El Futuro de Venezuela
Maduro prepara el asalto final contra los periódicos críticos
Tras provocar el cierre de varias cabeceras por la escasez de papel, el líder venezolano anuncia ahora una ley para «acabar con el amarillismo»
Durante el Gobierno de Hugo Chávez se cerraron más de 250 emisoras de radio y el famoso canal RCTV. Su sucesor, el presidente Nicolás Maduro, sigue con la cruzada mediática, y gracias a empresarios chavistas adquirió el único canal opositor que quedaba en antena, Globovisión. Pero todavía queda un sector rebelde que se resiste a seguir la línea marcada por el Gobierno: los periódicos.
La última estocada la asestaba el viernes. Maduro anunciaba que regulará el contenido y el tratamiento informativo, endureciendo las normas para «acabar con el amarillismo» de la Prensa, a través del «Plan de pacificación» que será presentado el 14 de febrero.
El mandatario alude directamente a un grupo de medios venezolanos, a los que acusa de apostar «por el fracaso del plan nacional de paz». «¡Les llegará su hora! Me llamarán dictador, no me importa: voy a endurecer las normas para acabar con el amarillismo y la propaganda que alimentan la muerte», apostilló.
Asimismo, Maduro afirmó que «debería prohibirse que gente que no viva en Venezuela sea dueña de un medio de comunicación», en referencia al propietario del diario «El Universal», que tiene su residencia en Estados Unidos. La dificultad que tienen los medios impresos venezolanos no afines al oficialismo para obtener papel prensa sigue siendo otra de las grandes preocupaciones. Mientras el Ejecutivo se encarga de desmentir cualquier tipo de impedimento para conseguir divisas, numerosos periódicos temen no poder seguir imprimiendo dentro de un corto plazo por falta de papel.
Carlos Correa, director de la organización Espacio Público, explica que existen diversos mecanismos a través de los cuales un gobierno puede ejercer censura: «Mediante las limitaciones para la adquisición de materiales indispensables como el papel; recurrentes visitas de advertencia de autoridades locales, y la salida del aire de espacios de opinión, entre otros». Este clima pone en estado crítico a los medios impresos independientes, que apenas cuentan con un inventario de papel para 30 días. Por eso, diarios como «Mundo Oriental» y «La Noticia de Oriente» están trabajando a un 50% de su capacidad, según asegura Juan Carlos Escare. «Hemos tenido que reducir la paginación para ahorrar papel. Nos quedan entre tres o cuatro semanas de reserva», sostiene el director de «El Mundo Oriental» y administrador de «La Noticia de Oriente».
Semanas atrás dejaron de publicar sus ediciones «El Guayanés», «El Venezolano» y «El Expreso», todos en el estado de Bolívar. Sus dueños señalaron que el Gobierno no les está asignando divisas para importar papel. Previamente, según un informe de Espacio Público, habían dejado de circular de forma temporal o definitiva en los últimos dos meses otros ocho periódicos de provincias como Zulia, Barinas, Sucre y Nueva Esparta.
Los periódicos nacionales, si bien son más fuertes, no escapan a la crisis. Ya anticiparon que sólo pueden circular hasta fines de febrero grandes diarios como «El Nacional», «El Universal» y «Nuevo País». En este marco, varios medios tuvieron que reducir dramáticamente su cantidad de páginas para poder seguir en la calle.
Un ejemplo es «El Correo del Caroní», con 36 años de circulación, que se vio obligado a reducir de tres cuerpos a sólo uno. Lo que está haciendo la mayoría es utilizar más la plataforma digital, para así poder seguir informando al público y no prescindir del personal que allí trabaja.
Pero acotar el suministro de papel no es la única vía de acoso a la Prensa. El diario «Tal Cual» y «El Universal» afrontan demandas millonarias por publicar información controvertida e imágenes que, según el Gobierno, son demasiado violentas.
No hay que olvidar, además, que el Gobierno es el primer latifundista del espectro radioeléctrico. Radio Nacional de Venezuela cuenta con 80 emisoras y Venezolana de Televisión suma 40 antenas en el país. Si los diarios también caen, sólo quedarán las web y las redes sociales fuera del control estatal.
Los funcionarios chavistas denuncian que las grandes cabeceras emprenden campañas destinadas a desestabilizar al Gobierno. Según el Ministerio de Comunicación bolivariano, diarios como «El Nacional» se dedican a inflar cifras en materia de inflación y homicidios para alarmar a la gente. En Venezuela existe una guerra de desinformación y manipulación por parte de los medios privados y oficialistas, con el Socialismo del siglo XXI como tablero de batalla. Sin embargo, no hay que olvidar que el Estado juega con ventaja, al manejar ingentes sumas de dinero público, frente a la cada vez más precaria situación de los medios privados. Una historia que desgraciadamente se repite en varios países del continente, sobre todo cuando no hay una alternancia de poder.
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