Política

Estocolmo

Löfven, un antiguo sindicalista sin experiencia parlamentaria

El líder socialdemócrata sueco, Kjell Stefan Löfven, certificó hoy el regreso al poder de su partido tras ocho años en la oposición con un triunfo apretado y lleno de dudas por la falta de mayoría clara y la subida de la ultraderecha.

Löfven (Estocolmo, 1957) es un líder atípico: posee una amplia trayectoria en el mundo sindical pero carece de experiencia parlamentaria y ministerial.

Aunque su vinculación con el Partido Socialdemócrata se remonta a su adolescencia, la relación con la formación que ahora preside se desarrolló sobre todo a través de los sindicatos afines.

Löfven ingresó en el movimiento sindical a principios de la década de 1980, cuando trabajaba como soldador, y fue ascendiendo en la jerarquía hasta llegar en 2005 a la presidencia del poderoso IF Metall, estrechamente ligado a la socialdemocracia.

Fue entonces cuando entró también en la cúpula de un partido que desde la derrota del ex primer ministro Göran Persson en 2006 ha ido en caída libre, sumando un récord negativo detrás del otro, como el de quedarse fuera del gobierno dos legislaturas seguidas por primera vez en un siglo.

La derrota en 2010 propició la caída de Mona Sahlin, del ala derechista del partido, y el sorprendente ascenso de Håkan Juholt, quien en menos de un año dimitió por la falta de apoyos en la cúpula y la pérdida de popularidad en los sondeos.

Löfven ha logrado unir de nuevo al partido y devolverlo al poder, aunque más por la caída del centroderecha tras ocho años de gobierno que por méritos propios.

Lejos de lo que pudiera hacer creer su procedencia sindicalista, su ascenso no ha supuesto un giro significativo a la izquierda, y ya ha avisado de que no piensa corregir las bajadas de impuestos impulsadas por el anterior gobierno.

Y mientras considera al Partido del Medio Ambiente su "aliado natural"y flirtea con cristianodemócratas y centristas, ha dado largas al Partido de la Izquierda, el otro grupo con el que hace cuatro años formó una coalición, a pesar de que su apoyo parece indispensable para formar gobierno.

Löfven ha mostrado su desacuerdo con propuestas que él considera demasiado radicales de esta formación, sobre todo en el espinoso asunto de la privatización de la gestión de los servicios públicos.

Y en política exterior y defensa se ha situado próximo a la línea que defiende el gobierno, al que no obstante ha criticado con dureza, aunque no desde el Parlamento, donde ha delgado su papel en el diputado Mikael Damberg al no poseer un escaño.

Aunque nacido en Estocolmo, Löfven creció en Sollefteå, en el norte del país, adonde lo llevó la familia que lo acogió a los diez meses, luego de que su madre natural no pudiera hacerse cargo de él: no fue hasta más de veinte años después que pudo reencontrarse con ella y con su hermano mayor.

Tras acabar el instituto, se matriculó en la Escuela Superior de Administración Pública, pero abandonó los estudios al año y medio y trabajó en correos y un aserradero antes de entrar como soldador en una fábrica de material militar, donde permaneció hasta 1995.

A partir de ahí comenzó la carrera ascendente de Löfven, casado y sin hijos, en la jerarquía sindical, que una década después lo llevó a la cúpula de la organización y más tarde, al liderazgo de un partido que ahora regresa al poder.