Guerra en Siria
Primera fractura tras el acuerdo de Ginebra
Estados Unidos, Francia y Reino Unido advirtieron hoy de que el desmantelamiento de las armas químicas que ha aceptado el régimen sirio se tiene que hacer en condiciones de firmeza y para garantizarlo mantuvieron la opción de una intervención militar.
La ofensiva diplomática vuelve a estar en manos de la triada americano-franco-británica. El ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, que recibía ayer a sus dos homólogos, John Kerry y William Hague, tras el acuerdo ruso-estadounidense de Ginebra para despojar a Siria de armas químicas, insistió en que «la única solución al conflicto es política». Sin embargo, para obligar al autócrata y recalcitrante Bachar al Asad a cumplir su parte del trato y permitir el control de todo su arsenal tóxico, los tres países convinieron en que es necesaria «una resolución contundente y coactiva». En palabras de Kerry, «el plan de desarme químico pactado en Ginebra debe traducirse en una resolución del Consejo de Seguridad «fuerte, con rendición de cuentas, real, transparente, oportuna y que se aplique», porque «si el régimen de Asad cree que no se aplicará y que no hablamos en serio, jugarán con ello». Y eso pasa por incluir el recurso a la fuerza.
«El proyecto de resolución prevé imponer el capítulo VII de la carta de Naciones Unidas», aseguró durante una rueda de prensa tripartita el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dejando la puerta abierta a la amenaza bélica. «Si la diplomacia fracasa, la opción militar permanece», sentenció. Los tres aliados están de acuerdo en que el texto, que esperan poder votar a finales de esta semana, ha de prever «plazos precisos, y un calendario que debe obligar al régimen sirio». «Nuestro objetivo es la puesta en marcha concreta del acuerdo que elimine las armas químicas y relanzar el proceso político, que es el único camino posible para acabar con la tragedia en Siria», recalcó el ministro galo.
Reforzar a la oposición laica siria
Pero en la vía diplomática ya se ha abierto una brecha. Rusia se opone a una resolución del Consejo de Seguridad que amenace a Siria. Según el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, el acuerdo de Ginebra no contemplaba mencionar, en una primera fase del borrador, el capítulo VII, que autoriza el uso de la fuerza. «Estoy seguro de que, pese a todas estas declaraciones de las capitales europeas, la parte norteamericana, como socio serio, se atendrá estrictamente a lo que hemos convenido», dijo desde Moscú Lavrov, quien acusa a los aliados occidentales de «malinterpretar» el acuerdo alcanzado con Estados Unidos en el país helvético. «Demuestran no haber comprendido lo acordado o no querer leer el texto», declaró el ministro ruso. La posición rusa hace peligrar la resolución en la que trabajan las cancillerías de Washington, París y Londres.
Desde el mortal ataque químico del 21 de agosto, en el que fueron asesinados cerca de 1.500 civiles sirios, François Hollande agita firmemente «la sanción y la disuasión» como fórmula contra el régimen del dictador Asad. Asimismo, el ministro francés confirmó que su país reforzará el apoyo a la opositora, Coalición Nacional Siria, para lo cual se celebrará en Nueva York.
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