Represión en Venezuela
Maduro y la oposición se encaminan hacia un choque institucional
El presidente advierte de que «combatirá» la amnistía de presos políticos. Pide la dimisión en bloque de su Gabinete para regenerar el chavismo
El presidente advierte de que «combatirá» la amnistía de presos políticos. Pide la dimisión en bloque de su Gabinete para regenerar el chavismo.
El presidente bolivariano Nicolás Maduro no se da por vencido y trata de reanimar el chavismo con un discurso desafiante. Para iniciar la «reestructuración, renovación y reimpulso» de su Gobierno, pidió la renuncia de todo su gabinete en bloque. Una limpieza previa al congreso entre sus bases que convocó para esta semana. Aun así, no da la «batalla» por perdida y advirtió de que irá al «combate» contra la oposición, a los que tildó de «chicos malos», si pretenden acabar con su mandato. Una respuesta que dispara el riesgo de colisión entre ambas fuerzas políticas y poderes del Estado.
«Quiero anunciar que producto de todo este proceso de revisión y reimpulso le he pedido al Consejo de Ministros que pongan su cargo a la orden», anunció el presidente venezolano en su programa semanal «En contacto con Maduro», que esta vez tuvo como escenario el Mausoleo de Hugo Chávez, para el que varios medios gubernamentales han pedido «respeto» pese a la derrota sufrida por el chavismo. Otro intento de Maduro para aglutinar fuerzas bajo el paraguas del comandante, tal y como hiciera en campaña.Sobre el diálogo con las fuerzas de su partido, señaló que «debe dar como resultado un conjunto de decisiones de renovación profunda y de batalla en temas claves». Punto de partida de una recomposición del chavismo para cerrar filas en torno a él.
La aplastante victoria de la oposición con 112 escaños, como hizo oficial el martes por la tarde el Consejo Nacional Electoral (CNE) tras dos días de retraso inusual, permite convocar un referéndum revocatorio contra Maduro a partir de abril de 2016 –mitad de su mandato–, tal y como sugirieron dirigentes opositores del ala más conservadora de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Ante esa amenaza, Maduró elevó el tono para responder con contundencia: «Aquí está la Constitución, si ellos toman el camino del revocatorio, vamos al combate y el pueblo decidirá, y nosotros iremos con la verdad ya consumada de la amenaza de la derecha, iremos a construir una nueva y poderosa mayoría, yo me iré por las calles de Venezuela». Asimismo, Maduro materializó el desafío a la oposición al negarse a apoyar «ninguna» Ley de Amnistía con el argumento de que no va a «liberar a los culpables de la muerte de personas», en referencia a las 43 víctimas en las protestas de febrero de 2014. Ésa es la primera medida que han anunciado los opositores, cumpliendo su promesa de campaña, para cerrar los procedimientos judiciales contra 4.700 jóvenes y liberar a los 80 presos políticos en el país, según sus datos. Entre otros, el líder opositor Leopoldo López, condenado a 13 años de prisión y cuya esposa, Lilian Tintori, pidió a Maduro su puesta en libertad «como un gesto» para que su marido «pueda pasar las Navidades con sus hijos».
A pesar de esos primeros choques, uno de los mayores retos de la oposición será lograr la «reconciliación nacional», en lugar de una «vendetta política», en palabras del secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba. En esa línea, algunos dirigentes opositores de Primero Justicia –formación de centroizquierda integrada en la MUD– han declarado que no se trata de iniciar una «caza de brujas» ni de «cobrar factura a nadie». La segunda prioridad, aseguró Torrealba, consistirá en «atender la urgencia económica y social del país», con una inflación que superará el 200% este año, según datos privados, y una escasez del 60% de los bienes básicos. El margen de maniobra de la oposición dependerá de la resistencia que oponga el Gobierno, que el martes ya inició sus maniobras para amortiguar la pérdida de poder. El presidente de la Asamblea Nacional (AN), Diosdado Cabello, afirmó que, antes de entregar el Parlamento, nombrará doce nuevos magistrados del Tribunal Supremo con la excusa de que quedan «tareas pendientes». Entre otras medidas, Cabello también anunció la aprobación del presupuesto de la Asamblea Nacional y del Banco Central, así como la concesión de la gestión de AN radio y AN televisión a sus trabajadores. Un órdago ante las amenazas del diputado opositor Henry Ramos Allup, quien avanzó cambios drásticos en esos medios. Los desafíos lanzados por Maduro y Cabello disparan los temores a la aprobación de una Ley Habilitante –aplicada en cinco ocasiones por el chavismo– que conceda mayores poderes al presidente para gobernar a golpe de decreto-ley. Se trata de un recurso que limitaría la acción legislativa de la oposición y puede dificultar la gobernabilidad del país.
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