El juicio a López tensa Venezuela

El proceso contra el dirigente político Leopoldo López agotaba ayer sus últimas horas, tras casi 14 meses de un juicio marcado por las irregularidades procesales. Ayer se reanudó la que debía de ser la última audiencia, convocada inicialmente para el 4 de septiembre, pero que fue suspendida a las once de la noche de ese día tras una jornada maratoniana.

En un clima de tensión, expresado en las escaramuzas entre decenas de chavistas y opositores a las puertas del Palacio de Justicia de la capital, comparecieron Leopoldo López y dos de los tres estudiantes que también están siendo juzgados en esta causa. Pese a la notable presencia del Ejército, los choques fueron inevitables, en particular con el lanzamiento de botellas y palos contra los familiares del líder opositor por parte de unos 300 chavistas. Un activista del partido opositor Voluntad Popular falleció de un infarto después de sufrir una emboscada de simpatizantes del oficialismo.

El estudiante Marco Coello, por su parte, de nuevo no se presentó a la audiencia, después de que haya trascendido que habría salido del país hacia Miami, ante el temor de una condena que considera injusta y política. «Con la decisión que tome la jueza sabremos si estaba bien fundado el temor de Marco Aurelio que le obligó a dar ese paso», dijo ayer su abogado. Al cierre de esta edición, el líder de Voluntad Popular –para el que la Fiscalía pide 14 años de prisión– se encontraba declarando ante la jueza con la intención de aprovechar el máximo de tres horas para exponer sus alegaciones, al igual que otros acusados. Después, la controvertida magistrada Susana Barreiros debía retirarse para deliberar sobre el juicio político más mediatizado en los últimos años en Venezuela.

Rechazada por la magistrada la posibilidad de que López presentara testigos, la estrategia de defensa del dirigente de Voluntad Popular fue aportar pruebas visuales. A través de su esposa, Lilian Tintori, quien se ha erigido en una férrea activista para lograr la absolución de su marido, salió a la luz pública un vídeo realizado en base a grabaciones de manifestantes y de cámaras de seguridad del 12 de febrero de 2014 que trata de exculpar a López de los crímenes que se le imputan por haber instigado, según la fiscalía, la violencia durante las manifestaciones del año pasado. En el vídeo, de algo más de ocho minutos y difundido en las redes sociales, se recuperan discursos de López en los que insta a los estudiantes a no recurrir a la violencia, mientras se trata de probar que, en la secuencia de acontecimientos que provocaron el ataque contra la sede del Ministerio Público, fueron los agentes de seguridad del Estado y unos matones los que alentaron los disturbios.

Ésa era una de las últimas bazas de López antes de que la jueza Barreiros delibere, en una sentencia que, pese al optimismo público expresado por la familia del opositor y de los llamados de la comunidad internacional, parecía inclinarse hacia su condena. «Esperamos la única sentencia que puede existir: la libertad plena para Leopoldo y para todos los estudiantes», dijo ayer su esposa, que denunció por enésima vez «las irregularidades» y «la violación de los derechos humanos» en el «proceso político» de su marido. Citó, en particular, los diecisiete meses de prisión preventiva, el aislamiento en una celda de dos por dos metros en la cárcel militar de Ramo Verde, los abusos físicos y la limitación de las visitas familiares.

Pero las irregularidades de un proceso que ha suscitado el rechazo de Naciones Unidas y de organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch van más allá de las dificultades por las que ha tenido que pasar López desde que se entregara el 18 de febrero de 2014, en un clima de gran tensión social en Venezuela que se saldó con 43 muertos. La Fiscalía, por ejemplo, ha presentado más de 160 piezas acusatorias, entre ellas decenas de testigos que, pese a todo, no han acusado directamente a López de instigar a la violencia en las calles. La magistrada, sin embargo, vetó a los testigos de la defensa en el proceso.

Por medio de su secretario de Estado, John Kerry, Estados Unidos ha tratado de ejercer presión sobre el régimen de Nicolás Maduro para que libere al líder opositor venezolano. Kerry mantuvo esta semana una conversación telefónica con la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, en la que además de la crisis por el cierre de la frontera con Colombia se habló de Leopoldo López en un clima de «tensión», según ha trascendido. Europa, por su parte, expresaba ayer su apoyo por medio del Parlamento Europeo, al incluir a la oposición venezolana en la candidatura al Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, que el legislativo comunitario otorga anualmente y al que también opta Edward Snowden.

Acoso a la oposición

18 de febrero de 2014

Leopoldo López se entrega a la Policía acusado de promover la violencia.

4 de julio de 2014

Comienza el juicio oral. «Debe pagar por lo que hizo», declara Maduro.

9 de octubre de 2014

La ONU pide su liberación, pero la jueza obvia esta recomendación.

8 de junio de 2015

El Gobierno impide a Felipe González sumarse a la defensa de López.