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Las saudíes se ponen al volante

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Hasta ahora, Arabia Saudí ha sido el único país en el mundo que prohibía conducir a las mujeres

No es ningún secreto que en Arabia Saudí, uno de los países más retrógrados del mundo árabe, las mujeres tienen más restricciones que privilegios. Pero por primera vez en su corta historia, el reino saudí permitirá a las mujeres conducir, aunque aún tendrán que esperar hasta junio de 2018 para poder sentarse detrás del volante.

Una lucha que ha durado más de 25 años y ha estado protagonizada por mujeres activistas que han hecho campañas en las redes sociales para que se les permita conducir. Incluso han desafiado la prohibición del reino grabándose conduciendo. Sus reivindicaciones han sido reprimidas con arrestos y acoso. El caso más conocido es el de la activista Manal Al-Sharif, que fue detenida en 2011 después de protestar dirigiendo ella misma un vehículo.

"¿Queréis una declaración? Aquí va: Arabia Saudí nunca será la misma. La lluvia comienza con una sola gota”, manifestó al Sharif en en 'Twitter' tras el anuncio del levantamiento de la prohibición. El reino saudí ha sido hasta el 26 de septiembre el único país del mundo donde las mujeres no podían conducir ni obtener el permiso de conducir sin solicitar el permiso de un guardián “mahram” masculino.

Activistas como Lojain Hazlol se muestran menos optimistas e interpretan la medida como el inicio de un camino en el que las mujeres saudíes podrán dirigir su propio destino. "Las defensoras de los derechos de las mujeres observarán de cerca la implementación de esta nueva ley y continuarán haciendo campaña para abolir la tutela masculina que se les impone. No nos conformamos con nada menos que la igualdad total”, afirma a LA RAZÓN Hazlol.

En Arabia Saudí, una mujer no puede ni siquiera abrir una cuenta bancaria sin el permiso de su esposo. Mucho menos ir a nadar en una piscina pública o en el mar. La mayoría de los edificios públicos, incluyendo oficinas, bancos y universidades, tienen entradas separadas para hombres y mujeres.

“Habrá que esperar para comprobar cuántos de esos cambios se materializan realmente, pero parece significativo que la Policía Religiosa, que se encargaba de velar por el cumplimiento de estas cuestiones, prácticamente no haya dicho nada en los últimos meses”, manifiesta la activista.

De hecho, el jefe de la Policía Religiosa declaró tras el anuncio de la nueva ley "que las mujeres conduzcan no contraviene la sharia y es cuestión de las mujeres decidir lo que mejor les convenga”.

Precisamente, la prohibición de conducir en Arabia Saudí ha sido unas de las restricciones para las mujeres más difíciles de abolir, porque “en realidad, no hay ninguna ley oficial que lo prohíba”, señala a LA RAZÓN Dima Dabbus, directora del Instituto de la Mujer de la Universidad Libanesa Americana (LAU).

“No tiene base en la religión. Incluso las interpretaciones más extremistas del islam no prohíben a las mujeres conducir. Hay fatuas [edictos religiosos] contra el seguro de salud, contra las mujeres que trabajan en los hospitales o contra las que viajan solas con un conductor, pero no contra la conducción”, insiste Dabbus.

“No hay que considerarlo un triunfo en la lucha por las libertades de las mujeres saudíes, pero es un paso importante que muestra que la sociedad saudí está empezando a cambiar”, puntualiza la directora del Instituto de la Mujer.

Sin embargo, desde un punto de vista oficialista, “estas restricciones, como se califican en Occidente, son tradiciones conservadoras en Arabia Saudí”, dice el periodista saudí Yamal Jashogi, en una conversación telefónica con LA RAZÓN

“El hecho de que una mujer vaya acompañada de un hombre no restringe su libertad sino que la protege de otros hombres que podrían acosarla”, defiende Khashogi. A su juicio, Arabia Saudí es “un ejemplo para el resto de los países musulmanes de los valores del islam” y “el Gobierno debe protegerlos”, insiste.

Resulta difícil imaginar a un hombre piropeando a una mujer saudí que va vestida con una 'abaya' -una larga túnica negra- y con el cabello y el rostro cubiertos con un 'niqab', el velo integral. El código de vestimenta para las mujeres se rige por una interpretación estricta de la ley islámica y se aplica en todo el país. Y pobres de aquellas que intentan salirse de la normativa, vistiendo una túnica un poco ceñida que pueda marcar su figura o con el rostro descubierto mostrando el maquillaje, porque allí está la omnipresente policía religiosa para reprimirlas.

Aún queda un largo camino por recorrer antes de que las mujeres y hombres saudíes obtengan los derechos políticos y civiles que les han sido negados. La imagen aperturista que quiere dar al exterior el rey Salman y su hijo no muestra una verdadera voluntad de reformar el reino. Desde el 9 de septiembre, más de 30 activistas, eruditos religiosos y profesionales han sido detenidos en Arabia Saudí y, esta semana, un informe de Human Rights Watch destacó la discriminación institucional contra las minorías religiosas y la propagación del discurso del odio y fatuas contra ellos.