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La izquierda radical acosa a Erdogan
Día de caos en Estambul tras el asalto al cuartel general de la Policía y una sede del partido gobernante, el AKP. Detenidos 22 miembros del ilegal DHKP-C
Día de caos en Estambul tras el asalto al cuartel general de la Policía y una sede del partido gobernante, el AKP. Detenidos 22 miembros del ilegal DHKP-C
El caos y la violencia se apoderaron de Turquía ayer de nuevo, con varios incidentes aislados en Estambul, un día después de que el martes por la noche el fiscal del «caso Berkin» falleciera junto a dos de sus secuestradores en la operación de rescate de las Fuerzas de Seguridad.
Por la tarde, dos personas armadas asaltaron el cuartel general de la Policía de Estambul, y una de ellas –una mujer– fue abatida rápidamente por los agentes. La víctima llevaba supuestamente una bomba, según los medios turcos, pero no tuvo tiempo de accionarla. Aún no se sabe si están vinculados con algún grupo terrorista, pero portaban armas de gran calibre y abrieron fuego contra los agentes que se encontraban a las puertas del cuartel. Dos de ellos resultaron heridos, así como el segundo asaltante, que fue detenido cuando intentó huir. Después las Fuerzas de Seguridad acordonaron el centro de la ciudad, donde se sitúa el cuartel, y permanecen en estado de alerta.
El ataque se produjo horas después del secuestro del fiscal Mehmet Selim Kiraz, retenido en el interior del Palacio de Justicia por dos miembros del grupo ultraizquierdista Partido-Frente Revolucionario de Liberación Popular (DHKP-C). El fiscal perdió la vida el martes por la noche después de recibir varios disparos en el tiroteo que se produjo entre las Fuerzas de Seguridad y los secuestradores, tras el fracaso de las negociaciones, que duraron varias horas. También en la mañana de ayer un hombre armado se atrincheró en la sede local del partido gobernante, el AKP, en el barrio de Kartal de Estambul. El hombre consiguió romper varias ventanas y colgar de una de ellas una bandera turca con el símbolo de una espada, que no corresponde a la insignia de ningún grupo o movimiento conocido hasta el momento. Las Fuerzas de Seguridad consiguieron arrestarle sin derramar sangre y todavía no ha trascendido cuál es su identidad ni qué pretendía.
La tensión permanece muy elevada en Estambul, aunque parece que los incidentes registrados ayer no tienen relación con el secuestro de Kiraz, encargado del famoso caso de Berkin Elvan, un joven de 14 años que perdió la vida tras haber sido golpeado por un bote de gas lacrimógeno disparado por la Policía turca. Ayer se celebraron los funerales de Kiraz y un homenaje público en el Palacio de Justicia, durante el cual el ministro Kenan Ipek aseguró que el ataque del martes no fue sólo contra el fiscal, sino contra todo el sistema judicial y todo el país. Por su parte, el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, regresó de un viaje oficial a Rumanía para seguir de cerca la crisis. Erdogan subrayó que el secuestro «no es un asunto menor» y abogó por tomarse «en serio» este incidente, «del que podemos aprender».
Asimismo, en la noche del martes al miércoles se registraron enfrentamientos entre los antidisturbios y jóvenes de extrema izquierda, que salieron a la calle después de que fueran abatidos los dos miembros del DHKP-C que secuestraron a Kiraz. En las horas posteriores al secuestro, la Policía arrestó a más de 32 personas supuestamente vinculadas a ese grupo considerado terrorista en Turquía y por la Unión Europea. Los arrestos tuvieron lugar en la provincia de Antalya (sur), mientras que las protestas se concentraron en Estambul.
El pánico ha cundido no sólo en las calles, sino también en el aire, ya que esta semana se han registrado dos avisos de bomba en aviones de Turkish Airlines. Ayer, un vuelo entre Estambul y Portugal tuvo que volver a Turquía poco después de despegar porque a bordo se halló un paquete sospechoso sin dueño. Dos días antes, otro avión de la aerolínea tuvo que aterrizar de emergencia en Marruecos después de que en el lavabo se encontrara una nota con la palabra «bomba». En ambos casos sólo fueron falsas alarmas.
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