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Los «hombres mono» de Nueva Delhi

Cada día, Mahinder Nath se convierte en un "hombre mono"y libra una batalla con los primates que aterrorizan a políticos y residentes de la zona noble de Nueva Delhi.

Cada día, de 9 de la mañana a 5 de la tarde, Mahinder Nath se convierte en un "hombre mono"y libra una batalla con los primates que aterrorizan a políticos y residentes de la zona noble de Nueva Delhi.

"Ah, ah, ooh, ohh", grita Nath cuando avista a una manada de monos que comen de una bolsa -probablemente arrebatada a un transeúnte- en la calle, un sonido que asusta a los primates, que corren a refugiarse a los árboles cercanos.

Este joven de 26 años imita los sonidos guturales de los langures macho alfa, especie de mono alargado y grisáceo, que espantan con su presencia a los pequeños macacos que se cuelan en el Parlamento, roban comida de las casas y destrozan plantas.

La misión de espantar a los entre 3.000 y 4.000 monos que viven en el centro de la capital india corría a cargo de langures guiados por sus domadores, pero en febrero de 2013 el Gobierno prohibió su uso al considerar cruel mantener a estos animales cautivos.

"Entonces liberé a mi langur en un bosque y el Gobierno me convirtió en un 'hombre mono'. Imito el sonido de los langures, que asusta los otros macacos y si no se van uso un tirachinas", explica a Efe Nath, padre de dos niños y quien cobra 6.000 rupias al mes (73 euros) por su trabajo.

Nath pertenece a la casta Madaari, que durante cientos de años ha trabajado con monos, especialmente haciendo espectáculos callejeros.

"He pasado mucho tiempo con ellos y aprendí su comportamiento", dice Nath, quien añade que conoce bien los hábitos de los macacos a los que asusta.

"Por la mañana temprano y al final del día salen de sus escondrijos en busca de comida y son las horas que estoy más ocupado. El resto del día descansan", afirma el joven, que llegó a Nueva Delhi hace cuatro años procedente de Agra.

La oficina de Nath es una zona de cinco bungalós con jardines, cercana al Parlamento indio y varios ministerios, donde viven diputados y altos funcionarios.

En alguna ocasión, los primates han atacado a políticos y destruido documentos oficiales, como en 2007, cuando un vicealcalde falleció al caer de la terraza de su casa de la capital al tratar de espantar a un mono.

Nath es uno de los 40 "hombres mono"contratados por el Consejo Municipal de Nueva Delhi (NDMC), distrito de 43,7 kilómetros cuadrados que supone el 3 % de la gigantesca metrópolis india, para proteger a políticos y ciudadanos VIP.

"El área de Nueva Delhi era un bosque hasta los años 20 del siglo pasado. Se construyó la nueva capital y los monos ya vivían aquí. Además, vienen de un bosque cercano en busca de comida", declara a Efe el director del Departamento de Salud Pública de NDMC, P. K. Sharma.

"Pero se han reproducido mucho, y ahora son una amenaza", afirma Sharma, quien agrega que parte del problema es que los ciudadanos alimentan a los macacos a pesar de la prohibición contra ello.

En el hinduismo los monos son sagrados y aparecen encarnados en su dios Hanuman, adorado en varios templos de la capital india, donde cada martes se acercan los creyentes a rezar a la divinidad primate.

El funcionario explica que durante un tiempo atrapaban a los monos y los enviaban a santuarios, pero llegó un momento que las reservas de animales rechazaron admitir más primates debido a su alto número.

Después la NDMC comenzó a mandar a los macacos a otros estados, pero estos también se negaron a recibir más.

Así, la única forma de mantener a los macacos a raya eran los langures, pero la prohibición de su uso empeoró la crisis.

La NDMC decidió contratar a los antiguos domadores para que hiciesen la función de sus animales e incluso probaron disfrazar a los trabajadores como langures, algo que no funcionó.

"Al principio hicimos pruebas con los hombres vestidos como langures, pero los otros monos les atacaban. Finalmente descartamos la idea", afirma Sharma.

Nath asegura que está contento con su trabajo de "hombre mono"y que sin educación formal puede aspirar a poco más, pero preferiría que no lo vistan como un mono.

"La gente se reiría de nosotros", sentencia.