Política

Kiev

«Nunca olvidaremos a nuestros héroes»

Miles de ucranianos homenajean a sus muertos en Maidan

Una mujer lamenta la pérdida de uno de los fallecidos en los combates de esta semana
Una mujer lamenta la pérdida de uno de los fallecidos en los combates de esta semanalarazon

En la plaza de la Independencia se suceden las homilías por los fallecidos, siempre presentes en la memoria de los ucranianos. Ya no hay cócteles molotov ni pistolas en Maidan porque la violencia ha dado paso a los rezos y plegarias por los caídos en esta revolución. Los manifestantes no parece que quieran desocupar el campamento, y menos hasta saber el paradero del ex presidente. El mensaje de Timoshenko para no abandonar Maidan hasta que haya un nuevo Gobierno sigue presente en todos los manifestantes. «No nos iremos de aquí hasta que sepamos dónde está el ladrón de Yanukovich», explica a LA RAZÓN Anna, una de las incondicionales de la plaza de la Independencia, mientras reza en uno de los altares.

En los rostros de los ucranianos hay lágrimas por los que perdieron la vida luchando por los derechos de su país. La revolución parece estar terminada, pero en la retina de muchos perdurarán las duras imágenes de los enfrentamientos entre manifestantes y policías antidisturbios que se cobraron 82 muertos y casi un millar de heridos. Han sido tres meses de protestas a pesar de las bajas temperaturas que envuelven a Kiev. Y eso se nota en cada uno de ellos.

Ahora que la violencia ha dejado las calles es hora de no olvidar. «Siempre los recordaremos, son nuestros héroes», afirmaba entre lágrimas Viktor, un joven de 16 años que pese a su corta edad no ha abandonado la plaza de la Independencia. A este punto llegan ciudadanos de todos los rincones del país. Pasean por esta plaza y sus alrededores para hacerse fotos allí donde hace tres días morían manifestantes. Son conscientes de que su lucha ha servido para cambiar el rumbo de Ucrania y que su hazaña pasará a la Historia. En las calles Institutskaya y Sholkovichnaya, donde se han concentrado estos tres meses las principales barricadas, la gente observa los destrozos ocasionados por los enfrentamientos.

Las cafeterías y los comercios han vuelto a abrir sus puertas al público incluso en la calle Instititskaya, por la que se accede a la administración presidencial. En el Euromaidan, un activista vestido con uniforme de camuflaje enseña a los curiosos medio centenar de proyectiles recogidos después de los disturbios y a pocos metros de una espontánea exposición que incluye un relato de los trágicos acontecimientos de esta semana, una pareja de jóvenes fotografía orificios de bala en el escaparate de una tienda. Miles y miles de claveles depositados allí donde murieron los héroes de esta nueva Ucrania recuerdan el precio que han pagado los manifestantes por deponer al presidente Viktor Yanukovich, informa Efe.

«Desde mañana empezaremos a limpiar Kiev y a retirar las distintas barricadas. Pero, por supuesto, esto tendrá que hacerse de acuerdo con los ciudadanos que las han construido», explicó midiendo sus palabras el alcalde de Kiev, Vladimir Makeyenko, para evitar herir sensibilidades por lo que representan las montañas de sacos y mobiliario con los que se han construido los muros de defensa. Las tareas de limpieza comenzarán hoy y, «paso a paso iremos avanzando, todo tiene su tiempo, y ha llegado el momento de recoger piedras», añadió Makeyenko jugando con el doble sentido de los adoquines que se han empleado como proyectiles en la revuelta y el pasaje bíblico que reina en la capital ucraniana.

Un zoo y columnas romanas en casa de Yanukovich

Nadie podía imaginar que Yanukovich tuviera avestruces en su segunda residencia. O la réplica de ruinas romanas en medio de un sinfín de lujos. Una imagen rocambolesca para los ucranianos allí presentes que ayer fotografiaban cada rincón de la mansión. Algunos en bicicleta recorrían las 170 hectáreas de terreno, con «casita» de madera incluida. Los padres enseñaban a sus hijos los frutos del saqueo del país, con una imagen que quedará grabada en sus memorias: la ocupación pacífica y civilizada de un símbolo de la corrupción que consuma la revolución. «¿Por qué Yanukovich nos ha dado su casa?», preguntaba Alexis a su padre. «Porque nosotros la hemos pagado y es hora de que nos la devuelva», le contestó. Así de sencilla fue la explicación de Vladimir a su hijo de por qué los más de 20 kilómetros de «romería» para ver una de las residencias del ex presidente.