Londres
Los relojes que marcan al revés, el nuevo símbolo de Bolivia
El reloj de la fachada del Legislativo boliviano, en La Paz, tiene desde hoy la numeración al revés y sus manecillas giran hacia la izquierda como símbolo del cambio político en Bolivia, lo que ha provocado la estupefacción de los viandantes y escepticismo y burlas en los medios de comunicación y redes sociales.
El ministro de Exteriores, David Choquehuanca, y el presidente del Senado, Eugenio Rojas, ambos indígenas aimaras, como el presidente Evo Morales, informaron hoy en sendas ruedas de prensa sobre esta iniciativa, que bautizaron como los "relojes del Sur".
Con esta idea quieren concienciar a los ciudadanos de que Bolivia es una nación del Sur y no del Norte, por lo que la forma de registrar el tiempo en los relojes debe ser diferente, al igual que lo son el solsticio y el equinoccio en ambos hemisferios.
"No nos tenemos que complicar, simplemente tenemos que tomar conciencia de que nosotros vivimos en el Sur. No estamos en el Norte", dijo Choquehuanca.
E insistió en que la iniciativa, lejos de pretender "causar daño a nadie", lo que quiere es revalorizar la cultura propia.
"Quién dijo que el reloj tiene que girar de ese lado siempre. Por qué siempre tenemos que obedecer, por qué no podemos ser creativos", cuestionó el ministro boliviano, y destacó que haya sido el presidente del Senado el primero en haber puesto en marcha la idea en un edificio estatal.
El reloj del edificio del Legislativo, situado en la Plaza Murillo de La Paz, fue cambiado en la medianoche del pasado viernes, cuando comenzó el solsticio de invierno, explicó Rojas.
Según esta nueva configuración, las doce siguen situadas en el norte, pero ahora las manecillas giran a la izquierda para contar las siguientes horas 1,2,3,4,5 hasta el 6, de donde suben por la derecha para recorrer el 7,8,9,10 y 11.
Choquehuanca reveló que en la reciente celebración en Bolivia de la Cumbre de los países del G77 y China, a casi todas las delegaciones se les obsequió con un reloj de mesa con estas características, en forma de mapa boliviano y que incluía el territorio costero que el país perdió en una guerra contra Chile en 1879.
El canciller boliviano reconoció que la idea no es absolutamente original porque él ya poseía un reloj de pulsera como esas características que le regalaron en Londres, aunque remarcó que era una creación vinculada a la identidad del sur.
Las autoridades bolivianas, a su juicio, deben trabajar para aumentar esa conciencia, pero no se puede imponer ningún cambio a la gente, para la que, según reconoció, supone "una sacudida del cerebro".
"Si quieren comprarse un reloj del Sur hágalo, si quieren utilizar un reloj del Norte, ustedes van a poder utilizarlos. No se puede imponer", replicó Choquehuanca al ser preguntado sobre si el Gobierno extendería el uso de esos relojes.
Según el ministro, esta iniciativa está en el contexto de otros avances que ha tenido la cultura andina para su reconocimiento, como el uso de bandera indígena whipala, hoy un símbolo nacional reconocido en la Constitución.
Citó asimismo la hoja de coca, también protegida por la Carta Magna, las campañas a favor de la Madre Tierra o Pachamama y la revalorización de la quinua.
El canciller boliviano resaltó la necesidad de un cambio de mentalidad para entender esas propuestas, y de hacer funcionar los dos hemisferios del cerebro para entender "los relojes del sur".
En el reloj del Congreso, los números arábigos fueron pintados sobre los romanos, que todavía se notan, lo que aumenta la suposición de que se trata de un trabajo mal hecho, dijo a Efe el "lustrazapatos"Franz Galarza, que trabaja frente al Parlamento.
"Si quieren dar el mensaje de que el país está yendo en otra dirección vamos a tener que darles esa explicación a todas las personas que pasen por la plaza Murillo porque la mayoría, la primera cosa que dicen, es que es un error, que está mal. Si es una idea política es una mala idea política", comentó Galarza.
La plaza Murillo es uno de los principales centros turísticos de La Paz, donde están los palacios del Congreso y de la Presidencia.
En la red social Twitter no tardaron en extenderse los comentarios irónicos, como el de una mujer a la que le parecía que el mantenimiento del reloj del Congreso le fue encomendado a un "técnico disléxico y zurdo".
Otro "tuitero"opinó que, al margen de la política, es una "idea fantástica"por lúdica; un tercero, observó que el "'ingenio' antinorte"parece no tener límites en el Gobierno boliviano; y otro más se burló sugiriendo que se cambien los nombres de los polos "para que la hegemonía sea del Sur".
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