La política de tierra quemada de Boko Haram en Nigeria

Desde el aire se puede apreciar la devastación y la brutalidad de los ataques llevados a cabo por el grupo radical Boko Haram en los pasados días en el noreste de Nigeria, que habrían dejado unas 2.000 personas muertas. Las imágenes satelitales muestran el antes y el después del paso de los combatientes islamistas por las localidades de Baga y Doron Baga, donde 3.700 viviendas y edificios fueron dañados o completamente destruidos, y cientos de civiles asesinados en un periodo de cuatro días. Éstos son los datos ofrecidos por Amnistía Internacional (AI), que describe el asalto de Boko Haram como el más grande y destructivo registrado hasta el momento. «Doron Baga ha sido prácticamente borrada del mapa», denuncia la organización, que emplea las imágenes obtenidas por satélite para demostrar la destrucción causada por el salvaje ataque que duró varios días.

Varios pueblos y aldeas han sido atacados desde el 3 de enero, dejando al menos 2.000 fallecidos, según Amnistía, aunque las autoridades nigerianas rebajan esa cifra a tan sólo 150 personas, entre civiles y combatientes. El Gobierno no ofrece explicaciones de lo que está pasando en esa zona del país, sin que nadie haya intervenido para evitarlo ni ofrezca asilo a las víctimas. La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) está prestando asistencia a las miles de personas que han huido de la violencia y se encuentran refugiados en la ciudad de Maiduguri, la principal del Estado de Borno, donde se ha establecido un campo de refugiados para atenderlos. Esta ONG también calcula que hay miles de muertos y cree que muchos de los supervivientes se encuentran aún escondidos en los montes de los alrededores de Baga. Asimismo, miles han huido al vecino Chad, según AI. Precisamente, aquéllos que han conseguido escapar y están ahora en territorio seguro son los que están relatando el terror vivido durante el asalto de Boko Haram. Amnistía Internacional recogió el testimonio de varios de ellos, que describieron como los milicianos radicales abrieron fuego indiscriminadamente contra la población, matando a mujeres y niños sin distinción, y persiguieron a todo aquel que intentó esconderse entre la vegetación que rodea los centros habitados. Los supervivientes también cuentan cómo en su huida se encontraron con muchos cadáveres de personas que habían sido asesinadas anteriormente en la zona, situada en el extremo nororiental de Nigeria, en la frontera con Chad. La cadena de televisión Al Yazira recoge el testimonio de un niño superviviente de la matanza, que cuenta que fue obligado a presenciar la ejecución a sangre fría de los miembros de su familia. Según AI, estos ataques tan despiadados responden a la venganza de Boko Haram contra aquellos civiles que están ayudando a las Fuerzas de Seguridad en su lucha contra el grupo yihadista, que controla amplias zonas en el noreste de Nigeria. El Gobierno central, que hace tiempo no consigue hacer frente a los radicales, ha promovido la formación de milicias integradas por ciudadanos –denominadas Fuerzas Conjuntas Civiles–, que en muchas ocasiones son el blanco de los ataques de Boko Haram. Amnistía Internacional desvela que estas milicias están operativas en Baga y un testigo aseguró a la ONG que los islamistas entraron en la localidad buscando a los integrantes de las milicias progubernamentales, y que mataron sobre todo a hombres jóvenes que podrían integrarlas.

Mientras, es imposible averiguar realmente qué está ocurriendo en la zona, bajo control de Boko Haram, así como confirmar la cifra de fallecidos. En las redes sociales se han levantado voces de denuncia ante el silencio internacional por las matanzas en Nigeria.

Robados 500 pasaportes españoles

En el aeropuerto internacional de Lagos, en Nigeria, ha sido robada una valija diplomática que contenía 500 pasaportes españoles en blanco. Los visados debían ser entregados al consulado de España en Lagos. La noticia se filtra en un momento en el que existe un fuerte debate tras los atentados en Francia en la Unión Europea sobre los controles de pasaportes y la relajación de las autoridades cuando los ciudadanos poseen el documento de identidad europeo. Los pasaportes robados, aunque están cifrados, se podrían manipular.