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La ONU acuerda una hoja de ruta para el proceso de paz en Siria

El Consejo de Seguridad traza una «hoja de ruta» para poner fin a la guerra. Estados Unidos contempla por primera vez la continuidad de Asad

El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, durante la reunión en Nueva York
El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, durante la reunión en Nueva Yorklarazon

El Consejo de Seguridad traza una «hoja de ruta» para poner fin a la guerra. Estados Unidos contempla por primera vez la continuidad de Asad

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas alcanzó ayer un principio de acuerdo para respaldar el plan de transición de 18 meses en Siria. Sin embargo, quedan aún por aclarar asuntos tan espinosos como el futuro de Bachar al Asad o la lista de grupos opositores que formarán parte de las conversaicones. La resolución 2254 fue aprobada por unanimidad, lo que supone la primera vez que EE UU y Rusia se ponen de acuerdo en esta crisis. Después de cinco años de conflicto, la huida masiva de refugiados sirios a territorio europeo y los atentados yihadistas del EI en Francia han aumentado la urgencia de la comunidad internacional por poner fin a esta guerra brutal. Un día después de aprobarse una resolución para luchar contra las fuentes de financiación del EI, texto en el que colaboró Damasco, el denominado Grupo Internacional de Apoyo a Siria se reunió en el Hotel Palace de Nueva York, donde coincidieron diplomáticos de EE UU, Rusia, Irán, Arabia Saudí, Turquía, la Liga Árabe y la Unión Europea, entre otros.

El plan de transición respaldado ayer se acordó tras los encuentros de Viena en octubre y noviembrey consiste en una hoja de ruta de 18 meses que pasa por un alto el fuego en enero del año próximo y una serie de conversaciones de paz entre el Gobierno de Asad y la oposición siria. El proceso finalizaría con la celebración de nuevas elecciones. El jefe de la Diplomacia estadounidense, John Kerry, empezó a hablar el jueves sobre la resolución de Naciones Unidas con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov. Ayer hizo lo propio con los enviados de Reino Unido, China y Francia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad y con derecho a veto. A pesar del principio de acuerdo, aún quedan por aclarar varias diferencias entre los países, como los grupos sirios que deben ser considerados terroristas, el reconocimiento o no del bloque opositor sirio que se citó en Arabia Saudí hace unos días y delimitar quién puede participar en las elecciones. Kerry abrió la posibilidad de que el presidente sirio, Bachar al Asad, pueda intentar renovar su legislatura en los próximos comicios. Jordania tuvo que abordar la difícil tarea de excluir a los grupos que no pueden asistir a las conversaciones de paz. Lavrov dejó claro a Kerry que no quiere a Arabia Saudí como portavoz.

A pesar de los esfuerzos diplomáticos para buscar una salida al conflicto, la solución parece aún lejana. Las divisiones entre los grupos rebeldes armados sirios continúan latentes. Sin embargo, el problema principal es que una gran mayoría de estos grupos se han unido bajo el paraguas del Frente Al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria. Los rebeldes moderados como las Fuerzas de Siria Democrática, que aglutina a kurdos y asirios, no fueron invitados a la cumbre de la oposición siria en Riad. Este grupo, financiado y entrenado por EE UU, junto con las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), son las únicas fuerzas rebeldes en Siria que están combatiendo al Estado Islámico. La ausencia de rebeldes moderados en las negociaciones de la oposición siria en Riad pone de manifiesto la enorme división. Si bien la oposición está dispuesta a negociar con el régimen, aunque sin Asad como presidente, el mandatario sirio ha rechazado directamente cualquier acercamiento con los rebeldes, a los que tilda de «terroristas».

En las últimas entrevistas concedidas por Asad a medios internacionales, el presidente ha recalcado que «el destino de Siria tiene que elegirlo el pueblo sirio», cerrando la puerta a la posibilidad de renunciar a su cargo en un futuro cercano. «Si un presidente se tiene que marchar, eso se consigue a través de la Constitución y mediante el voto», afirmó ayer Assad, que volvió a reafirmar su negativa a negociar con los rebeldes armados de cara al próximo mes de enero.