Túnez

La campaña electoral tunecina se centra en la economía

El secretario general del partido islamista Ennahda Ali Larayedh durante un acto electoral en Túnez.
El secretario general del partido islamista Ennahda Ali Larayedh durante un acto electoral en Túnez.larazon

La reforma de la economía nacional en Túnez es el tema central de la campaña electoral de los partidos políticos que compiten en las legislativas del próximo 26 de octubre.

La reforma de la economía nacional en Túnez es el tema central de la campaña electoral de los partidos políticos que compiten en las legislativas del próximo 26 de octubre.

Todas las formaciones, tanto laicos como islamistas, coinciden en que las reformas económicas son más que un simple eslogan.

Los cambios económicos son un imperativo objetivo y real porque casi cuatro años después de la caída de la dictadura de Ben Alí, el paro no ha bajado y la carestía de la vida ha alcanzado cotas históricas, con una inflación que roza el 6 %.

La nefasta situación de la economía nacional ha llevado a los principales partidos a publicar sus programas económicos y sociales en tomos separados del programa político general, que después exponen en debates, mesas redondas, espacios televisivos o en mítines por todo el país.

Los islamistas del Movimiento Al Nahda, con un programa de 365 puntos, proponen un modelo de "economía social de mercado"que pase de ser de "renta"a una competitiva y en la que el Estado desempeñe un papel de "mediador".

Según este programa, los islamistas aplicarían una "política de reformas cambiando leyes"con el objetivo de crear un valor añadido para combatir el paro, los desequilibrios sociales y regionales y la pobreza.

Diversificando las fuentes de financiación y, en especial, con las "finanzas islámicas", Al Nahda promete un crecimiento de un 5 % en los próximos tres años y del 7 % a partir de 2018, así como un descenso de la inflación a un 3% desde el 5,6 % actual.

Los islamistas lanzarían así una "transición económica"que, según su programa electoral, crearía "590.000 puestos de trabajo hasta 2016"gracias a la lucha contra el clientelismo y las reformas bancarias y fiscales.

Por otro lado, los conservadores y laicos del partido del exprimer ministro de la transición, Beyi Caid Essebsi, "Nidá-Túnis"(La llamada por Túnez), defienden también una "economía social de mercado".

"Nidá-Túnis"promete un crecimiento del valor añadido de un 4 % en 2015, con un progreso del 1 % anual hasta alcanzar el 8 % en 2019, lo que permitiría aumentar un 28 % los ingresos de cada individuo en los próximos cinco años.

En sus mítines también asegura que creará "90.000 puestos de trabajo anuales"partiendo de 70.000 el próximo año, 80.000 en 2016 y 90.000 en 2017, hasta que el número de parados descienda a los 120.000 en 2019 (actualmente la tasa oficial de paro es del 5,6 %).

Por su parte, los liberales del partido "Afek-Tunis"(Horizonte-Túnez) han presentado un programa que ha llamado la atención de los medios por ser el único que trata la "privatización de empresas públicas"y la "liberalización del mercado de trabajo"en la línea de los consejos del Banco Mundial (BM).

Mientras, el programa del izquierdista Frente Popular, que lidera Hama Hamami, dice que incrementará los "megaproyectos públicos"para reducir el paro juvenil que, según él, "puede llegar a menos de un 10 % en los próximos cinco años, e insiste en "luchar contra la especulación y apoyar al máximo a los jóvenes agricultores".

La apretada agenda electoral para las legislativas ha hecho que pase desapercibido el artículo publicado por el BM en su "Revista de Políticas de Desarrollo"titulado "La Revolución inacabada", en el que augura un panorama sombrío para la economía tunecina.

El BM crítica la incapacidad de las nuevas fuerzas emergidas tras el cambio de modificar la inercia heredada del antiguo régimen y se pregunta por qué la productividad del sector manufacturero es tan débil.

Una de las preguntas que se hace el BM en su artículo es por qué el 77 % de los trabajadores tunecinos ocupa un empleo en sectores de baja productividad y el motivo de la escasez de grandes empresas en el país.

Para el BM el cambio "no será fácil", más bien dice que es "casi imposible", porque "los privilegios y rentas asociados al sistema actual están profundamente enraizados, mientras que los lobbies se opondrán firmemente a todo cambio que les prive de las concesiones heredadas de la época de Ben Alí".