Venezuela

Grito de libertad en Venezuela

La oposición logra vencer por primera vez al régimen bolivariano y poner fin a 17 años de hegemonía. Maduro culpa del fracaso a la «guerra. económica». El Gobierno venezolano aún no ha asignado 22 escaños en juego. La MUD asegura que ha alcanzado la mayoría absoluta, con 111 diputados. El largo recuento de votos eleva la tensión

Humberto Lopez, conocido como "El Che", muestra su decepción tras conocer la derrota del oficialismo en las legislativas del domingo
Humberto Lopez, conocido como "El Che", muestra su decepción tras conocer la derrota del oficialismo en las legislativas del domingolarazon

La oposición logra vencer por primera vez al régimen bolivariano y poner fin a 17 años de hegemonía. Maduro culpa del fracaso a la «guerra

económica»

Venezuela ha marcado a fuego el 6 de diciembre de 2015 como el final a 17 años de hegemonía chavista. La amplia mayoría lograda el domingo por la oposición en las elecciones legislativas pone de manifiesto la exigencia de cambio de los venezolanos. Ni la figura de Hugo Chávez pudo frenar la voluntad de un pueblo harto de la escasez y la inseguridad. La sentencia al presidente Nicolás Maduro dependerá de los 22 escaños todavía no adjudicados, una incógnita que, una vez resuelta, determinará la magnitud del cambio y podrá acelerar la llegada de un nuevo ciclo para el país caribeño.

Varios dirigentes opositores de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) aseguraron ayer que ya tienen contabilizados los 112 escaños, aunque, al cierre de esta edición, no había habido una confirmación oficial por parte del Consejo Nacional Electoral. Con más de 111 asientos parlamentarios, la oposición habrá logrado la mayoría cualificada (dos tercios de la Asamblea). En el búnker de la plataforma opositora MUD, creen que puede llegar hasta los 118 escaños. Esos datos desataron en la madrugada electoral la euforia de algunos dirigentes, que irrumpieron en la tarima al grito de «¡Tenemos la mayoría cualificada!». Como aseguró a LA RAZÓN el líder opositor, Henrique Capriles Radonski, «por el contexto de crisis, obtener dos tercios de la Cámara sería la victoria para la oposición. Menos que eso sería quedarnos a medias». La mayoría cualificada permitiría a la oposición convocar una Asamblea Constituyente, una reforma constitucional, promulgar leyes orgánicas, designar a los presidentes del Tribunal Supremo y del Consejo Nacional Electoral. También queda la posibilidad de promover un referéndum revocatorio para destituir al presidente Maduro, pero para ello hace falta recoger firmas del 20% del electorado. Algunos opositores ya advirtieron de que Maduro no va a completar su mandato hasta 2019. «Creo que el Gobierno está en un proceso de franca disolución, se está derritiendo, y yo creo que difícilmente llegue a su conclusión natural, que es la celebración de las próximas elecciones», aseveró el líder del partido socialdemócrata de Venezuela, Acción Democrática, Henry Ramos Allup, quien lanzó un claro mensaje sobre las ambiciones de la oposición de emprender una transición hacia un régimen abiertamente democrático: «Que el Gobierno se prepare, porque las cosas van a cambiar de verdad. No podemos seguir haciendo las cosas como le dio la gana», añadió Allup, cuyo nombre suena para presidir la Asamblea Nacional en sustitución de Diosdado Cabello. Pese al amplio margen de maniobra del que dispondría la oposición si supera los 111 diputados, algunos dirigentes de la MUD se mostraron cautos ante el triunfo para mantener la estabilidad del país. «No puede haber dos Venezuela sino un país unido y ésa es la tarea con la cual amanecemos este lunes», aseguró Julio Borges, líder del partido Primera Justicia, en una televisión privada.

Una mayoría de dos tercios también permite llamar a consulta sobre tratados internacionales que atenten contra la soberanía nacional. En este contexto, la oposición podría acabar con la revolución chavista y el socialismo del siglo XXI. Maduro atribuyó la derrota a la «guerra económica». «Ha triunfado la guerra económica, ha triunfado una estrategia para vulnerar la confianza colectiva en un proyecto de país», argumentó el presidente bolivariano para luego tender la mano al diálogo a la oposición: «A ustedes queridos compatriotas [opositores] los llamo a la convivencia, los llamo al trabajo. Ha llegado el momento de ponerse de acuerdo y parar la guerra económica contra el país, respetar las leyes de la economía».

Hasta la disolución y la constitución de las Cortes, prevista para el 5 de enero, el Gobierno oficialista con mayoría momentánea en el Parlamento todavía cuenta con la baza de aprobar una Ley Habilitante para que Maduro pueda gobernar por decreteto durante los próximos tres años de Presidencia. Una ampliación de los poderes del Ejecutivo que el chavismo ha impuesto hasta en cinco ocasiones. Asimismo, esa mayoría simple les permite promulgar leyes y aprobar o vetar nombramientos. Entre otros, designar a los magistrados del Tribunal Supremo o al fiscal general, así como la liberación de presos políticos, como el líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, encarcelado desde hace casi dos años. Con 101 escaños –ahora tienen 99 y faltan 22 por asignar– pueden también emitir directamente votos de censura contra el gabinete ministerial y el vicepresidente ejecutivo de la república. Sea cual fuere la composición final de la Asamblea Nacional, la presión legislativa de la oposición y la resistencia del Gobierno de Maduro, los venezolanos han abierto la puerta para poner el punto final a un ciclo político tras 17 años para escribir una nueva etapa en la historia moderna del país.