Estados Unidos

Obama y Netanyahu tratan de pasar página al desencuentro nuclear

El presidente norteamericano recibe a su homólogo israelí tras las duras críticas por el pacto con Teherán y admite que es «improbable» que bajo su último mandato se firme la paz con los palestinos

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu , conversa con el presidente estadounidense Barack Obama, durante la reunión que han mantenido en la Casa Blanca
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu , conversa con el presidente estadounidense Barack Obama, durante la reunión que han mantenido en la Casa Blancalarazon

El presidente norteamericano recibe a su homólogo israelí tras las duras críticas por el pacto con Teherán y admite que es «improbable» que bajo su último mandato se firme la paz con los palestinos

Siempre se han llamado el uno al otro «Bibi» y «Barack». En cambio, sus altibajos en la relación personal quedará en el capítulo de la política exterior de la Administración Obama. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, considera que el presidente estadounidense no le entiende y le malinterpreta. Además, cree que Israel no figura entre las prioridades del inquilino de la Casa Blanca. A Obama le molesta que su homólogo hebreo le retrate como un presidente antiisraelí a pesar de haber proporcionado miles de millones de dólares para la seguridad de su aliado en Oriente Próximo y de haber frenado los esfuerzos diplomáticos palestinos para convertirse en Estado miembro de Naciones Unidas.

A pesar de la falta de confianza mutua, ambos líderes de reunieron ayer en Washington en el primer encuentro que mantienen en trece meses y, sobre todo, la primera vez que se ven tras la firma del acuerdo nuclear con Irán el pasado mes de julio, la última y más dolorosa ofensa que Netanyahu ha recibido de Obama.

En una intervención por separado antes de la reunión, ambos dieron una sensación de cordialidad y escenificaron la paz después de numerosos desencuentros entre ambos. El mandatario estadounidense adelantó que hablarían de cómo poder «volver a un camino hacia la paz», que garantice que se cumplen las «aspiraciones palestinas legítimas» y, al mismo tiempo, proteja la «seguridad» de Israel.

Por su parte, el «premier» israelí renovó su compromiso ante la solución de los dos Estados para resolver el conflicto palestino israelí, una promesa que rompió antes de las elecciones israelíes de este año, cuando horas antes de acudir a las urnas, Netanyahu aseguró a sus compatriotas que con él como gobernante los palestinos no tendrían un Estado propio, una declaración que rectificó poco tiempo después de ganar las elecciones.

El primer ministro israelí dijo ayer que antes de aceptar un estado para los palestinos, éstos tienen que desmilitarizar su territorio y aceptar la existencia de Israel como patria de los judíos. «No hemos abandonado la esperanza para lograr la paz», afirmó el mandatario israelí. Este encuentro se produce después de varios días de violencia entre israelíes y palestinos por el control de la Explanada de las Mezquitas, unos choques que a juicio de las autoridades israelíes han sido incitados por la parte palestina. Obama dijo que él y Netanyahu abordarían esta situación de tensión en la zona y señaló que su Gobierno condena «en los términos más fuertes» los ataques contra «ciudadanos israelíes inocentes».

Al término de la reunión, la Casa Blanca señaló oficialmente que es «improbable» que bajo el mandato de Obama se alcance la solución de los dos Estados. Éste era uno de los objetivos que se propuso el propio Obama cuando llegó a la Casa Blanca, si bien tuvo que renunciar a verlo cumplido a medida que transcurría la legislatura.

Obama reconoció que el acuerdo con Irán para frenar su carrera atómica en los próximos diez años a cambio de levantar el régimen de sanciones que ha asfixiado la economía iraní es algo que ha generado «gran desacuerdo» entre ambos: «Vamos a asegurarnos de encontrar puntos en común» en este punto, destacó Obama ayer desde el Despacho Oval acompañado por el vicepresidente Joe Biden, el jefe de diplomacia, John Kerry, y la secretaria de Seguridad Nacional, Susan Rice. El otro gran punto del orden del día era la ayuda militar que tradicionalmente Estados Unidos brinda a sus socios israelíes. En los últimos años esta ayuda se sitúa en 3.000 millones de dólares anuales. El objetivo de Israel es incrementar ese monto anual hasta los 5.000 millones de dólares, aunque no se prevé que se cierre la negociación en este viaje de «Bibi» Netanyahu a Washington.

Ambos mandatarios acudieron a su cita con un pasado lleno de tensiones y críticas mutuas que ponen al descubierto la falta de química personal entre ambos y la desconfianza mutua en temas importantes de las relaciones bilaterales. Uno de los últimos roces tiene que ver con el nuevo portavoz de Netanyahu, Ran Baratz, quien antes de ser nombrado para el puesto escribió en su perfil de Facebook que Obama es antisemita y que no se puede tomar en serio a John Kerry.