Política

Elecciones en Grecia

Merkel abre la puerta de salida a Grecia

Berlín no está dispuesto a ceder ante los radicales de Syriza si ganan el 25-N. Ahora considera «asumible» su marcha del euro

Posición firme. Angela Merkel ha decidido ignorar la nueva amenaza que llega desde Grecia
Posición firme. Angela Merkel ha decidido ignorar la nueva amenaza que llega desde Grecialarazon

El prestigioso diario alemán «Frankfurter Allgemeine Zeitung» se preguntó ayer si 2015 será el año en el que Grecia abandone la eurozona. Y lo hacía sin mostrar ningún rastro de temor o como quien se refiere a una cuestión que roza la banalidad. «Adiós euro, hola dracma», titulaba este periódico por si quedaban dudas de su postura ante tal escenario y como fiel exponente de la posición que, en su mayoría, adoptó ayer la Prensa alemana minutos después de que otro medio, la revista «Der Spiegel», asegurase que tanto la canciller, Angela Merkel, como su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, consideran la salida de Grecia de la eurozona como algo casi inevitable.

Poco o nada queda de la alarma que cundió hace ahora cinco años, cuando la crisis helena colocó a la zona euro al borde del abismo. Por aquel entonces, la canciller se impuso de forma rotunda y elevó la voz ante el resto de líderes europeos para que el país heleno permaneciera en la eurozona y, a pesar de ganarse un sinfín de críticas, impuso una rígida política de ahorro fiscal. Mucho ha cambiado la situación desde entonces.

Según «Der Spiegel», tanto Merkel como Schäuble estiman que desde que la crisis alcanzó su punto álgido en 2012, en la zona euro se han dado numerosos pasos y progresos sólidos hasta el punto de que el tan temido «peligro de contagio» permanece ahora oculto entre bambalinas. Eso y que, según esta revista, los planes de saneamiento que llevaron a cabo Irlanda y Portugal han sido fructuosos o que la eurozona disponga ahora de mecanismos como el MEDE, disponibles para hacer frente a eventuales crisis.

Por otro lado, los grandes bancos están protegidos por la unión bancaria y son pocas las entidades que permanecen sujetas a participaciones significativas en Grecia. Con todo, su salida del euro ya no asusta a la canciller o, como apunta «Der Spiegel», Merkel ha decidido ignorar la nueva amenaza que proviene desde tierras helenas en el caso de que el partido izquierdista Syriza gane las elecciones convocadas para el próximo 25 de enero. Con ello quiere evitar que países como Francia o Italia desatiendan sus reformas o que incluso se dé más peso al Frente Nacional galo, al movimiento Cinco Estrellas italiano o a Podemos en España.

La más que manida «Grexit», término que en su día se acuñó para definir una potencial salida de Grecia de la moneda única, vuelve a las páginas de la Prensa germana más inocua que nunca. Una posibilidad que, aunque no fue ni desmentida ni confirmada ayer por la Cancillería o el Ministerio germano de Finanzas, parece ganar peso a la sombra de numerosas encuestas realizadas a inversores o economistas y que ayer se apresuró a recopilar la Prensa alemana.

La publicada por el «Frankfurter Allgemeine Zeitung» asegura que el 18,7% de los expertos consultados por este periódico ven a Grecia como clara favorita para la jubilación de la moneda única en una encuesta en la que sólo un 0,7% cree que ese mal presagio caería en España. Tres semanas antes de las elecciones helenas, el debate sobre su salida de la zona euro está de vuelta y en pleno apogeo en Alemania. El presidente del Instituto de Investigaciones Económicas alemán (Ifo), Hans-Werner Sinn, fue uno de los primeros en calentar motores al ver la expulsión como una opción. Le siguieron, en la misma línea, numerosos medios de comunicación o políticos de la talla de Schäuble, quien aseguró que, «si Grecia toma otro camino, será difícil». Declaraciones que aun compartidas por buena parte de la esfera política y económica no están vacías de crítica en un país tan dado a usar la buena diplomacia. Así, el viceportavoz del Gobierno alemán, Georg Streiter, en un intento por calmar los ánimos, aseguró a última hora de ayer que «Grecia ha cumplido en el pasado con sus obligaciones y el Gobierno parte de la base de que en el futuro Grecia seguirá cumpliendo estos compromisos», y añadió que Berlín «no ha cambiado de postura» con respecto a su permanencia en la eurozona.

Más a advertencia sonaron las palabras del dirigente del partido de la canciller, Christian Baumler, quien declaró que «si Grecia sale del euro, no podría pagar sus deudas y Alemania se quedaría con una parte importante de la carga». Los socialdemócratas, que forman parte de la coalición de Gobierno de la canciller, lanzaron sonadas críticas. El secretario de Estado a cargo de los Asuntos Europeos, el socialdemócrata Michael Roth, estimó que «Grecia es miembro de la zona euro y debe seguir siéndolo».

Más duro fue el presidente del partido de izquierda Die Linke, Bernd Riexinger, al criticar la postura del Gobierno germano y asegurar que «con ese tipo de chantaje público se procura desestabilizar a Grecia antes de las elecciones».