Política

Bangui

Las milicias siembran el caos en la capital de la República Centroafricana

Los ataques de las milicias "Anti-Balaka"llevaron hoy el caos a la capital de la República Centroafricana (RC), Bangui, donde se registraron fuertes combates con artillería pesada que causaron al menos ocho víctimas mortales y obligaron a centenares de personas a abandonar sus viviendas y buscar refugio.

Los enfrentamientos, iniciados por esos milicianos cristianos partidarios del derrocado presidente centroafricano, François Bozize, se produjeron horas antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU autorizase la intervención militar de Francia, junto a una fuerza africana, para restablecer el orden en ese país.

Los tiroteos comenzaron a las 04.30 horas locales (03.30 GMT) en los distritos situados en el norte de Bangui, y luego se extendieron a otras zonas de la capital.

En el barrio popular de Boy Rab, feudo del exmandatario -depuesto el pasado marzo por los rebeldes del grupo Séléka-, los habitantes abandonaron precipitadamente sus hogares y buscaron refugio en el monasterio "Marie Reine des Verbes", donde se llegaron a reunir cerca de mil personas, en su mayoría mujeres y niños.

"Nos sentimos seguros en este lugar y vamos a permanecer aquí hasta que vuelva la tranquilidad", reconoció a Efe Jordye Nguerouaka, uno de los refugiados, que en su camino hacia el edificio religioso vio a varios heridos y posiblemente muertos a causa de los disparos.

Otras fuentes locales contactadas por Efe informaron de enfrentamientos entre milicianos "Anti-Balaka"y Séléka en el barrio administrativo de la capital, donde están concentradas las principales instituciones del país.

La intensidad de los tiroteos se suavizó sobre las 09.00 hora local (08.00 hora GMT), aunque todavía se oían de forma esporádica en algunos barrios.

Sobre las 13.00 horas, las Fuerzas de Seguridad restablecían el orden en la capital al conseguir acabar con los intercambios de disparos, según informó a Efe el portavoz de la Presidencia del Gobierno, Guy Simplice Kodegue.

Las Fuerzas de Seguridad estuvieron apoyadas por miembros de Séléka, rebeldes de confesión musulmana y cuyo líder, Michel Djotodia, ejerce como presidente de la transición de la RC.

"Puedo afirmar que han cesado los tiroteos en la capital y que la situación está totalmente bajo control", reiteró el portavoz, que no pudo informar sobre la cifra de víctimas ocasionadas por el enfrentamiento.

El único recuento llegó por parte de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), que contabilizó ocho víctimas mortales y 57 heridos, 20 de ellos en estado crítico.

No obstante, MSF reconoció que la "volatilidad"de la situación en la capital dificulta en extremo el cómputo de heridos y fallecidos, si bien la gravedad de los tiroteos hace pensar en que esas cifras puedan ser más elevadas.

Djotodia dirigió un mensaje a la nación para llamar a la calma y pedir a los ciudadanos de Bangui que permanezcan en sus hogares.

Además, en unas declaraciones a la televisión francesa BFMTV, el presidente centroafricano pidió a su homólogo galo, François Hollande, una intervención "urgente"que devuelva la calma a Bangui y negó que lo que está ocurriendo se pueda vincular con un golpe de Estado: "son miembros descontrolados, Anti-Balaka", aseguró.

Fuentes militares informaron a Efe de que más de 200 soldados franceses avanzan desde Camerún hacia la frontera con la RC, adonde entrarán tras aprobar el Consejo de Seguridad de la ONU el despliegue galo en el país.

En las últimas semanas, se han registrado choques entre partidarios de Séléka y la milicias cristianas de autodefensa conocidas como los "Anti-Bakala"("antimachete"en sango, la lengua nacional), que han atacado a civiles musulmanes, confesión de los miembros de Séléka, pero minoritaria en el país.

La crisis de la República Centroafricana comenzó cuando, el pasado 24 de marzo, la capital fue tomada por los rebeldes de Séléka, que asumieron el poder en el país tras la huida de Bozizé al exilio.

La coalición Séléka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzó en armas en el norte del país en diciembre de 2012 al considerar que Bozizé no había respetado unos acuerdos de paz firmados en 2007.

Sin embargo, estos rebeldes son de mayoría musulmana, frente a una población esencialmente católica, por lo que existe el riesgo de que la crisis se transforme en un conflicto religioso.