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Obama firma la orden que da luz verde a los recortes

"Aunque van a doler, podremos salir de ésta, no va a ser el apocalipsis", sentenció.

Comparecencia de Obama tras finalizar la reunión sin acuerdo
Comparecencia de Obama tras finalizar la reunión sin acuerdolarazon

El presidente de EE.UU., Barack Obama, firmó hoy una orden que autoriza la puesta en marcha de recortes masivos al gasto público por unos 85.000 millones de dólares a partir de esta medianoche, informó la Casa Blanca.

Según la orden firmada por Obama, los recortes se producirán de acuerdo con las cantidades calculadas por la Oficina de Gestión y Presupuesto en su informe enviado hoy al Congreso.

Los recortes son producto de un pacto acordado en agosto de 2011 por el Congreso para elevar el techo de la deuda a cambio de elaborar un plan para la reducción del déficit que no se logró.

Así, el Pentágono sufrirá recortes por un 13% mientras que el resto de los programas no relacionados con defensa afrontarán recortes por cerca del 9%.

La reunión que mantuvieron hoy en la Casa Blanca el presidente de EEUU, Barack Obama, y los líderes del Congreso para evitar la entrada en vigor de los recortes automáticos del gasto público a partir de esta medianoche concluyó sin acuerdo.

¡El presidente Barack Obama convocó ayer una rueda de prensa que, en principio, no estaba programada en su agenda. Sin embargo, sí era relativamente previsible. Su fracaso en el último intento de negociar con el Congreso para evitar la entrada en vigor hoy de los recortes automáticos de gasto del Gobierno, conocido en Washington como «sequestration» (secuestro de los gastos, en inglés), le obligó a comparecer ante los medios para explicar la situación. Obama quiso transmitir la idea de que había intentado evitar a toda costa que se aplicaran las reducciones en el gasto público que amenazan con lastrar la economía de Estados Unidos o, al menos, con afectar gravemente a muchos de sus ciudadanos.

La intervención del presidente, que departió con los periodistas durante unos 45 minutos aproximadamente, dio la sensación de estar más motivada por una maniobra de meras relaciones públicas o de cara a la galería que para ofrecer información detallada de su reunión con los legisladores. Obama dejó claro que no puede imponer una decisión: «No soy un dictador, soy el presidente. Y si los congresistas (en referencia al líder republicano del Senado de Kentucky, Mitch McConnell, y al de la Cámara de Representantes de Ohio, John Boehner,) me dicen que tienen que irse a coger un avión para marcharse a sus casas por el fin de semana, no puedo decir al servicio secreto que les bloquee la puerta», reconoció el presidente, que apuntó a la responsabilidad de los republicanos en la falta de acuerdo sobre el «secuestro».

Más relajado, quizá debido a que disfruta de mayor popularidad que los republicanos del Capitolio entre los votantes, Obama aseguró que «los estadounidenses vamos a superar esto. Esto no va a ser el apocalipsis, como la gente ha dicho. Pero va a doler. Va a doler a la gente de forma individual y va a doler a la economía», añadió el presidente, al tiempo que advirtió de que esta falta de consenso sí se dejará notar en los resultados económicos de Estados Unidos durante los próximos meses. Obama citó a los periodistas después de haberse reunido con los líderes del Congreso para intentar evitar la entrada en vigor de estos temidos recortes automáticos, que empezaron a aplicarse ayer a medianoche. La cita de ayer tenía pocas posibilidades de frenar del todo el «secuestro», ya que, incluso si llegaban a pactar un acuerdo, iba a resultar muy difícil votarlo. Los legisladores se empezaron a marchar a sus casas el jueves y ayer por la mañana, por lo que, incluso si Obama o John Boehner hubiesen fijado unas condiciones que impidieran la entrada automática del recorte en el gasto público, no habrían podido salir adelante.

Con este escenario, Obama apuntó ayer a la responsabilidad del Congreso en la situación económica que puede derivar si se prolonga el recorte y no se alcanza un acuerdo entre demócratas y republicanos. «Si el Congreso quiere razonar en una semana, en un mes, en tres meses, entonces tendremos más espacio para que nuestra economía crezca mucho más deprisa», recordó el presidente. A la salida de la Casa Blanca de camino a su casa de Ohio, el portavoz de la Cámara de Representantes, John Boehner, anticipó que «la semana que viene los legisladores abordarán este asunto». Por tanto, la aprobación de un acuerdo en el Senado queda pendiente. Allí, la necesaria subida de impuestos que evitaría estos recortes tiene fervientes opositores a ambos lados de la bancada. Sin embargo, las soluciones de demócratas y republicanos chocan en no pocos aspectos: una de las opciones de los conservadores sería utilizar el presupuesto de los programas sociales para cubrir los gastos de las Fuerzas Armadas, a lo que se oponen en bloque los senadores demócratas. Los políticos de ambos partidos están de acuerdo en que tienen que solucionar este asunto, pero no consiguen alcanzar un consenso en el cómo. Lo que ha quedado claro es que, en esta ocasión y a diferencia de loque ocurrió a finales del año pasado para evitar el «abismo fiscal», los republicanos no están dispuestos a subir los impuestos para frenar el recorte de gasto público.