Política

Ginebra

Putin amenaza con una guerra del gas

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, pronuncia un discurso durante una reunión con activistas del Frente Popular Panruso
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, pronuncia un discurso durante una reunión con activistas del Frente Popular Panrusolarazon

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha demostrado una vez más que juega duro en el tema de Ucrania, al pronunciar la temida amenaza de la guerra del gas. En una carta enviada a los líderes de dieciocho países, Putin advirtió ayer de que podría interrumpir el suministro de gas natural a Ucrania si Kiev no paga los 2.200 millones de dólares (unos 1.600 millones de euros) que le adeuda, lo que supondría una dura restricción sobre el suministro a muchos países europeos. De hecho, el gigante ruso Gazprom ya ha duplicado el precio de gas desde finales del año pasado.

Ucrania anunció el miércoles que ha dejado de bombear gas ruso a sus depósitos subterráneos, que suministran el hidrocarburo a Europa, ya que no acepta la subida. El Gobierno de Kiev rechazó el nuevo precio de casi 500 dólares por mil metros cúbicos del gas ruso, razón por la que Ucrania tampoco pagó los suministros de marzo.

El líder ruso presiona al máximo a la comunidad internacional antes de la reunión del próximo jueves en Ginebra, donde se encontrarán por primera vez desde el estallido de la crisis de Ucrania los responsables diplomáticos de Washington, Moscú, Kiev y Bruselas. «Gazprom se ve obligado a pasar al pago por adelantado de los suministros de gas y, en caso de una violación adicional de las condiciones de pago, cesará parcial o totalmente el suministro de gas», señala Putin en su misiva, en la que reconoce que es «una medida extrema». A su juicio, son precisas «acciones concertadas para estabilizar la economía de Ucrania» entre los ministros de Economía, Finanzas y Energía de las partes implicadas, y garantizar los suministros de gas rusos.

En previsión de la posibilidad de una ruptura de suministro, los líderes de los Veintiocho establecieron en su última Cumbre de Bruselas una «hoja de ruta» para estudiar de manera urgente cómo reducir su dependencia del gas ruso, potenciando la diversificación de fuentes energéticas. En ese marco, la reunión celebrada con el presidente estadounidense, Barack Obama, en la capital comunitaria puso de relieve la disponibilidad de Estados Unidos para ampliar su exportación de gas de exquisito a Europa. El problema es que lo haría en condiciones de mercado.

Por su parte, la Comisión Europea está facilitando la firma de un memorándum de entendimiento entre las empresas implicadas para el flujo de gas entre Ucrania y Eslovaquia, para que este país pudiera reenviar gas para abastecer a los ucranianos en caso de que lo necesitaran.

Mientras tanto, las autoridades militares de la OTAN insistieron ayer en su preocupación por la acumulación de tropas rusas en la frontera de Ucrania y explicaron que se trata de tropas terrestres que podrían estar en territorio ucraniano en doce horas y en cuestión de minutos por vía aérea. La OTAN calcula que hay entre 35.000 y 40.000 soldados rusos cerca de la frontera con Ucrania repartidos en más de cien bases de tipo «expedicionario», es decir desplazadas «ad hoc». Por su parte, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa suspendió hasta enero de 2015 el derecho de voto de los 18 miembros de la delegación rusa como castigo por la anexión de Crimea. Se trata, sin embargo, de una penalización menor, pues diputados conservadores británicos, ucranianos, polacos, bálticos y georgianos querían que la delegación rusa fuera expulsada de la Asamblea.