La polémica del velo
Primera multa por vestir el niqab
Una joven musulmana se vio envuelta en una disputa cuando otra mujer intentó despojarla de su velo
Una joven musulmana se vio envuelta en una disputa cuando otra mujer intentó despojarla de su velo.
La cuestión migratoria sigue dando que hablar en el seno de la UE. Una musulmana de 28 años y residente en Dinamarca fue el viernes la primera persona multada por vestir niqab en un espacio público tras aprobarse su prohibición en el Parlamento danés el pasado mayo.
La Policía se personó en un centro comercial de Horsholm, al norte del país, donde la joven se había enfrentado a otra señora tras intentar despojarla de su niqab, según explicó el agente al frente del caso, David Borchersen, a la agencia danesa «Ritzau». «Durante el escarnio, el niqab se desprendió. Pero en el momento en que llegamos, la mujer se lo había vuelto a poner», afirmó Borchersen. La joven fue sancionada con 1.000 coronas (unos 130 euros) e instada a quitarse el velo o a abandonar las instalaciones, por lo que optó finalmente.
La ley, que entró en vigor el 1 de agosto, ha desatado un ferviente debate en el país escandinavo. La norma incluye multas por cubrirse el rostro en espacios públicos que pueden ascender a las 10.000 coronas si se reincide. Y, a pesar de que no menciona específicamente los velos islámicos, los críticos afirman que tiene como objetivo este tipo de prendas. El miércoles cientos de daneses se manifestaron por las calles de Copenhague para demostrar su rechazo a la norma argumentando que infringe el derecho de las mujeres a vestirse como deseen y que la disposición es una simple concesión al creciente sentimiento anti migratorio que reina en el país. De hecho, únicamente alrededor de 200 mujeres musulmanas visten niqab o burka a diario, apenas un 0,1% de las danesas. La población musulmana constituye el 5% del total de 5,7 millones de daneses.
Dinamarca ha seguido la estela de Francia, Bélgica o Países Bajos, que han puesto freno a portar velos que cubran el rostro en público. Escenas como estas se han repetido y han causado un gran revuelo. Como en Francia en 2016, después de que varios municipios vetaran el llamado «burkini», el bañador islámico que cubre el cuerpo, cuyas ventas crecieron escandalosamente. Sin embargo, su prohibición acució el debate migratorio en Francia, una controversia que sigue más que latente en Europa.
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