Caracas
Maduro busca reforzar su imagen con un cambio de ministros
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció el martes un cambio en su Gabinete sólo dos semanas después de que sus ministros pusieran el cargo a disposición del líder chavista. Se trata de la segunda remodelación del Ejecutivo que lleva a cabo Maduro desde que asumiera la presidencia hace 16 meses. Desde entonces, su popularidad ha caído del 57% al 32%. El apoyo al Gobierno también ha disminuido entre los venezolanos hasta situarse en el 37%. En su discurso, Maduro argumentó que los cambios de Gobierno son «necesarios para colocar en su justa dimensión las tareas de este momento histórico». «Tiene que iniciarse una nueva etapa de la revolución bolivariana de renovación y refrescamiento», añadió.
Aunque en Venezuela muchos esperaban un paquete de medidas económicas, Maduro se limitó a una reestructuración para crear nuevas vicepresidencias y mover a sus ministros de una cartera a otra. El nombramiento más significativo es el de Rafael Ramírez, que durante más de diez años ha sido presidente de la todopoderosa compañía petrolera estatal PDVSA y ministro de Petróleo y Minería. Muy cercano al ex presidente Hugo Chávez, Ramírez vio aumentada su cuota de poder hace un año, cuando Maduro sumó a sus competencias la de vicepresidente económico. A partir de ahora ocupará la cartera de Asuntos Exteriores, relevando a Elías Jaua, que pasará a ocupar el Ministerio de Comunas y Movimientos Sociales. Asdrúbal Chávez, primo del líder fallecido, asumirá el Ministerio de Petróleo y Minería, mientras que las vicepresidencia económica recaerá en el actual ministro de Economía, Marcos Torres. El nuevo presidente de PDVSA será Eulogio del Pino, hasta ahora vicepresidente de Exploración y Producción de la estatal petrolera. Maduro mantiene como vicepresidente a Jorge Arreaza, yerno de Hugo Chávez.
Rafael Ramírez es uno de los hombres más poderosos de Venezuela. No en vano, ha estado once años al frente de las mayores reservas petroleras del mundo, que generan el 95% de los ingresos por exportación del Estado. Uno de los debates del Gobierno desde hace meses es la subida del precio de la gasolina, que se mantiene intacto desde hace más de quince años. Es, por tanto, una cuestión muy sensible en Venezuela, donde el ciudadano paga apenas dos centavos el litro. Según los datos del Ministerio de Petróleo y Minería, el Estado pierde unos 13.000 millones de dólares anuales por el bajo precio del combustible. Precisamente Ramírez era partidario de subir la gasolina y de unificar los tres tipos de cambios que rigen en Venezuela.
Dirigentes opositores fueron ayer muy críticos con el anuncio de Maduro: «Esto no se arregla jugando a cambio de sillitas, sino cambiando el modelo económico fracasado y corrupto», afirmó el ex candidato presidencial Henrique Capriles en su cuenta de Twitter. La diputada María Corina Machado aseguró que no se han tomado medidas económicas porque «tienen un costo político» y Maduro «perdió toda la confianza de la ciudadanía».
Varios analistas consultados por LA RAZÓN calificaron la renovación ministerial de «cosmética». Para el encuestador venezolano Alfredo Keller, la remodelación refleja que «el Gobierno no está dispuesto a modificar las políticas que han llevado al país a la ruina, con una de las inflaciones más altas del mundo y con el aparato productivo totalmente destruido». A su juicio, Maduro ha apuntalado la estructura de poder repartido en «un triunvirato» de familias formado por «la izquierda radical, la familia militar –que gana espacios–, y la familia de la boliburguesía o del dinero».
Keller considera que el Ejecutivo necesita preservar el apoyo de «ese tercio de la población que depende de los subsidios del Estado y que ha sido la base de sus victorias electorales», por lo que sostiene que Maduro no dará un giro sustancial a la política económica. El director del periódico «Tal Cual», Teodoro Petkoff, se refirió a la reestructuración como «cambios rutinarios» con los que el presidente «intenta reforzar su propia valoración como líder sin renunciar al legado de Chávez».
Venezuela vivió una oleada de manifestaciones en las calles de Caracas desde el mes de febrero abanderadas por los estudiantes y la oposición política. En el plano económico, encara una inflación superior al 50% y un índice de desabastecimiento del 30% que afecta a productos básicos de la cesta de la compra y medicamentos. Elides Rojas, redactor jefe del periódico «El Universal», considera que la crisis se ha profundizado por la caída del precio del barril de petróleo a 94 dólares.
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