Corea del Norte
La palanca de China y Rusia
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, acordaron ayer atenerse al objetivo de la desnuclearización de la península coreana y tratar de «manejar apropiadamente» el ensayo nuclear que Corea del Norte llevó a cabo el domingo, una prueba que les sorprendió momentos antes de que comenzara la cumbre de las naciones BRICS a la que atendían en la ciudad china de Xiamen.
Ambos mandatarios, que celebraron una reunión en el marco del encuentro de los países emergentes, afirmaron su voluntad de «mantener una estrecha comunicación y coordinación para hacer frente a la nueva situación», según informó la agencia de noticias estatal china Xinhua. Tanto Rusia, que cuenta con 20 kilómetros de frontera compartidos con Corea del Norte, como China, tradicional aliado de los Kim, forman parte de una mesa de negociaciones sobre el programa nuclear coreano a seis bandas que lleva estancada desde 2008 que incluye a EE UU, Japón y las dos Coreas. En los últimos meses, ambas naciones han condenado las pruebas balísticas del régimen Juche al tiempo que han acusado a EE UU de provocar a Pyongyang con los ejercicios militares y el envío de la Armada norteamericana a la región. Por eso, a lo largo del simposio de hoy y mañana, Moscú tiene previsto promover la propuesta rusochina de doble congelación para Corea del Norte, que persigue el cese por parte de Pyonyang de sus pruebas balísticas a cambio de la suspensión de las maniobras que Wachington y Seúl realizan cerca de sus fronteras.
Con su iniciativa pretenden evitar un conflicto militar que represente un grave perjuicio para los intereses económicos y de seguridad estratégica de los países de la región, ellos incluidos. China mantiene fuertes lazos políticos y económicos con Pyongyang y ha sido acusada en más de una ocasión de no cumplir a rajatabla con las sanciones del Consejo de Seguridad. La estadística dice que si el país comunista consiguiera imponer una restricción de las importaciones de carbón, hierro, plomo y marisco, Pyongyang dejaría de ganar 1.500 millones de dólares. Ayer, Cheng Xiaohe, experto en asuntos norcoreanos de la Universidad Renmin, aventuró que quizás la sexta prueba nuclear de Kim tenía por objetivo dañar deliberadamente la atmósfera de la cumbre de los BRICS. «Esto pondrá a prueba si China está preparada para seguir adelante con acciones más radicales, como cortar los suministros de petróleo a Corea del Norte», declaró al diario «The New York Times». A la espera de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas decida imponer o no nuevos castigos a Pyongyang, Pekín y Moscú continuarán presionando para que todos los países realicen esfuerzos por volver a la mesa de negociaciones.
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