Julio Valdeón

La denuncia que desató el “impeachment” revela una trama para intervenir en las elecciones de 2020

La Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes desclasifica la carta del confidente anónimo que alerta del riesgo para la seguridad nacional de EE UU

Joseph Maguire director interino de Inteligencia Nacional testificando hoy en el Comité de Inteligencia
Joseph Maguire director interino de Inteligencia Nacional testificando hoy en el Comité de Inteligencialarazon

La Casa Blanca intentó estrangular por todos los medios que se hicieran públicos las transcripciones de las llamadas del presidente Donald Trump a su homólogo de Ucrania, el comediante, guionista y actor reciclado en político Vladimir Zelenski. Al menos eso afirma el espía-confidente que dio la voz de alarma. Su testimonio, 9 folios demoledores, pieza clave del futuro proceso de «impeachment», fue publicado ayer. Sin que nadie sepa, de momento, su identidad.

En las páginas afirma, por ejemplo, que el personal más cercano a Trump trató de clasificar la charla como confidencial. Trump, poco antes de hablar con Zelensky, había bloqueado la ayuda económica y militar a Ucrania. Sostiene que Trump ha utilizado la Presidencia para presionar a un político extranjero para que mediase en las elecciones de 2020. Considera que supone un «riesgo para la seguridad nacional» y un auténtico abuso de poder. Ucrania es un socio necesitado del apoyo estadounidense frente a las continuas agresiones rusas en su territorio. En la pugna por extender el área de influencia respectiva los ucranianos juegan un papel demasiado sensible como para ignorar todo lo que hay en juego.

Al poco de publicarse el documento la presidenta del Congreso, la demócrata Nancy Pelosi, compareció ante los periodistas. Denunció abusos al «intentar almacenar información clasificada y confidencial», de interés para la seguridad nacional, lo que no era sino «una información de naturaleza política». «Esto es un encubrimiento», repitió Pelosi, «un encubrimiento».

Una opinión que por supuesto no comparte el líder de la bancada republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, convencido de que nada de lo escuchado permite hablar de una violación de la ley y seguro de que la Casa Blanca fue razonable cuando pensó en clasificar el material. Por su parte, el secretario de Estado, Mike Pompeo, aseguró que «las acciones de los funcionarios del Departamento de Estado fueron completamente apropiadas y coherentes». Todo lo más la Casa Blanca habría intentado cimentar una mejor relación «entre Estados Unidos y Ucrania» y para «ayudar a poner fin a la corrupción en Ucrania».

Entretanto, el director interino de la Inteligencia Nacional, Joseph Maguire, compareció ante el Comité de Inteligencia del Congreso, en una audiencia fijada previamente a la apertura del «impeachment».

Aseguró que desconoce si hay precedentes para un caso semejante. Convencido de que todas las partes implicadas actuaron de buena fe, incluido el espía. Maguire también argumentó que no compartió antes el contenido de la denuncia con el Congreso porque dudaba de su capacidad legal para hacerlo. El problema es que este retraso, y el hecho de que posiblemente haya comentado la existencia de la denuncia con el presidente antes de que ésta trascendiera, podría situar al propio Maguire en la mirilla de la oposición demócrata. «Creo que el director de la Inteligencia Nacional violó la ley», comentó Pelosi, «La ley es muy clara: el director de la Inteligencia Nacional debe transmitir las queja a los comités de inteligencia». Y no lo hizo. Y los demócratas, durante su comparecencia, dejaron claro que el asunto puede traerle problemas con el inicio de la investigación.

A la salida de la sesión Adam Schiff, presidente del Comité, explicó ante la Prensa su profunda preocupación por un conflicto de «intereses demasiado evidente, demasiado palpable. De hecho, es un pequeño milagro que hayamos recibido la queja y que hayamos recibido la transcripción». «Adam Schiff tiene cero credibilidad», respondió Trump en Twitter, convencido de que es todo «otra fantasía para lastimar al Partido Republicano» en pleno ciclo electoral. Para Trump, que siguió la comparecencia de Maguire desde el Air Force One, no hay duda. Es todo una maniobra política ideada para transformar una conversación perfectamente formal, y normal, en el enésimo escándalo diseñado en el laboratorio de «fake news». «No son más», dijo, «que Adam Schiff y su equipo inventando historias. Van a perder las elecciones, y lo saben, y por eso lo están haciendo». A continuación comentó que el asunto es una «desgracia», que «no debería permitirse» y que tendría que existir «alguna una forma de detenerlo».

Desde luego la guerra fratricida en la que se han transformado la arena política aumentará en intensidad con el proceso del «impeachment». Mientras periódicos como el «Washington Post» y el «New York Times» especulan con que el presidente trató de chantajear al líder de un país extranjero para obtener a cambio favores políticos, otros medios como Fox News se preguntan por qué nadie ha indagado en las actividades del hijo de Joe Biden y en las posibles influencias de su padre para taponar las indagaciones de la Fiscalía en Ucrania.

Mientras Greg Sargent, en el «Post», pregunta qué ocurre «cuando los funcionarios encargados de defender a nuestro país, y supervisados por el presidente concluyen que el mismo presidente es una de las principales amenazas para unas elecciones libres y justas». El hijo de Trump, Donald Trump Jr., lamenta en Twitter que «durante 2,5 años nos han dicho que hubo colusión, luego obstrucción, luego un encubrimiento». «Parece que los medios y sus jefes en el Partido Demócrata», añade, «están desesperados por hablar de algo que no sean los resultados que Donald Trump está logrando para América».