José María Marco
Leopoldo López, la fuerza de la libertad de un pueblo
El opositor más icónico de Venezuela, Leopoldo López, solo confía en la presión internacional y en la deslegitimación interna para sacar del poder a Maduro
El opositor más icónico de Venezuela, Leopoldo López, solo confía en la presión internacional y en la deslegitimación interna para sacar del poder a Maduro.
Leopoldo López encarna como muy pocos la oposición al régimen de venezolano de Maduro. Todavía joven, de muy buena familia, destinado a un porvenir privilegiado, con estudios en alguna de las mejores Universidades norteamericanas, no tenía por qué haberse dedicado a la política. Menos aún comprometerse en la lucha contra el régimen de Hugo Chávez y luego de Maduro. Comprometerse hasta el final, como demuestran sus más de tres años de encierro en la siniestra cárcel de Ramo Verde y luego en arresto domiciliario en su casa. De aquí lo sacó Juan Guaidó en su intento por asumir la función para la que el propio Guaidó fue designado por la Asamblea Nacional venezolana. Luego, como es bien sabido, ha acabado refugiado en la embajada española de Caracas.
Lo que ha mantenido a Leopoldo López todos estos años es una energía indomable, que lo distingue de los demás opositores al régimen chavista. Disciplinado, riguroso, buen gestor –como demostró al frente de la Alcaldía de Chacao, en el área metropolitana de Caracas, que ocupó entre 2000 y 2008– era uno de los candidatos más verosímiles a la Presidencia de Venezuela tras la muerte de Chávez. Hombre apasionado también, no concibe la lucha política si no es mediante una movilización popular, como demostró en las manifestaciones de 2014. También tiene una especial generosidad, que le ha llevado a ser el mentor y padrino de toda una generación de políticos, más jóvenes que él, a la que le ha transmitido su sentido de la resistencia, su voluntad y su energía. Entre ellos está Juan Guaidó, actual presidente legítimo de Venezuela, que ordenó su liberación hace unos cuantos días.
Con ellos, Leopoldo López fundó en 2009 su partido Voluntad Popular, un partido moderno, progresista y liberal en lo social, con el acento puesto en la diversidad, como se expone en la plataforma programática La Mejor Venezuela. También es de corte pragmático en lo económico, firme partidario de la globalización y lejos de cualquier hipoteca intervencionista y proteccionista. Voluntad Popular propugna también aprovechar la inmensa riqueza petrolífera de Venezuela para asegurar la justicia social y un Estado de bienestar generoso: López y su partido no se atienen a un liberalismo ortodoxo. Eso sí, la formación, como su líder, se muestra radical en su oposición a Maduro. Como es general en la oposición venezolana, que Leopoldo López representa a la perfección, ni él ni Voluntad Popular confían en la capacidad del régimen para iniciar una reforma. Solo la presión internacional, y la deslegitimación interna mediante una oposición frontal, serán capaces de sacar del poder a Maduro y a su régimen populista y corrupto.
Antes de fundar Voluntad Popular, Leopoldo López sufrió una persecución sistemática. Fue inhabilitado como candidato a la Alcaldía de Caracas, unas elecciones cruciales tras la derrota sufrida por Chávez en las urnas en 2007. La inhabilitación fue convalidada por un Tribunal Supremo formado por jueces afines al régimen, y ha sido una de las grandes batallas de Leopoldo y la oposición venezolana, que a pesar de muy diversas manifestaciones, reprimidas con violencia en muchos casos, no consiguió derogar la sentencia. Y eso que la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2011 la consideró una violación de los derechos del candidato.
En abril de 2013, Maduro obtuvo la victoria en las elecciones presidenciales frente a Henrique Capriles, otro dirigente de la oposición que siempre ha mantenido posiciones más moderadas que las de López. Al año siguiente, éste organizó un movimiento llamado La Salida, que llevó a las manifestaciones iniciadas en febrero de 2014. La estrategia de confrontación no tuvo éxito y, sin embargo, llevarían a la orden de arresto contra él que condujo a éste a entregarse a las autoridades aquel mismo mes.
De entonces data su encarcelamiento en Ramo Verde, un centro militar de detención. En 2015, fue condenado a más de trece años de cárcel en una sentencia unánimemente considerada –incluido por uno de los fiscales huido a Estados Unidos– una farsa. La entereza de Leopoldo López, que supo conservar su moral en esos años de aislamiento, y el apoyo de su esposa, Lilian Tintori, han convertido al líder de la oposición venezolana en una figura de alcance global.
También han sido cruciales para mantener viva la resistencia en estos años. Esta realidad se manifestó en la designación de Guadió como presidente de Venezuela el 15 de enero de 2019, un hecho en el que Leopoldo López, que para entonces había sido excarcelado y se encontraba en arresto domiciliario, fue crucial. Ahora España se enfrenta a un papel decisivo en la crisis venezolana.
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