlo como trampolín para declarar su candidatura para las primarias de Los Republicanos (LR) de cara a las elecciones presidenciales de 2017, pero la ola se quedó a mitad de camino. En contra de lo que esperaba, el partido conservador no se hizo con todas las presidencias regionales, y el propio Sarkozy no parece ser el «mejor escudo ante el Frente Nacional», como quedó en evidencia en la región Borgoña-Franco Condado, donde tuvo lugar una triangular en la que la candidata socialista, Marie-Guite Dufay, partía como tercera, pero los electores se movilizaron para darle a ella la Presidencia.
A nivel interno, queda abierta la batalla para imponerse en las primarias presidenciales previstas para el mes de noviembre de 2016. Y estos resultados van a pesar en un partido que, de momento, «no tiene un líder oficial» y «legítimo», como avanzó esta semana Eric Woerth. Finalmente, Los Republicanos salvan las apariencias, pero, como recordó anoche Sarkozy, esto «bajo ningún pretexto debe hacerlos olvidar las advertencias» lanzadas por los electores en la primera vuelta haciendo de la extrema derecha el partido más votado de Francia.
Para el líder de los conservadores, «los principios» que deben regir el partido en el futuro son «la unidad de la familia de Los Republicanos, la unidad con el centro y el rechazo de todo compromiso con los extremos».
Tal y como había avanzado hace unos días, Sarkozy anunció que ahora comienza en el seno de su partido una época de debates sobre su línea ideológica. Unos debates «en profundidad» para dar «respuestas fuertes, precisas y que nos comprometan» en los temas que han dado estos días unos resultados tan espectaculares al Frente Nacional: «Europa, la política económica, el paro de masa, la seguridad, la educación y la afirmación de nuestra identidad nacional».
En una entrevista a «Le Figaro», Sarkozy ha dicho que él apuesta «por la adopción de un proyecto político extremadamente fuerte, y eso no quiere decir radical». Pero los ajustes de cuentas no van a esperar a la convocatoria del próximo consejo nacional. Ya han comenzado las críticas por las alianzas con los centristas, y no faltará quien recuerde a Sarkozy, como ya hizo ayer la «número dos» de su partido, Nathalie Kosciusko-Morizet, que si los socialistas se hubieran apuntado a la estrategia que él ha impuesto del «ni-ni», ni Frente Nacional ni Partido Socialista, en este caso ni FN ni LR, en esas circunstancias «hoy Marine Le Pen y Marion Maréchal-Le Pen estarían gobernando Norte-Paso de Calais y PACA». En la misma línea se situaba otro peso pesado conservador, el ex primer ministro Jean-Pierre Raffarin, para quien «correr tras el FN es un error».
La victoria en la región de Isla de Francia aportará un poco de bálsamo a las heridas, pero no por mucho tiempo. Ahora todos los futuribles presidenciales junto a Sarkozy comienzan a mover sus fichas, entre ellos François Fillon y Alain Juppé. Este último se dirigió ayer a los franceses avanzando «mi idea de Francia» de forma repetida, y su brazo derecho, ya previno desde su cuenta de Twi-tter que los resultados de ayer no borrarán los de la primera vuelta, marcada por la triunfal victoria del Frente Nacional.
✕
Accede a tu cuenta para comentar