Maduro evita la condena en el extranjero

Como ya avanzaba LA RAZÓN el domingo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tampoco viajará a Bruselas para asistir a la cumbre entre la UE y los países de América Latina y Caribe que se celebra mañana y el jueves en Bruselas. Las mismas supuestas gripe y otitis que le impidieron viajar al Vaticano para reunirse con el Papa Francisco habrían sido las razones del nuevo plantón. Razones que suenan a excusas a la oposición venezolana. El régimen cada vez se halla más aislado internacionalmente.

En el caso del Vaticano, una ola de cartas llegó antes de que el líder bolivariano despegara de Caracas. En la misiva firmada por más de 100 ex presidentes, se solicitaba al Pontífice que intercediera por los presos políticos. Maduro optó por la retirada, evitando así que el Papa interviniese en favor de los disidentes encarcelados.

La cumbre UE-CELAC no iba a ser un terreno cómodo para el presidente venezolano tras las reiteradas muestras de «preocupación» que la Unión Europea ha expresado en el último año por la situación política en Venezuela. El Parlamento Europeo también ha criticado la persecución de la oposición y ha reclamado la puesta en libertad de los opositores De esta manera, Maduro evita cruzarse en los pasillos con el presidente Mariano Rajoy, al que en los últimos meses ha insultado de forma reiterada, acusándolo de formar un eje junto a Colombia y Miami para derrocarlo.

Aunque la delegación venezolana consideraba «altamente probable» que Maduro se uniera esta semana al resto de líderes en Bruselas, un alto funcionario latinoamericano ha confirmado que se descarta su presencia. También fuentes del Consejo Europeo han indicado que la cancelación del viaje se ha comunicado a la UE

Venezuela es uno de los asuntos que complican la declaración común que negocian la Unión Europea y los países de la CELAC. Aunque desde el bloque latinoamericano aseguran que «no hay temas tabú» en los contactos con los Veintiocho, fuentes europeas ven difícil una referencia expresa al país en el texto final, si la hay. Ya los parlamentos europeos y latinoamericanos (Eurolat) fueron incapaces de pactar un texto común la semana pasada por las diferencias en este capítulo, pese a la convergencia en asuntos clave como el cambio climático, la cooperación y la normalización de las relaciones entre la UE y Cuba.

Otras destacadas ausencias

La ausencia de Maduro se suma a la de otros pesos pesados de la política latinoamericana, cuya presencia ya se descartó la semana pasada, así como la del cubano Raúl Castro y la argentina Cristina Fernández. Tampoco estarán el uruguayo Tabaré Vázquez y el salvadoreño Salvador Sánchez Cerén. De esta manera, los países de la órbita bolivariana vuelven a boicotear una cumbre con sabor europeo. Son los mismos que se ausentaron en la pasada Cumbre Iberoamericana, aunque sí acudieron a la Cumbre de las Américas celebrada en abril en Panamá, para sacarse la foto con el presidente norteamericano, Barack Obama. Paradojas de su discurso antiimperialista.

Otros líderes latinoamericanos llegarán a Bruselas debilitados, como la brasileña Dilma Rousseff y la chilena Michelle Bachelet, quienes enfrentan en sus respectivos países a escándalos de corrupción y a una caída histórica de su popularidad. El mexicano Enrique Peña Nieto, cuyo partido, el PRI, salvó el domingo su mayoría en el Parlamento en unos comicios marcados por la violencia, también afronta dificultades internas. Por su parte, el colombiano Juan Manuel Santos esperaba llegar a la cumbre con un proceso de paz bien encaminado, pero el reinicio de los combates con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ensombrece las perspectivas de un acuerdo.

De la Unión Europea, se espera que la mayoría de los Estados miembros participen al máximo nivel en el encuentro eurolatinoamericano, con la presencia confirmada de, entre otros, el presidente Mariano Rajoy, la alemana Angela Merkel y el francés François Hollande.