Muerte de Hugo Chávez
«Ni la propiedad ni la libertad fueron respetadas»
Tres venezolanos relatan cómo el alto índice de criminalidad y la crisis les obligaron a buscar refugio en España.
Sergio García /53 años
Chávez fue producto de cuarenta años de decepciones»
Emprendió en 2001 el éxodo hacia España, donde se estableció en la Barcelona de sus padres. En su caso, la incertidumbre y la intranquilidad ante el futuro para él y su familia –está casado y tiene dos hijos– fueron el resorte para la salida en medio de una crisis «muy severa» que compara con la que se está viviendo «ahora aquí, pero sin el entorno protector de la UE». Este publicista, que trabaja ahora en el sector de las telecomunicaciones, considera que Hugo Chávez fue «producto de cuarenta años de decepciones del pueblo venezolano, de engaños de la clase política». «Tras la involución que vivió el país desde los tiempos de Carlos Andrés Pérez, desgraciadamente el pueblo tuvo que optar por un perfil distinto». Cuando apareció la figura del nuevo líder, «la gente se identificó con él...; yo, no», apostilla. García dice estar «muy preocupado» por lo que pasará a partir de ahora. En Venezuela viven aún su madre, un hermano y su cuñada, «muy identificada con Chávez». En su opinión, «chavismo y oposición no han tendido puentes para encaminarse hacia una solución; unos quieren seguir igual, los otros pretenden retroceder, volver a lo de antes».
Alejandro Gª. Seguí /44 años
Nunca había visto nada igual; la vida en Caracas no valía nada»
Este médico caraqueño fue testigo del chavismo hasta marzo de 2009, cuando decidió ir a España, la tierra de sus padres. Hoy vive en Alicante, donde desgrana los pasos de la ilusión desde el fallido golpe de Estado de 2002 –«muchos estábamos convencidos de que era lo mejor; yo mismo estuve en la marcha a Miraflores»– hasta el desencanto posterior. «Vivíamos un profundo declive, creímos que se iba a producir un cambio, pero no lo hubo». Chávez sólo dio «pequeños caramelos a los más pobres para tenerlos contentos sin solucionar los problemas reales, perjudicando al mismo tiempo a las clases medias, ahuyentando al empresario. Fue una gran frustración». García recuerda cómo el deterioro del nivel de vida avanzó de manera alarmante. «Lo grave es que Chávez creó un odio entre clases más allá de lo racional». Y pone el ejemplo de «cómo un robo iba más allá de lo material; era el delito por el puro rencor». «Nunca había vivido nada igual, no había respeto por la vida. La vida en Caracas no valía nada». Y, mientras, «los chavistas decían que era un invento de la oposición, pero cada día era más común que gente que tú conocías fuera asesinada o robada; había un pánico irracional». Ese momento de una Venezuela «francamente dividida», esa «dicotomía hacia una vida insostenible», fue definitivo. «Por eso nos fuimos». Fueron tiempos de «un éxodo impresionante».
Marco C. /45 años
Intentaron secuestrar a mi mujer y yo recibí un disparo»
Dice «no desear la muerte a nadie», pero no puede ocultar su satisfacción por el prematuro adiós de Chávez. Hace diez años, desencantado por la situación política y el clima de inseguridad del país, decidió irse a España, pues tanto él como su mujer tenían a sus padres en Madrid y cuentan con la nacionalidad española. En Venezuela, Marco tenía su propia empresa, pero «poco a poco» fue perdiéndolo todo. La productora en la que participaba como socio surtía de «comerciales y diversas producciones» al canal RCTV, que Chávez cerró en 2007. A ello se sumaron dos episodios de violencia que dieron la justa medida al joven emprendedor de cómo estaba la situación en la Venezuela del admirador de Bolívar. Dos años antes de salir de Caracas intentaron robarle el coche y llevarse a su mujer con la intención de, supone, pedir un rescate. Opuso resistencia y recibió un disparo. Ocurrió «el día de la madre, un domingo a las nueve de la noche en el Cafetal», una zona residencial de clase media alta. La bala, de un calibre pequeño, entró por el pecho y le rompió varias costillas. Pasó un mes en la UVI. Dice que ese tiro le ha cambiado la vida por las secuelas que arrastra. El segundo suceso no por menos grave resultó definitivo. Ocurrió cuando viajaba en coche con su mujer y sus dos hijos por la autopista entre Puerto de la Cruz y Caracas y una piedra impactó en el parabrisas. Fue cuando dijo basta y decidió hacer las maletas. Establecido en España desde hace más de diez años, Marco recuerda que, cuando se produjo el ascenso de Chávez, «en Venezuela había un alto nivel de corrupción, la gente estaba hartísima. Es cierto que ganó las primeras elecciones, pero con un nivel de abstención del 60%, el pueblo estaba desencantado». Después, «ni la propiedad ni la libertad ni la dignidad fueron respetadas».
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