Los yihadistas sacan músculo bélico ante la pérdida de terreno

Ante las pérdidas en el terreno militar, el grupo terrorista recurre con mayor frecuencia a los atentados suicidas.

La semana pasada se cumplieron dos años de la fundación del «califato» del terror del Estado Islámico. El grupo terrorista no ha querido que pase desapercibido su segundo aniversario y lo ha celebrado con sonados y sangrientos atentados en Estambul, Dacca y Bagdad. A pesar de que los bombardeos de la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, han reducido la expansión territorial del EI, con la pérdida del 45% de su territorio en Irak y el 20% en Siria, el grupo aún no está debilitado y defenderá «con sangre y fuego» Raqa y Mosul, sus dos bastiones en Siria e Irak, respectivamente. Ante las pérdidas en el terreno militar, el grupo terrorista recurre con mayor frecuencia a los atentados suicidas, lo que significa que aún cuenta con el apoyo de centenares de combatientes, distribuidos por todo el mundo, que están dispuestos a sacrificarse por el califato.

En marzo de 2016, las tropas de Asad, con ayuda de Hizbulá e Irán y de los bombardeos rusos, le arrebataron al EI el enclave de Palmira, y hace una semana las tropas iraquíes, tras un mes de ofensiva, consiguieron expulsar totalmente a los yihadistas del bastión iraquí de Faluya, que estaba en manos del grupo desde enero de 2014. La pérdida de estas dos importantes posiciones estratégicas constituye un revés para el EI, ya que con la liberación de Palmira se ha cortado la vía de suministros del grupo hacia Deir Ezzor y tras caer Faluya, los yihadistas han perdido su influencia en la provincia de Al Anbar, predominantemente suní, donde sólo controla zonas desérticas de Siria.

Aunque ya están sonando tambores de guerra para la reconquista de Mosul, el gran objetivo es Rapa.La batalla por esta ciudad siria se ha convertido en una carrera en la que compiten todos los actores locales, regionales e internacionales. Las Fuerzas Democráticas de Siria están arrinconando a los yihadistas desde el noreste para arrebatar al EI la estratégica localidad de Manbij, a unos 15 kilómetros de Raqa, para cortar la línea de suministros desde Turquía. La ofensiva gubernamental se desarrolla desde el sureste con el objetivo de avanzar hacia Tabqa, a unos 40 kilómetros de Raqa, donde hay un importante aeropuerto militar, y recuperar el control de la carretera que une Raqa con Alepo.

Con el Estado Islámico sintiéndose más acorralado desde el norte y el este de Raqa por las milicias aliadas de EE UU, y desde el sur y el oeste por las fuerzas del régimen de Asad apoyadas por Rusia, muchos yihadistas han empezando a desertar. El EI cuenta actualmente con 25.000 combatientes en Siria e Irak, alrededor de 10.000 menos que hace un año debido a las deserciones y muertes en el campo de batalla.