Los lobos solitarios de la yihad

Merah, mató a 7 personas en Francia. Los hermanos Tsarnaev a tres en el maratón de Boston; y Nemouch a 4 en el museo judío de Bruselas.

Son lobos solitarios de la yihad. Terroristas que actúan solos, como mucho en grupos de dos, pero sin apoyo logístico de ninguna organización.

EL acoso de las fuerzas de seguridad les hace muy difícil agruparse. Tienen poca o nula preparación, así que sus atentados no suelen causar muchas víctimas.

Pero por otro lado ganan en repercusión, porque son capaces de atentar en el país en el que han nacido, o en el que viven desde hace años.

Casi imposibles de detectar, logran su objetivo: sembrar el terror.

Así lo hizo durante horas, Michael Zehaf-Bibea, un canadiense reconvertido al islam. Mató a un soldado y después logró colarse en el parlamento. Con el primer ministro canadiense escondido en un armario hasta que Zehaf fue abatido.

Son lobos solitarios pero cada vez son más. Hace años que Al Qaeda apelaba a la yihad individual en su revista en inglés.

Llamamiento que el mes pasado hizo también el Estado Islámico:

"Si puedes matar a un infiel americano o europeo -sobre todo de los hostiles, sucios franceses- o un australiano o un canadiense o cualquier otro enemigo infiel de los países que se han unido en contra de Estado Islámico, pon tu confianza en Alá y mátale, como sea o como puedas. No lo consultes con nadie ni busques una fatua de nadie. No importa si el infiel es un combatiente o un civil", decía el mes pasado su portavoz Mohamed Al Adnani.

Mensajes que circulan por internet, igual que estos vídeos.

Puro marketing para una causa que engancha fácilmente a aquellos que tienen una crisis personal (sea por su juventud, o por su estado mental) y a los que hacer la yihad supone poner fin a sus problemas.