Elecciones en Francia
Los candidatos suspenden su agenda electoral
El efecto del atentado de París y un índice de indecisos del 30% alimentan la incertidumbre sobre el resultado electoral del domingo.
El efecto del atentado de París y un índice de indecisos del 30% alimentan la incertidumbre sobre el resultado electoral del domingo.
El atentado en los Campos Elíseos tiñe aún más de incertidumbre la ya reñida carrera al Elíseo. Los once candidatos a las elecciones presidenciales decidieron anoche suspender sus actos de campaña en homenaje a las víctimas del ataque terrorista. El atentado reivindicado por el Estado Islámico les sorprendió mientras participaban en el último acto televisivo de la campaña. La líder del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, expresó su «emoción» y «solidaridad» con las Fuerzas de Seguridad, «objetivo de nuevo» de este tipo de crímenes. Por su parte, el candidato presidencial de Los Republicanos, el conservador François Fillon, rindió «homenaje a las fuerzas del orden que dan su vida para proteger al resto». También el líder del movimiento En Marcha, Emmanuel Macron, quiso enviar «toda la solidaridad» a la Policía tras el ataque. «El primer deber del presidente es el de proteger. Un policía ha sido asesinado, no sé ni cómo calificar lo que ha pasado», dijo durante su intervención. Mientras, el aspirante socialista, Benoît Hamon, también mostró su «apoyo total a las fuerzas del orden [en la lucha] contra el terrorismo» tras el tiroteo de anoche. «Mis pensamientos están con el policía asesinado y sus compañeros heridos», escribió en Twitter.
Los once candidatos participaban en una nueva fórmula televisiva: «Quince minutos para convencer», un programa de entrevistas, un candidato detrás de otro, mientras el resto esperaba en sus respectivos camerinos. Los principales objetivos de estas últimas horas de campaña y del programa televisivo eran confirmar a los electores indecisos, convencer a los abstencionistas de que acudan a las urnas y evitar a toda costa una metedura de pata de última hora que pudiera resultar fatal vista la incertidumbre que pesa sobre los resultados. El atentado cambió el guión y va a poner el tema de la seguridad y del terrorismo en el centro del debate.
Según los últimos sondeos, los cuatro principales candidatos, Jean-Luc Mélenchon, François Fillon, Emmanuel Macron y Marine Le Pen, tienen posibilidad de calificarse, aunque sean estos dos últimos los que encabezan las encuestas. De acuerdo con los distintos sondeos, un tercio de electores, de los 47 millones que están convocados a las urnas, no tienen intención de ir a votar. Y de cada cien que asegura que irá a votar el domingo, un tercio piensa que puede cambiar de opinión, aunque el voto se va estabilizando. Esto significa que los candidatos todavía pueden intentar convencer para que vayan a votar a 15 millones de franceses que aseguran que no pasarán por las urnas, al mismo que pueden intentar atraer a otros diez millones de indecisos. Tres elementos cuentan para intentar motivar a los indecisos: el contenido del programa y las propuestas del candidato, su personalidad y mostrar la necesidad de un voto útil para evitar otro candidato no deseado.
Para la líder de la extrema derecha, el hecho de que la abstención pueda superar el récord alcanzado en las presidenciales de 2002, que fue del 28,4%, no sería un problema porque en general el voto abstencionista favorecería a sus contrincantes. Y en cuanto al voto indeciso, a ella es a la que menos afecta, ya que su electorado es el más decidido (84%). También va a tratar de sacar rédito al atentado terrorista. Su número dos, Florian Philippot, apunto al laxismo de las políticas socialistas como la razón de la inseguridad ciudadana.
En el campo progresista, los socialistas asumen que su candidato, Benoît Hamon, está acabado. Los sondeos no le dan más de un 8% de intención de voto y sólo un 62%, según un sondeo publicado ayer por Harris Interactive, está seguro de votar todavía por él. Esto hace que los electores que quieren que la izquierda resista dentro del mapa político se están inclinando por dar su voto al líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon. Los electores socialistas se encuentran con el dilema de no dar por bueno el balance de los cinco años de presidencia de François Hollande y quieren marcar su oposición a este quinquenio, al mismo tiempo que mantienen con vida una izquierda frente a la candidatura de Emmanuel Macron, con un programa todavía más a la derecha que aplicado por Hollande. Macron, que sigue obteniendo apoyos, como anoche el del antiguo primer ministro Dominique de Villepin, es convencer a los indecisos de que lo suyo no es una serpiente de verano y que tiene un equipo y un proyecto.
si las gana, está en condiciones de obtener una mayoría parlamentaria nueva, de diputados macronistas que le permita gobernar.
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