El Futuro de Venezuela
La incógnita del 10 de enero
La ausencia de Chávez en la toma de posesión dispara las dudas sobre si se celebrarán o no nuevas elecciones. Los jueces serán los encargados de decidir el régimen de sustitución ante la falta temporal del presidente electo
Mientras el presidente Hugo Chávez lucha por su vida, muchos ya empiezan a mirar al 10 de enero. Si el mandatario no toma posesión en esa fecha, la fijada oficialmente, el paso normal sería que el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, asumiera la presidencia de la República y convocara enseguida elecciones. Pero si -como ya ha sugerido el mismo Cabello- se aplazara la posesión del presidente en contra de la Constitución, según la interpretación de muchos analistas, se ahondaría en una situación de incertidumbre jurídica que podría dar pie a escenarios poco tranquilizadores para Venezuela y, como consecuencia, para la estabilidad de Iberoamérica. A partir del análisis que la ausencia del presidente Hugo Chávez por razones de salud plantea, el abogado venezolano Manuel Rachadell explica a LA RAZÓN que hay dos posible situaciones. La primera es la falta absoluta del presidente. En este caso, la Constitución establece una nueva elección universal a los 30 días siguientes y la asunción del presidente de la Asamblea Nacional mientras se realiza la elección. La segunda opción es que el presidente electo se encuentre imposibilitado de ser juramentado para el nuevo periodo, sin que se haya producido o declarado la falta absoluta. En este supuesto «hay un vacío normativo en la Constitución, en la cual no se prevé la situación de falta temporal del presidente electo». El abogado explica que «como el Derecho no admite vacíos, la Sala Constitucional del TSJ debe interpretar el régimen de la sustitución en este supuesto y tendría dos vías de interpretación. Sería este Tribunal el que declare si asume el vicepresidente Nicolás Maduro o Cabello». Con la previsión de que esto ocurriría, el chavismo ya allanó el camino para esta toma de decisión, purgando del tribunal a los jueces que les pudieran resultar incómodos.
Con estas perspectivas, la gran pregunta es: ¿hasta cuándo podría durar el retraso en la toma de posesión del cargo? La respuesta jurídica es que la espera será «hasta que se produzca la muerte, renuncia, destitución decretada por sentencia del TSJ o incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el TSJ». En otras palabras, el poder quedaría en manos de estos jueces chavistas, que pueden decretar que Maduro o Cabello gobiernen de forma indefinida, hasta que oficialmente se inhabilite a Chávez.
A este respecto, la tensión crece según se acerca el 10-E. Enfática fue la posición que asumió la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). El secretario Ejecutivo de La Mesa, Ramón Guillermo Aveledo, aseguró que «la Constitución establece un periodo constitucional de seis años con posibilidad de reelección y no una presidencia por tiempo indefinido. En caso de que el presidente electo no pueda acudir para la juramentación por razones relacionadas con su enfermedad, se debe asumir lo establecido en la Carta Magna con respecto a las faltas temporales». «Hacer creer al país que el presidente está gobernando es una falta de seriedad que alcanza niveles de irresponsabilidad, de abuso de su persona, de su nombre, así como de todos los venezolanos (...) Los venezolanos necesitan tener la certeza de que el Estado no está paralizado», sostuvo.
En el otro bando se encuentra uno de los aspirantes a la sucesión, Diosdado Cabello, que afirmaba ayer, a través de su cuenta de Twitter, que la oposición no puede hacer exigencias al pueblo chavista. «@dcabellor Parte de los dragones de komodo creen que pueden hacerle exigencias al pueblo chavista, ojalá no se equivoquen. Tristeza no es debilidad», sentenció. Además, el presidente de la Asamblea Nacional aseveró que el chavismo «tiene muy claro qué hacer», e instó a la oposición a centrarse en sus propios planes. Los mensajes a través de las redes sociales están siendo una de las claves para conocer cómo se posicionan los chavistas y su postura respecto a la crítica situación que atraviesa Venezuela. Así, @dcabellor asegura: «Información para los jefes de la oposición venezolana, los chavistas tenemos muy claro lo que haremos, ocúpense de lo que harían ustedes», expresó en otro mensaje difundido en la red social. La hoja de ruta ya está escrita y para muchos podría ser interpretada como un golpe de Estado encubierto.
En este caso, existe el riesgo de que la oposición salga a las calles, los chavistas también y el ejército quede como mediador. El temor a los días de inestabilidad que se avecinan ha llevado a la oposición venezolana a salir del segundo plano en el que se mantenía desde que se conociera la operación de Chávez y ayer mismo el secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, tachó de «irresponsabilidad descomunal» los intentos del Gobierno por defender que Chávez sigue en pleno ejercicio de sus funciones y ha exigido al Ejecutivo que esté «a la altura» y «diga la verdad» sobre la salud del mandatario.
La preocupación por la verdadera situación excede las fronteras de Venezuela y llega hasta EE UU. En la primera rueda de prensa del año, la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, dijo que «si se da la circunstancia en la que él (Chávez) no puede ejercer como presidente, queremos ver un proceso de transición acorde con la Constitución de Venezuela».
VERSIONES CONTRADICTORIAS
Maduro asegura que ha visto a Chávez con «la misma fortaleza de siempre»...
Las voces más autorizadas del chavismo se empeñan en transmitir normalidad y tranquilidad sobre el estado de salud de Chávez. En este sentido, El vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó ayer en una entrevista concedida a la cadena de televisión panamericana TeleSur que ha visto en el mandatario «una fuerza gigantesca», al tiempo que ha resaltado que ha afrontado su enfermedad «con la fortaleza de siempre». Tras su visita a La Habana, aseguró que «he podido verlo en dos oportunidades, conversar con él, y es consciente absolutamente del complejo proceso posoperatorio. Además, nos pidió que mantuviéramos al pueblo informado siempre con la verdad, por dura que fuera en determinadas circunstancias».
...mientras Evo Morales reconoce que su estado es «muy preocupante»
Tal y como ha ocurrido desde que se conociera que Chávez debía ser intervenido de nuevo del cáncer que padece, los mensajes de apoyo del resto de mandatarios de Iberoamérica han sido constante en los últimos días. El de ayer del presidente de Bolivia, Evo Morales, resultó, en cambio, más preocupante que tranquilizador ya que aseguró que la salud de su homólogo venezolano, Chávez, «es muy preocupante». El presidente boliviano explicó en una rueda de prensa que ha hablado por teléfono con la familia de Chávez, aunque matizó que por el momento no ha mantenido ninguna conversación con Maduro. Además, fue más allá al añadir que «ojalá nuestras oraciones, nuestros ritos puedan ser efectivos para salvar la vida del hermano Chávez».
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