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Peña Nieto aspira a retener el poder local pese a la violencia

Una integrante del sindicato de profesores grita sus consignas rodeada de militares tras ser expulsada del Instituto Nacional Electoral
Una integrante del sindicato de profesores grita sus consignas rodeada de militares tras ser expulsada del Instituto Nacional Electorallarazon

El domingo la política mexicana se pone el termómetro. A la mitad de su mandato, el presidente Enrique Peña Nieto, medirá la temperatura política del país este 7 de junio, con unas elecciones intermedias donde su partido se juega la mayoría. El Partido Revolucionario Institucional cayó en las preferencias electorales durante el último año pero sigue a la cabeza. Después del cierre de campaña de ayer, parece que este domingo el termómetro llegará otra vez al rojo, pero al rojo priísta. Todas las encuestas le dan una ventaja entre 4 y 6 puntos.

La crisis del último año auguraba una sacudida en las urnas, pero parece que el descontento se canalizará con la abstención y el voto nulo. Tradicionalmente en las elecciones intermedias vota menos de la mitad del censo electoral pero este domingo se aventura que puede llegar a un tercio, aunque se renueva la Cámara de los Diputados, nueve gobiernos estatales, así como los congresos y ayuntamientos de 17 estados.

La desaparición de los 43 estudiantes, las matanzas a manos de fuerzas del estado en Tlatlaya y Michoacán, los escándalos de corrupción que salpicaron al presidente y su gabinete y una economía estancada han golpeado al PRI pero también a la izquierda que acude a estas elecciones en su peor estado de salud. El Partido de la Revolución Democrática que aglutinaba a los izquierdistas ha saltado por los aires en los últimos meses.

Después de la derrota electoral de 2012, el sector más derechista del PRD tomó las riendas del partido y se acercó peligrosamente al PRI al firmar un acuerdo de gobierno, el Pacto por México, que lo desdibujó ideológicamente. Los pactos con la derecha católica y con el partido de los maestros para gobernar varios estados tampoco ayudó. Su último dirigente carismático, quién fuese alcalde de la capital y que acarició la silla presidencial en 2006, Andrés Manuel López Obrador, se enfrentó a la dirigencia y decidió fundar otro partido, Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, qué se llevó a muchos de los cuadros políticos y este domingo se llevaría prácticamente la mitad del voto de la izquierda según las encuestas.

El barco del PRD se está hundiendo, en los últimos meses lo abandonaron hasta sus líderes morales, como el fundador Cuaúhtemoc Cárdenas quién renunció. Y algunos de los que se quedaron han sido acusados de corrupción, como el también ex alcalde capitalino, Marcelo Ebrard. Pero sobretodo la ciudadanía no les perdona que fueran sus siglas bajo las cuales se refugiase José Luís Abarca, alcalde de Iguala quién con su mujer sería el presunto autor intelectual del secuestro de los 43 estudiantes en su municipio. O Ángel Aguirre, ex priísta reconvertido y gobernador del estado de Guerrero, quién fue cesado por colusión con el crimen organizado después de la desaparición de los 43. Con este escenario el PRD puede incluso perder el control de la Ciudad de México, su principal bastión.

Los conservadores por su parte tampoco acaban de remontar. Aunque El Partido Acción Nacional, PAN, tendría el segundo lugar en intención de voto, todavía está lejos de aquellas cifras que le dieron la presidencia en 2001 y 2006. El último jefe de gobierno, Felipe Calderón, dejó un saldo de 80 mil muertos relacionado con la guerra abierta que impulsó contra el narcotráfico y una espiral de violencia que todavía pesa.

De hecho los tres meses de campaña para estas elecciones que terminaron ayer estuvieron plagados de enfrentamientos sangrientos. El Instituto Electoral ha contabilizado más de 70 incidentes violentos, entre ejecuciones, levantones, amenazas y agresiones directas contra candidatos y políticos en este proceso. 20 candidatos o asesores han sido asesinados en nueve estados. El último este martes en un suburbio de la capital mexicana. Un comando armado entró a la casa de campaña de Miguel Ángel Luna, candidato a diputado por el PRD en Valle de Chalco, en el Estado de México, y le pegaron dos tiros.

Con este panorama la participación electoral se espera en menos de la mitad del censo y priorizará el voto duro de cada partido. Los únicos que tendrán más incentivos para votar será en los 9 estados que cambian gobernador, entre ellos los conflictivos Guerrero y Michoacán. En este último, el PRD podría arrebatar la gubernatura al PRI, como parte del voto de castigo.

En total se renovaran 15.832 cargos públicos en un país que todavía no permite la reelección.