Unión Europea
Macron y Von der Leyen sellan su alianza europeísta
El líder francés y la futura presidenta de la Comisión sitúan el cambio climático, la defensa y la inmigración como retos de la UE.
El líder francés y la futura presidenta de la Comisión sitúan el cambio climático, la defensa y la inmigración como retos de la UE.
Como casi no podía ser de otra forma, Ursula von der Leyen ha elegido Francia como primera visita oficial tras su aprobación al frente del Ejecutivo comunitario por el Parlamento Europeo la semana pasada. El presidente galo, Emmanuel Macron, ha felicitado el gesto subrayando que coincide «plenamente» con el discurso que hizo la ex ministra de Defensa alemana ante la Eurocámara destacando varios puntos coincidentes que parecen configurarse como el esquema central de la nueva Europa de la que ambos van a ser protagonistas principales: cambio climático, defensa común y gestión de la inmigración.
«Los dos estamos de acuerdo en trabajar por una Europa fuerte y unida, una Europa ambiciosa con el clima, con la economía digital y con el crecimiento, así como con la seguridad y la defensa», destacó Von der Leyen en una comparecencia ante los medios en el Palacio del Elíseo ayer tras un almuerzo con el presidente galo.
La futura presidenta de la Comisión Europea, una vez que Jean Claude Juncker concluya su mandato el 31 de octubre, puso el acento en que «es importante que esta Europa asuma su lugar en el mundo» con «una verdadera estrategia ante China y ante Rusia», y relaciones «estables» con Estados Unidos, lo que exige «una Europa fuerte y unida».
Macron, por su parte, no dudó en privilegiar «una ambición climática fuerte» como punto fundamental del horizonte de la próxima legislatura europea, que incluye el objetivo de la neutralidad del carbono para 2050 (lo que pasa por reducir y compensar todas las emisiones de CO2) y una agenda para llegar a conseguirlo. El mandatario francés defendió además que tras los estragos de la crisis económica hace falta «una Europa del progreso social» que, a su juicio, implica una cierta convergencia de los sistemas de protección social de los veintisiete países miembros de la UE una vez que salga Reino Unido.
Precisamente, y aunque ambos no dudaron en felicitar al recién electo Boris Johnson como nuevo primer ministro británico, a sabiendas de conocer su voluntad de forzar la salida del Reino Unido incluso sin acuerdo el 31 de octubre, Macron no dudó en mandar algún «recadito» alabando a su antecesora, Theresa May, y recordando que ella «nunca ha bloqueado el funcionamiento de la UE y ha tratado de servir a los intereses británicos de la mejor manera posible».
El presidente francés repitió, como objetivo común con la futura presidenta de la Comisión, su tradicional eslogan de «una Europa que proteja». Esto no solo hace referencia a los nuevos programas de defensa común, que están entre los mayores avances de los últimos años, también a la gestión de los flujos de la inmigración, que, por el contrario, se ha convertido en uno de los mayores rompecabezas que debe gestionar el bloque comunitario. Las diputas sobre esta materia, por extensión, alimentan a los partidos populistas en toda Europa.
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