Inmigración
La tensión entre París y Roma lastra la agenda migratoria de la UE
Renzi amenaza con entregar visas temporales de Schengen a los inmigrantes si no se alcanza un acuerdo de reparto.
Cómo afrontar la inmigración en Europa será el centro del Consejo de Ministros del Interior de los Veintiocho que se celebra hoy en Luxemburgo, sin que haya expectativas de que se alcance un acuerdo sobre cómo avanzar en la Agenda de la Inmigración Europea. El último episodio conflictivo sobre el tema lo han vivido este fin de semana Francia e Italia, después de que el primero cerrara sus fronteras con el segundo para evitar el paso de dos centenares de inmigrantes que estaban bloqueados en la localidad italiana de Ventimiglia.
Francia, sin embargo, niega la mayor y rechaza rotundamente que haya cerrado su frontera con Italia. Según señalaba Brahim, originario de Darfur, a «Le Monde», «mujeres, hombres y niños pidieron pasar a Francia para poder ir a otros países». Italia en un gesto sin precedentes amenazó ayer con entregar visas temporales de Schengen para que los inmigrantes puedan moverse por la UE si no se llega a un acuerdo.
A pesar de que las fronteras Schengen están abiertas entre ambos países, la recién celebrada cumbre del G-7 en Baviera ha hecho que los países más cercanos hayan intensificado los controles en sus fronteras. El ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, respondía a las acusaciones italianas que Francia cumple las reglas europeas que señalan la obligación de que los inmigrantes se queden en la nación que los registra.
Con la llegada del verano, todo apunta a que se intensificarán los flujos migratorios hacia Europa y que esta situación vivida entre Francia e Italia pueda repetirse en los próximos meses. Apenas parece una anécdota teniendo en cuenta los miles de inmigrantes que llegan a las costas italianas, pero es un buen reflejo de las desavenencias entre los países cuando se trata de abrir las puertas a los irregulares. Después de que los Veintiocho pidieran una solución inmediata a la Comisión Europea para hacer frente a la inmigración masiva y evitar las muertes de miles de personas en el Mediterráneo, Bruselas propuso la acogida de refugiados a través de un sistema de cuotas obligatorio. Teniendo en cuenta el PIB per cápita, la población, la tasa de desempleo y el número de solicitudes de asilo que reciben, la Comisión estableció un sistema de reparto de asilados políticos obligatorio. En su propuesta pedía a países como España más esfuerzos para relajar la presión migratoria de países como Italia y Grecia, que reciben una inmigración masiva. Alemania, por su parte, es quien más refugiados acoge y el objetivo de la propuesta europea también pasa por disminuir los esfuerzos de Berlín. España tendría que asumir la llegada de cerca de 6.000 refugiados de un total de 60.000 que se distribuirán por la UE en dos años.
La voluntad española es que el sistema propuesto por la Comisión tenga un carácter no obligatorio. Asimismo, España considera que la tasa de desempleo debería puntuar más en los cálculos de la CE, ya que de los cuatro valores que tiene en cuenta, apenas puntúa con un 10%, junto con los esfuerzos en materia de asilo, frente al 40% que contabilizan la potencia de la economía y la población. Después de la iniciativa del Ejecutivo comunitario de cara a establecer una política europea conjunta de asilo más justa y equitativa, se han ido sucediendo los reparos de muchos socios. Entre ellos no sólo se incluyen Francia y Alemania, que quieren ver reducir su porcentaje de refugiados, sino países como España, que alegan la baja ponderación que ha otorgado la Comisión al criterio del paro para realizar los baremos.
En esta cumbre de ministros del Interior, donde participará el español Jorge Fernández Díaz, se espera que los países limen asperezas para llegar a un acuerdo sobre el sistema de cuotas, de cara a que pueda implementarse casi con inmediatez el siguiente mes de julio. En caso de no haber acuerdo, no podría implementarse la medida de forma urgente y habría que esperar a otra reunión extraordinaria de ministros o a la Cumbre de líderes europeos de finales de mes.
Para mediar entre Francia e Italia y aliviar tensiones, el comisario europeo de Inmigración, el griego Dimitris Avramopoulos, mantendrá un encuentro con los ministros del Interior de ambos países, más el de Alemania, en el marco del Consejo de Interior, para que el Consejo pueda centrarse en encontrar una postura común. Aunque ni siquiera los países a los que la CE les rebaja los porcentajes de refugiados están de acuerdo con la forma de contabilizar el reparto. Prácticamente la mitad de los países quieren que el sistema de reparto sea de carácter voluntario, entre los que se encuentran España y Portugal, y la otra mitad está de acuerdo en que los porcentajes sean obligatorios, pero querrían cambiar los criterios de reparto, como Francia y Alemania.
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