Bruselas
La UE pierde la batalla de Ucrania
El golpe de efecto de Ucrania al rechazar su alianza con la Unión Europea días antes de la Cumbre de Vilna escondía una trampa escondida. El presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, volvía a rechazar ayer la oferta de Bruselas, pero aseguraba que sigue dispuesto a firmar un acuerdo de asociación y comercio con la UE, aunque éste deberá ir acompañado de un paquete de ayuda económica. Era la escenificación del tremendo varapalo recibido por la diplomacia europea y a la vez ensalzaba la nueva victoria de Moscú en la escena internacional.
Durante una reunión con 30 dirigentes europeos a puerta cerrada en Vilna, Yanukovic aseguró que, «desgraciadamente, Ucrania en los últimos tiempos ha resultado estar sola a la hora de afrontar los graves problemas económicos y financieros». «Ahora necesitamos que nuestros socios europeos den pasos decisivos hacia Ucrania que funcionen y elaboren un programa de ayuda económica y financiera», declaró, según informó la web de la presidencia ucraniana. «Debido a las nuevas circunstancias económico-comerciales, Ucrania debe prepararse para las secuelas negativas del período inicial que, sin lugar a dudas, sentirán las capas más desfavorecidas de ucranianos», aseguró Yanukovich. Éste estima en unos 120.000 millones de euros el impacto negativo del acuerdo en su economía, lo que se negaron a sufragar los líderes europeos. Y pese al «no», Yanukovich insistió en que la intención de Kiev es firmar en un futuro próximo el acuerdo.
Por su parte, su primer viceprimerministro, Serguéi Arbuzov, ahondó en la estrategia de su presidente. Por un lado era evidente el portazo que Ucrania daba a la UE cediendo a las presiones rusas, pero a la vez el objetivo era mantener esa puerta abierta en el futuro. Arbuzov insistió en que su país ha hecho un «gran esfuerzo» en el camino hacia la integración con la Unión Europea y «no quiere renunciar a ella». «No hay ningún retroceso en la política de Ucrania. Ucrania necesita a Europa. Hemos hecho mucho para llegar hasta aquí», subrayó.
Por el otro bando, el comisario europeo de Ampliación y Política Europea de Vecindad, Štefan Füle, declaró que el acuerdo puede ser firmado en cuanto Kiev esté listo. En este sentido, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, se mostró confiado en que «tarde o temprano» Ucrania terminará firmando. «Lo importante es no dejar escapar la oportunidad ni permitir presiones ajenas», subrayó Van Rompuy, en una crítica directa a Moscú. «Más de una vez hemos dicho que las acciones de Rusia en relación a los países de la Asociación Oriental no se corresponden con cómo se llevan las relaciones internacionales en el siglo XXI», recalcó.
El presidente ucraniano aprovechó la ocasión para poner más «deberes» a sus socios europeos, y apuntó que habrá que pulir el asunto prioritario de la eliminación de los visados para los ciudadanos ucranianos. «Estoy convencido de que la mejor demostración de que la UE quiere abrirnos sus puertas sería la exención inmediata de los visados para los ciudadanos de Ucrania», recalcó.
Por su parte, en un nuevo ejercicio de diplomacia, la declaración conjunta al término de la reunión señala que los participantes «toman conocimiento de la decisión del Gobierno de Ucrania de suspender temporalmente el proceso de preparación para la firma de los acuerdos», pero añaden que «han prestado atención al apoyo social sin precedentes a la asociación política e integración económica entre la UE y Ucrania», que «reiteran su propósito de firmar».
Mientras tanto, la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite, que ostenta la presidencia rotatoria de la UE, puso fecha para el objetivo de volver a convencer a Ucrania: la próxima cumbre de la Asociación Oriental, que se celebrará en Riga (Letonia), en el primer semestre de 2015. No obstante, advirtió, la Unión Europea no está dispuesta a «regatear» con Ucrania. «Todos los postulados (del acuerdo) ya se conocen. No habrá otros nuevos», dijo Grybauskaite.
Como estaba previsto, los socios europeos rubricaron ayer los acuerdos de asociación política y de libre comercio con Georgia y Moldavia, «los más avanzados de sus características nunca negociados por la UE», dado que «en términos de comercio e integración económica van mucho más allá que la simple apertura del mercado», explicó el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso. Cuando se empiecen a aplicar provisionalmente se erradicarán inmediatamente cerca del 100% de todos los aranceles comerciales en lo que respecta a la UE y «de forma más gradual» en el caso de Moldavia y Georgia.
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