Estados Unidos
Obama abre la puerta a pagar el rescate de los estadounidenses secuestrados
El presidente anuncia un decreto que protege a las familias de ser amenazadas por el gobierno en caso de que deseen pagar por un rescate a organizaciones terroristas por sus familiares La decisión de Obama regula la política en la que algunas veces los funcionarios del departamento de Estado amenazaban a los familiares si mantenían contacto con los terroristas En otras, el FBI les ofrecía ayuda para llevar a cabo la operación de intercambio de dinero Servirá para hacer oficial una larga práctica del gobierno de los Estados Unidos en algunos casos de secuestro de estadounidenses por parte de grupos terroristas internacionales. Pero, sobre todo para regularla y unificar criterios. A veces los protocolos han sido dispares, según que agencias llevasen el caso. Incluso, sus funcionarios han llegado a intimidar a los funcionarios de las personas secuestradas. El presidente Barack Obama tiene marcado en rojo en su agenda de hoy anunciar que el gobierno de Estados Unidos cesará de amenazar con presentar cargos criminales contra las familias de los rehenes, que permanezcan retenidos fuera de las frotneras de Estados Unidos por grupos terroristas como el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), en caso de que intenten pagar una rescate a cambio de la liberación de sus seres queridos. Con este decreto, Obama deja claro que será legal que el gobierno negocie con los captores que mantengan a los rehenes o ayuden a las familias. Todavía así, mantendrá la prohibición federal de hacer concesiones a los terroristas. Una vez más el presidente dibuja una línea muy borrosa sobre lo que es legal y contraviene la norma. Estos cambios arrojarán luz de ahora en adelante sobre las prácticas incoherentes de la administración estadounidense, que actuaba de diferentes forma según qué caso. Fueron los funcionarios estadounidenses los que negociaron el intercambio del soldado Bowe Bergdahl de sus captores en Afganistán por cinco talibanes detenidos en la base naval de Guantánamo en Cuba. El mismo tuvo un final controvertido: Sus compañeros de unidad le acusaron de haber caído en manos de los talibán por haber desertado. En otros casos, adviertieron a las familias de los rehenes secuestrados por el Estado Islámico y Al Qaeda, que no harían ninguna concesión con sus familiares retenidos. Incluso, les advirtieron de que se enfrentarían a cargos criminales si pagaban los rescates que demandaban estas organizaciones terroristas. Ni siquiera entonces la administración Obama fue clara con los familiares. Con Theo Padnos, que fue detenido por un grupo de Al Qaeda en Siria, su madre Nancy Curtis fue amenazada por el departamento de Estado para que no diese ningún dinero a cambio de su hijo. Sin embargo, desde el FBI, se le ofreció ayuda para llevar a cabo la operación. En el informe preparado por el departamento de Justicia, se revelará mañana que "no se quiere añadir más dolor a las familias en estos casos con una posible investigación criminal". Este anuncio se produce después de una revisión de las prácticas del gobierno, las cual se empezó tras la controversia con el aumento de las decapitaciones de ciudadanos estadounidenses por terroristas del Estado Islámico. Desde entonces, las familias se han quejado ante incluso el presidente de Estados Unidos por la incohenrencia a la hora de proceder según qué casos. Los mismos tuvieron que ver cómo los nacionales de otros países sí eran liberados por ISIS después de que sus respectivos gobiernos pagasen el rescate. A esto, se añadió la diferencia de proceder, ya citada anteriormente, por parte de Washington ante diferentes secuestros. Entre los familiares que han presionado para que la administración Obama modifique su política, destaca la madre de James Foley Diane Foley. Su hijo, reportero fotográfico, fue el primer ciudadanos estadounidense decapitado por ISIS en agosto de 2014 después varios meses de secuestro. Asimismo, Diane Foley ha trabajado con el equipo encargado de emitir este informe con las modificaciones de la política del gobierno. Asimismo, el presidente Barack Obama también recibió a los padres de otro periodista estadounidense también asesinado, Steven J. Sotloff. Todavía así, este decreto no es del todo un triunfo para las familias de los estadounidenses secuestrados. Este cambio no incluye la creación del puesto de un "zar de rehenes"que diese cuenta directamente al presidente de Estados Unidos. En cambio, se creará un equipo en el FBI, que estará en constante comunicación con las familias. Obama también creará un equipo que supervise la política de rehenes, y nomabrá un enviado especial en el departamento de Estado que aborde de forma directa este asunto.
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