Extrema derecha
Le Pen recurre a las mentiras ante el repunte de Macron
El candidato de En Marcha se querella contra la líder ultra por insinuar durante el debate que tenía una cuenta en Bahamas
El candidato de En Marcha se querella contra la líder ultra por insinuar durante el debate que tenía una cuenta en Bahamas.
La Fiscalía ha abierto una investigación tras la denuncia presentada por Emmanuel Macron por «propagación de información falsa» para frenar los rumores que le hacen dueño de una cuenta oculta en un paraíso fiscal. Casi al final del agrio debate en el que se enfrentaron los candidatos a la presidencia el miércoles, Marine Le Pen insinuó que el candidato de En Marcha tenía una cuenta secreta en Bahamas. «Espero que no nos llegue la noticia de que tiene usted una cuenta ‘offshore’», comentó la candidata de extrema derecha para cortar a su interlocutor cuando sacaba a relucir los «affaires» en los que se haya envuelta, especialmente la supuesta creación de empleos ficticios en el Parlamento Europeo.
Le Pen se hizo eco de un rumor que había surgido en las redes sociales poco antes, y que había sido propagado por los apoyos de Donald Trump antes de introducirse en el circuito de cuentas asociadas a Sputnik y Russia Today (dos medios pro Putin), según afirma el equipo de campaña de Macron. Cuando ayer reprocharon a Le Pen haber realizado ese tipo de acusaciones sin pruebas contra su contrincante, negó haberlo afirmado, dijo que sólo le había hecho una pregunta. «Si tuviera pruebas, lo habría afirmado», comentó en BFMTV, «pero yo sólo le preguntaba al señor Macron, o es que ya no tenemos derecho a hacerle preguntas».
Esta mala fe ha sido detectada por muchos de los telespectadores que siguieron el debate y que ayer calificaban de «lamentable» la prestación la líder del FN. Hasta Jean-Marie Le Pen considera que su hija «no estuvo a la altura», aunque piensa que la culpa es de «su entorno» y los consejos que le dieron. la candidata le quitó importancia y aseguró que su padre no le ve «muchas cualidades desde hace unos meses». Sin embargo, también la gente de su entorno tuvo dificultades para defender su intervención. Algunos, como Florian Phllipot, no dudaron en afirmar que había «dominado» el debate. Otros, como Jérôme Rivière, acabaron reconociendo que les había «decepcionado» el cara a cara televisivo.
El Frente Nacional (FN) ha sido víctima de ciberataques, igual que los sistemas de En Marcha. Ayer indicaron en un comunicado que han presentado una denuncia que ha permitido la detención de un «hacker cercano a la extrema izquierda». El equipo de campaña de Macron dijo que había sido objeto de al menos cinco intentos de pirateo.
Los dos candidatos al Elíseo retomaron ayer la campaña. El candidato socio liberal en Albi y la líder ultraderechista en Bretaña. Le Pen también eligió visitar una empresa de transporte de muebles en Dol-de-Bretagne, donde el FN ha obtenido sus mejores resultados en la región. A pesar de ello, fue acogida por un grupo de manifestantes que le arrojaron unos huevos.
Macron fue recibido por manifestantes de la CGT que gritaban «Abolición de la Ley del trabajo», y mantuvo una viva discusión con algunos trabajadores que le pidieron que no traicionara a los obreros de la fábrica creada por Jean Jaurès, la Vidriería de Albi, que Macron visitó vestido con el mono de trabajo y la gorra de los empleados.
Por su parte, el candidato de En Marcha recibió ayer nuevos apoyos, especialmente el de los representantes religiosos de judíos, musulmanes y protestantes, que firmaron un comunicado común para pedir de forma explícita el voto para Macron este domingo, a pesar de que son «bien conscientes» de que sus funciones les «obligan a la neutralidad política». Pero estiman que es «indispensable» recordar con una sola voz «los fundamentos humanistas» que les animan.
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