Unión Europea
Polonia rectifica y acata las directrices de la UE sobre su reforma judicial
En una huida hacia delante, y en tiempo récord, el Ejecutivo de Polonia aprobó ayer una enmienda de ley que deja sin efecto su polémica reforma del Tribunal Constitucional. En una jornada maratoniana, y sin previo aviso, el partido en el Gobierno, Ley y Justicia (PiS), presentó ayer a las 12:15 una enmienda que se materializaba con la aprobación, tan solo cuatro horas después, con 215 votos a favor y 161 en contra.
El ministro de Justicia, Zbigniew Ziobro, declaraba a la salida del Parlamento. «Cumplimos con nuestras obligaciones. Presentamos esta enmienda defendiendo plenamente la legitimidad de nuestro país», aseguró. La enmienda aprobada restaura a la presidenta, Malgorzata Gersdorf; al presidente de la sala de lo Civil del Tribunal Supremo, Dariusz Zawistowski; y al presidente de la Sala de lo Penal, Stanislaw Zablocki. A pesar de las presiones, ninguno de ellos había abandonado su puesto de trabajo desde que en junio pasado entrara en vigor la anterior reforma.
La enmienda aprobada ayer elimina el estado de incertidumbre en el que se encontraban la presidenta del Alto Tribunal, Malgorzata Gersdorf, y otros 26 jueces que, a pesar de haber sido jubilados, seguían acudiendo a su puesto de trabajo. Priva de autoridad al Poder Ejecutivo par utilizar su influencia en la elección de los jueces y restaura la edad de jubilación en 70 años –se había adelantado a los 65–. Las nuevas medidas no solo contemplan las exigencias de Bruselas, sino que garantizan la permanencia del antiguo estatus legal. La enmienda reconoce además que el trabajo que los jueces de la Corte Suprema, incluida su presidenta, nunca se ha interrumpido. Asimismo deja en manos de los magistrados la opción de volver a su puesto de trabajo o aceptar la jubilación.
Tras varios avisos, Bruselas había advertido al PiS sobre la polémica ley y en un tono poco conciliador se amenazó a Polonia sobre la posibilidad de recurrir al artículo 7 del Tratado de Lisboa, que contempla la retirada de voto en el Consejo Europeo. Sin embargo, esta opción se descartó cuando el primer ministro húngaro, Viktor Orban, declaró que vetaría su aplicación, que precisa del voto unánime de los Estados miembros. Las instituciones europeas optaron entonces por la vía judicial y comunicaron a Polonia que dicha ley era contraria a la legislación de la Unión Europea y que violaba el principio de inviolabilidad de los jueces.
Después del comunicado de la Comisión, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ordenaba a Varsovia el restablecimiento de los jueces. En un hecho inédito, el pasado 22 de octubre, el TJUE decidió suspender la polémica reforma que el PiS sacó adelante el verano pasado. Un callejón sin salida que solo dejaba al Gobierno polaco la opción de buscar una confrontación total con sus socios o de recular y dar marcha atrás. El vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, junto al presidente del Consejo, Donald Tusk, ya habían advertido de un posible «polexit» en referencia a la posible salida de Polonia del club comunitario si ésta no acataba las reglas y continuaba su deriva autoritaria.
Aun así, quedan en el aire temas como la creación de una corte de Asuntos Extraordinarios que, hasta ahora, sigue dejando en manos del Ejecutivo el escrutinio de los comicios electorales. Por otro lado, el PíS sigue teniendo a su favor el control del Parlamento polaco, donde cuenta con el 60% de los escaños. La enmienda parece cerrar un capítulo de disputas entre Varsovia y Bruselas, justo antes de las elecciones al Parlamento Europeo que del próximo mayo. Pero Timmermans sigue teniendo en el punto de mira al Gobierno ultraconservador y ya ha pedido que Polonia explique una serie de reformas sobre la Política Agraria Común. Todo apunta a que el presidente del país, Andrzej Duda, firme hoy la enmienda y ésta entre en vigor mañana.
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