El Cairo
Los Hermanos Musulmanes ofrecen diálogo para resolver la crisis en Egipto
Los Hermanos Musulmanes propusieron hoy un diálogo para salir de la crisis en Egipto, una actitud que contrasta con su anterior negativa a contactar con las autoridades desde el derrocamiento en julio pasado del presidente Mohamed Mursi.
La Coalición para la Defensa de la Legitimidad -que engloba a los Hermanos y otros grupos afines- tendió la mano al diálogo "con todas las fuerzas políticas y de la sociedad", si bien volvió a rechazar el golpe de estado.
Según un comunicado leído en rueda de prensa, los simpatizantes del depuesto presidente pidieron la vuelta de la "legitimidad"pero, a diferencia de otras veces, no exigieron el regreso al poder del islamista.
Además de expresar su oposición a que los partidarios del expresidente Hosni Mubarak vuelvan al poder en esta nueva etapa, los islamistas responsabilizaron al ejército de la inestabilidad y el contrabando de armas en el país.
En ese sentido, exigieron que los militares no intervengan en la escena política y vuelvan a los cuarteles "para defender las fronteras"de cualquier amenaza exterior.
"Cualquier diálogo serio necesita detener la campaña del odio y las detenciones, y liberar a todos los presos", aseguró el representante de la cofradía Mohamed Ali Bishr.
Entre sus condiciones, los islamistas también aludieron a la necesidad de respetar las protestas pacíficas, los grupos opositores y el pluralismo político, después de que las autoridades hayan reprimido las manifestaciones de los contrarios al golpe militar y detenido a los principales líderes de la cofradía.
En concreto, los seguidores de Mursi acusaron al Ministerio egipcio del Interior de la muerte 5.000 personas en los disturbios de los últimos meses y de las heridas de otras 20.000.
El portavoz de los Hermanos Musulmanes, Islam Taufiq, negó a Efe que esa nueva declaración sea un "cambio de postura", ya que -afirmó- su grupo insiste en acabar con el golpe de estado y apuesta por un gobierno "legítimo".
"La opresión nos obliga a sentarnos en la mesa con las autoridades actuales de Egipto porque necesitamos poner fin al derramamiento de sangre", afirmó Taufiq, que dio un plazo de dos semanas para que se acepte esa propuesta de diálogo antes de que los islamistas tomen nuevas "decisiones".
No obstante, el portavoz islamista negó que con esa disposición a conversar vayan a dejar de manifestarse en todo el país contra el derrocamiento de Mursi, tal y como llevan haciendo cada semana desde el pasado 3 de julio.
Frente a la defensa incondicional de la Constitución aprobada en diciembre de 2011 bajo el mandato de Mursi, la coalición se mostró igualmente dispuesta en el comunicado a buscar "un mayor consenso para modificar algunos de sus artículos mediante mecanismos constitucionales".
Actualmente un comité de cincuenta personalidades, en el que los Hermanos no participan, está reformando la Carta Magna, que deberá ser aprobada en referendo.
La coalición solicitó, asimismo, la vuelta al proceso democrático y el cumplimiento de los objetivos de la revolución que desbancó del poder a Mubarak en febrero de 2011.
Pidió justicia de transición y mantener la seguridad nacional, al tiempo que expresó el deseo de que las relaciones con la comunidad internacional se basen en el "interés mutuo"y respeten el principio de no injerencia en los asuntos internos.
En el mismo tono conciliador, también abogó por respetar a todos los musulmanes y cristianos en Egipto, a los que calificó de "socios en la tarea de construir una civilización".
Por su parte, las autoridades siguen acusando a los islamistas de perpetrar "actos terroristas"en algunas zonas, como la conflictiva península del Sinaí, y de incitar a la violencia y contribuir a la inestabilidad.
Tanto Mursi como el guía supremo de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badía, y otros dirigentes de la cofradía están en prisión preventiva y enfrentan cargos por la muerte de manifestantes y otros delitos, lo que ha debilitado la estructura del grupo.
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