Ginebra
La mujer lapidada en Pakistán por su familia estaba embarazada de cinco meses
La mujer lapidada por su propia familia en Pakistán por haberse casado con el hombre que quería estaba embarazada de cinco meses, según ha determinado la autopsia y ha revelado su hijastro este miércoles.
La mujer lapidada por su propia familia en Pakistán por haberse casado con el hombre que quería estaba embarazada de cinco meses, según ha determinado la autopsia y ha revelado a Reuters su hijastro este miércoles.
Farzana Iqbal, de 25 años, fue lapidada por su familia frente a un tribunal en Lahore, en el este del país, en un 'crimen de honor'. "Su bebé murió en el vientre", ha lamentado Muhamad Aurangzeb, hijo de su marido, precisando que la Policía solo ha abierto una causa por un único asesinato. La mujer ya ha sido enterrada cerca de la ciudad de Faisalabad.
La joven estaba esperando a que el Tribunal Superior de Lahore abriera cuando un grupo de una docena de hombres la ha atacado lanzándole ladrillos, según relató Umer Cheema, un alto cargo policial. Su padre, dos hermanos y su antiguo prometido figuran entre los agresores, precisó.
Todos los sospechosos, salvo el padre, han escapado. Este ha reconocido el asesinato de su hija, según Cheema, y ha explicado que se trataba de una cuestión de honor. Muchas familias paquistaníes consideran que el hecho de que una mujer se case con un hombre de su elección provoca la deshonra de la familia.
Iqbal había sido comprometida con su primo pero se casó con otro hombre, explicó Cheema. Su familia había registrado una denuncia por secuestro contra el hombre pero Iqbal había acudido al tribunal para argumentar que se había casado por su propia voluntad, según el responsable policial.
Un millar de mujeres asesinadas
Alrededor de un millar de mujeres paquistaníes son asesinadas cada año por sus propias familias en crímenes de honor, según la Fundación Aurat, un grupo de defensa de los Derechos Humanos paquistaní. Sin embargo, esta organización advierte de que la cifra real probablemente sea muy superior, ya que ellos solo recopilan los asesinatos que aparecen en los medios. El Gobierno paquistaní no elabora estadísticas nacionales.
Según los activistas, muy pocos casos llegan a los tribunales y los que lo hacen tardan años en resolverse. Incluso aquellos que terminan en una condena muchas de las veces acaban con los asesinos en libertad. La legislación paquistaní permite a la familia de una víctima perdonar a su asesino.
Pero en los crímenes de honor, muchas de las veces los asesinos de las mujeres son sus propios familiares, subraya Wasim Wagha, de la Fundación Aurat. La ley les permite encargar a alguien llevar a cabo el asesinato y luego perdonarle. "Este es un gran vacío en la legislación", denuncia. "Estamos trabajando muy duro en este asunto", asegura.
Pillay, la conmocionada
Entretanto, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha expresado en Ginebra su conmoción por este caso. "Ni siquiera quiero usar la frase 'crimen de honor': no hay el más mínimo vestigio de honor en asesinar a una mujer de este modo", ha denunciado en un comunicado.
"El hecho de que fuera asesinada cuando se dirigía al tribunal demuestra un serio fracaso del Estado a la hora de prestar seguridad
a alguien que, dado lo comunes que son estos asesinatos en Pakistán, estaba obviamente en peligro", ha lamentado.
"Las personas que llevan a cabo 'crímenes de honor' raramente son perseguidas e incluso cuando lo son, a menudo reciben penas absurdamente muy ligeras, considerando que hay cometido un asesinato premeditado", ha subrayado Pillay.
"Esto es inaceptabel y es claramente la responsabilidad del Estado y del sistema judicial trabajar seriamente para disuadir de tales crímenes y garantizar que las personas que los cometen son llevadas ante la justicia", ha remachado.
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