Siria
La aviación aliada castiga la capital siria del califato islamista
Los ataques destruyen importantes vías de comunicación e instalaciones en Raqa
En una operación particularmente intensa, la coalición internacional que se enfrenta a los milicianos del Estado Islámico (EI) lanzó ayer una intensa serie de bombardeos con los que alcanzó diversos enclaves en Irak y Siria. Los aviones de la alianza que opera bajo la batuta de Estados Unidos atacaron un total de 38 objetivos con el fin de «anular su capacidad de maniobra», según comentó el jefe del Estado Mayor de la campaña bautizada como «Resolución Inherente», Kevin Killea. «Estos ataques dan a las fuerzas de tierra la oportunidad de actuar de forma decisiva contra el Estado Islámico» añadió el militar.
Una de las ciudades blanco de los bombardeos fue la castigada Raqa. La capital del autoproclamado califato fue objeto de hasta 18 acometidas en las que la coalición afirmó haber destruido 16 puentes y un destacado número de vehículos, todo ello para debilitar las comunicaciones de un Estado terrorista que ha desfigurado el mapa de Oriente Medio. El teniente coronel Thomas Gilleran, portavoz de la coalición, señaló así el alcance de la operación: «Los importantes ataques aéreos de esta noche fueron llevados a cabo para impedir a Daesh (EI, en árabe) la capacidad para desplazar contingentes militares a través de Siria e Irak».
Para llevar su misión a cabo, la coalición internacional bombardeó objetivos en varios puntos de la población, provocando la muerte de 10 personas e hiriendo a un número indeterminado de ellas. En una página de Facebook vinculada al EI se aseguraba que entre las víctimas mortales se encontraba un civil y que los heridos incluían también a mujeres y niños. Por su parte, la organización Raqa está siendo masacrada en silencio, contraria al autodenominado califa, Abu Bakr al Bagdadi, informó de que la aviación aliada alcanzó a un grupo de milicianos del EI en el centro de la ciudad siria, un puesto de control y una fábrica de ladrillos regentada por los terroristas. Las cifras manejadas por la red de activistas clamaban el fallecimiento de ocho civiles, aunque no había fuentes independientes que pudiesen confirmar estos datos.
La violencia, que es norma en un país desangrado por la guerra, golpeó también ayer a la localidad de Al Hasaka. En represalia a los ataques de la coalición y a las derrotas sufridas en los últimos días, los yihadistas hicieron explotar un camión bomba contra una planta energética, en un atentado suicida que dejó varios fallecidos. La televisión estatal informó de que el Ejército leal al presidente Bashar al Asad evitó un segundo ataque contra la factoría que provee de electricidad al distrito sur de la ciudad. Los enfrentamientos se han recrudecido en esta urbe de mayoría kurda, cuyo control se disputan las fuerzas de Asad, los soldados kurdos peshmerga contrarios al régimen y los terroristas del Estado Islámico. Decenas de miles de personas se han visto obligadas abandonar sus hogares, con lo que han engrosado una abultada lista de desplazados internos.
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