Bill Clinton
La sombra de Lewinsky es alargada
Shanks, el artista que pintó el retrato oficial, afirma que el vestido aparece en el lienzo como una alegoría
Shanks, el artista que pintó el retrato oficial, afirma que el vestido aparece en el lienzo como una alegoría.
Dice el refrán que el pasado siempre vuelve. Y en el caso de los Clinton se llama Monica Lewinsky, la protagonista de la felación más importante de la historia. Aunque nunca se ha ido de la escena, más de 15 años después de aquel escándalo –que casi le cuesta el cargo al entonces presidente– vuelve a situarse en el epicentro del chismorreo global de altos vuelos por descortesía de Nelson Shanks, el artista que pintó en 2006 el cuadro oficial de Bill Clinton en la National Portait Gallery de Washington.
Una perversa alegoría
En una entrevista al diario «Philadelphia Daily News», Shanks revela que incluyó una sombra al lado de Clinton que es, o eso afirma él, la sombra del célebre vestido azul de Lewinsky con una mancha que confirmaba su relación sexual. El pintor –que en ese momento tuvo que tener una pulsión de epifanía y de querer dejar un sello de autoría en el lienzo– quiso que esa sombra fuese una alegoría del mandato del líder demócrata. «La realidad es que es posiblemente el mentiroso más famoso de todos los tiempos. Él y su Administración hicieron algunas cosas muy buenas, pero nunca pude conseguir que Monica estuviese fuera de mi mente y la incorporé sutilmente a la pintura», explica Shanks al rotativo, y añade «que es una metáfora sobre su mandato». Lo que sucede, por qué engañarnos, es que hay que mirar una y cien veces el cuadro para adivinar la silueta del vestido de la discordia. Incluso comenta que el retrato les sentó a los Clinton como un tiro: «Lo odian. Quieren que desaparezca de la National Portait Gallery», algo que el museo ha desmentido rápidamente; es más, aseguran que no se habían dado cuenta de este guiño tan perverso. Al vestido se le une otra presunta «maldad»: Clinton aparece sin su anillo de casado, algo que causó cierta controversia que rápidamente atajó la Casa Blanca al afirmar: «Que era una pequeña licencia del autor». Hasta el momento, y es presumible que sea así en el futuro, los Clinton no han hecho ninguna declaración. Normal si se tiene en cuenta que Hillary está postulándose, aunque todavía no de forma oficial, para ser la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos tras el mandato de Barack Obama.
Aunque hasta ahora era un artista prácticamente anónimo, Shanks no es un don nadie en busca de una celebridad ocasional, ya que también posó para él Diana de Gales, uno de los retratos que más le marcó: «Me encontraba en un momento en que Carlos estaba siendo muy egoísta con la princesa y la Prensa británica estaba siendo sádica con ella. En cierta manera me convertí en su protector y reflejé su estado de ánimo, estaba triste y afligida», comenta. También tuvo una relación muy estrecha con Margaret Thatcher. Tal y como cuenta «dijo públicamente que yo no era un pintor sino un filósofo. Eso no lo ha dicho de nadie más y me impactó muchísimo».
El detalle de la discordia
Azul oscuro casi negro. En 1998, Clinton vivió el que posiblemente fue el peor año de su vida. Ante las informaciones de que mantenía una relación sexual con una becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, el presidente negó los hechos, pero a los pocos meses apareció el vestido azul con varias manchas de semen de Clinton, que admitió los encuentros con la joven.
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