El Futuro de Venezuela
Maduro se compromete con el diálogo y tiende la mano a sus opositores
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se comprometió hoy con el proceso de diálogo para intentar aliviar la crisis del país iniciado esta noche con la mediación del Vaticano entre su Gobierno y sus opositores, a quienes les tendió la mano.
"Quiero manifestar ante el representante del papa Francisco, como lo hice hace unos días en Roma, las gracias y mi compromiso absoluto como presidente de la República y líder del Movimiento Bolivariano y Revolucionario de Venezuela con este proceso de diálogo", aseguró durante la instalación del proceso de conversaciones.
Asimismo, Maduro afirmó que acude al diálogo dispuesto "a escuchar y ojalá a ser escuchado"para "buscar puntos de encuentro en función de los intereses de las grandes mayorías".
La oposición se unió hace diez años para combatir a un enemigo poderoso, Hugo Chávez, hoy reencarnado en Nicolás Maduro, pero esa unión parece ahora resquebrarse, paradójicamente, con el diálogo.
Los principales partidos de la alianza opositora –Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ), Voluntad Popular (VP) y Un Nuevo Tiempo (UNT)– mantiene serias diferencias sobre los términos en los que debe aceptarse ese encuentro. El partido de López, Voluntad Popular, aunque al principio había expresado a la MUD su decisión de sumarse al diálogo, cambió de opinión en las siguientes reuniones y en las últimas demandó que el Gobierno acepte la puesta en libertad de 13 opositores para sentarse a negociar.
Por su parte, Acción Democrática –formación liderada por el jefe del Parlamento, Henry Ramos Allup– expresó en las reuniones de la MUD su deseo de que se produzcan las conversaciones con el Gobierno. Sin embargo, la alianza que mantiene con Voluntad Popular desde las legislativas y que le permitió a Ramos Allup convertirse en presidente del Legislativo, ha dilatado la decisión de AD, que intenta evitar romper con su pacto.
La mesa de diálogo se instaló bajo el auspicio de los mediadores. Estaba previsto que los ex presidentes Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana), así como el español José Luis Rodríguez Zapatero estuvieran presentes. Otros de los acompañantes fueron el enviado del Vaticano, Emil Paul Tscherrig, y la delegación designada por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
El presidente Nicolás Maduro confirmó que asistiría al encuentro y por ese motivo canceló su participación en la Cumbre Iberoamericana de Cartagena del fin de semana. «Voy a asistir a la mesa de diálogo nacional, porque yo quiero el dialogo. No le tengo miedo al diálogo, no le tengo miedo a la paz», se justificó.
Mientras, la Iglesia católica llamó a «respetar el compromiso» de iniciar conversaciones y evitar así una «espiral de violencia que suma en un mayor sufrimiento» a los venezolanos. «Es sólo el camino del diálogo junto con el respeto a la Constitución y las leyes, y no el de la perenne confrontación, el que puede permitirnos encontrar alternativas de solución», señaló la Conferencia Episcopal Venezolana en un comunicado.
Ante esto el gobernador del Estado de Miranda, Henrique Capriles, habló en nombre de la Mesa de la Unidad Democrática para asegurar que acatarán cualquier llamada del Vaticano para un posible diálogo con el Gobierno. «Nosotros creemos, respetamos y valoramos al Papa Francisco y cualquier llamado del Vaticano allí estaremos. ¡Así lo hemos dicho!», dijo.
Si bien el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, anunció que asistiría a la reunión, quince partidos de la alianza opositora coincidieron en que el encuentro «carece de sentido». «El diálogo sólo tendría sentido si hay garantías de que el orden democrático va a restablecerse mediante una solución constitucional en 2016», expresaron en un documento en el que manifestaron una serie de elementos que, a su juicio, garantizarían su participación.
Exigen, entre otras condiciones, la liberación de todos los presos políticos, y la designación de nuevos rectores para el Consejo Nacional Electoral y magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.
Las tensiones políticas arreciaron tras la suspensión del proceso de referéndum revocatorio que la oposición impulsa contra Maduro por fallos judiciales que anularon la recogida de firmas necesaria para activar la consulta. A raíz de ello, la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, denunció una ruptura del hilo constitucional en Venezuela y se dispone a declarar a Maduro en «abandono» del cargo por presunto incumplimiento de sus funciones presidenciales. Un juicio político no está previsto en la Constitución y, en todo caso, la Justicia –manipulada según la MUD– declaró en «desacato» a la Asamblea Nacional, por lo que sus decisiones son consideradas ilegales.
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