Estados Unidos
Las armas de fuego llegan a la Universidad de Texas
Entra en vigor la ley que permite a los alumnos ir con pistola en clase y residencias. Los profesores que lo impidan se exponen a ser sancionados
Entra en vigor la ley que permite a los alumnos ir con pistola en clase y residencias. Los profesores que lo impidan se exponen a ser sancionados
Pronto empezará el nuevo curso universitario en EE UU y, en las facultades de Texas, los que tengan más de 21 años y un permiso de armas podrán llevar a la universidad pública pistolas entre los apuntes. El 1 de agosto entró en vigor en Texas la polémica ley conocida como «Campus Carry» y, a pesar del estupor que pueda generar conociendo el historial de matanzas en centros educativos en EE UU, no sólo está vigente en este estado. Se suma a Utah, Idaho, Colorado y Tenessee, donde los alumnos pueden ir armados en campus, edificios, aulas y hasta en las residencias universitarias. Eso sí, la legislación da la opción de que cada facultad imponga sus propias restricciones.
El 29 de julio, desde la Universidad de Texas en Austin, se avisaba a los alumnos y al personal de la nueva medida. «Llevamos tiempo trabajando detenidamente con estudiantes, profesores y trabajadores de las facultades de todo el campus para implementar la ley de la manera más suave posible», indicaba Bob Harkins, el vicepresidente de Seguridad de la Universidad. «Hemos oído y entendemos la intranquilidad de muchos miembros de la comunidad. Estamos trabajando para ocuparnos de esas preocupaciones dentro de los parámetros de la Ley», intentaba tranquilizar Harkins. Los profesores podrán declarar sus oficinas «zonas libres de armas» en la citada universidad, pero deberán colgar señales anunciándolo.
En las residencias, los jóvenes podrán portar armas en las zonas comunes, como el comedor o los salones, pero no en las habitaciones, pues allí no se permitirá guardar armamento, aunque según la agencia Ap, se harán excepciones con los familiares y visitantes que tengan licencia para portar pistolas. En otras facultades, los profesores tendrán que pedir permiso a la administración para permitir la prohibición de armas, al menos en sus despachos. No obstante, ya se ha advertido de que se exponen a sanciones si prohíben las armas en sus clases.
En lo que va de año, ya han muerto 8.183 personas por armas de fuego en todo el país, según datos actualizados del Gun Violence Archive (GVA). 217 de las víctimas fallecieron en lo que se conoce como «tiroteos masivos». En 2015 fueron asesinadas 13.449 personas con armas de fuego, de acuerdo a las cifras de GVA. Cada vez que hay una matanza, el debate de las armas vuelve a ponerse sobre la mesa. La sociedad estadounidense está completamente dividida al respecto. Mientras que hay miles de grupos que velan por el fin de la tenencia de armas en EE UU y demandan más restricciones, son muchos los que ven su control como una pérdida de derechos fundamentales. Así, el lunes el gigante Apple anunció que cambiaba en todos sus dispositivos el emoticono del rifle por una inofensiva pistola de agua, en un gesto simbólico que había pedido la asociación New Yorkers Against Gun Violence. Pero también se aplaudía la nueva ley en Texas, pues se veía muy representativo que coincidiera con la fecha del 50 aniversario de una matanza en una facultad: un tiroteo en la Universidad de Texas, en el que fueron asesinadas 15 personas.
«Si en América se ha aprendido algo de sus pasados tiroteos en masa, es el 1 de agosto precisamente, el día para poner en práctica la nueva ley. Lo único que resulta indignante es que hayan tenido que pasar 50 años para que ocurriera», señalaba John R. Lott en un editorial para Fox News. Para Lott, que ha escrito libros como «Más armas, menos crímenes», «los defensores del control de armas pensarán que las prohibiciones consiguen más seguridad. Sin embargo, lo único que aseguran es que buenos ciudadanos estén desarmados, no los asesinos. Estos vetos no mejoran la seguridad, sino que vuelven más atractivo y fácil para los asesinos cometer tiroteos». El próximo presidente tendrá que hacer frente a este delicado asunto. La demócrata Clinton se ha comprometido a una revisión para prevenir la violencia armada, mientras que el republicano Trump, con el apoyo anunciado de la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA), ya ha prometido que prevalecerán los derechos de la Segunda Enmienda.
Macabro aniversario de una matanza
La nueva ley ha tenido más relevancia si cabe por coincidir con el 50 aniversario de una matanza perpetrada con armas de fuego en esa misma universidad. El 1 de agosto de 1966, Charles Whitman, de 25 años, ex marine y estudiante de Arquitectura de la Universidad de Texas, quien además sufría problemas mentales, mató a 15 personas, además de herir a más de 30, tras asesinar la noche anterior a su madre y a su mujer. El tirador primero acabó con la vida de tres personas dentro de la torre de la Universidad, situada en el centro del campus, y posteriormente subió a su mirador con varias armas y una gran cantidad de munición para, desde allí, provocar la muerte de otras 12 personas elegidas al azar. En total, la cifra ascendió hasta las 17 víctimas mortales, incluyendo los dos asesinatos de la noche anterior.
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