Bruselas
Detenido en Leipzig el yihadista fugado
El sirio «tenía planes concretos para atentar en Alemania»
Alemania ha estado en jaque durante todo el fin de semana desde que desapareciera Jaber al Baker, un joven sirio de 22 años sospechoso de tener vínculos con el Estado Islámico (EI).
Alemania ha estado en jaque durante todo el fin de semana desde que desapareciera Jaber al Baker, un joven sirio de 22 años sospechoso de tener vínculos con el Estado Islámico (EI). Las sospechas de las autoridades no eran infundadas, pues durante el operativo para detenerlo –en la madrugada del viernes al sábado– en su casa de Chemnitz, al este de Alemania, se halló material explosivo potente y, además, Baker logró huir del cerco policial a las 7:04 de la mañana. Los investigadores se temían que el sirio, que entró en Alemania como peticionario de asilo, quería atentar contra el aeropuerto de Berlín, en un ataque similar al de Bruselas el 26-M. «Los métodos y el comportamiento del sospechoso sugieren un contexto: el Estado Islámico», indicó el jefe de Policía de Sajonia, Joerg Michaelis. «Es razonable asumir que un cinturón de explosivos estaba listo o apunto de serlo», añadió Michaelis. De ahí que durante el fin de semana las Fuerzas de Seguridad intentaran arrestarlo por su alta peligrosidad y aumentasen los controles, sobre todo, en aeropuertos y estaciones de tren.
Gracias a tres sirios, Al Baker ha podido ser detenido. El sospechoso llegó el sábado a la estación de Leipzig y les preguntó si podía dormir en su apartamento. Le dieron cobijo en su piso, en el barrio de Paunsdorf (a unos 70 kilómetros de Chemnitz). Cuando se dieron cuenta de quién era, gracias a los carteles de «Se Busca» distribuidos también en árabe, lo redujeron, y uno de ellos acudió a la comisaría (con una foto de Al Baker) para denunciarlo. Durante la noche del domingo al lunes, los comandos antiterroristas entraron en el apartamento y, por fin, detuvieron al joven sirio.
Según la Fiscalía, Al Baker está siendo investigado por «tener ya planes concretos para perpetrar un atentado en Alemania de motivación islamista con material altamente explosivo». De hecho, en su vivienda guardaba peróxido de acetona (TATP), el explosivo que llevaban los yihadistas en sus cinturones en París y Bruselas y recientemente había buscado en internet «cómo fabricarlos para hacer la yihad».
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